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Una Unión Europea dividida discute el plan de ahorro energético ante el posible corte del gas ruso

  • Países como España, Portugal y Chipre no aprueban el plan inicial y piden medidas en función de la situación de cada Estado
  • Alemania, Países Bajos y Austria están entre los socios comunitarios que sí apoyan la cuota fija del 15% de Bruselas

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La Unión Europea discute, dividida, el plan de ahorro energético que rechazan España y Portugal
Los Veintisiete se reúnen en un Consejo extraordinario para aprobar un plan de ahorro energético para este verano e invierno.

El debate energético vuelve a las mesas europeas. Los ministros de Energía de los Veintisiete discuten este martes la propuesta de Bruselas de reducir un 15% el consumo de gas ante un corte del suministro de Rusia. No obstante, la reunión parte de una situación dividida, ya que muchos países, entre ellos España y Portugal, no se muestran a favor de esta medida tal y como está planteada.

España, que la ha rechazado por no ser "ni la más eficiente ni la más justa" con la industria y los consumidores, propone exportar el máximo de gas natural licuado hacia Europa y ha instado a los socios europeos debatir el futuro ahorro de gas "de forma abierta, transparente y respetuosa". Portugal, que comparte la postura española, considera que "no es aceptable" y pide que se consideren ostros aspectos que sirvan a los intereses de los portugueses.

Desde la presentación del plan, este ha generado división de posiciones. De hecho, este lunes se han logrado cambios clave en la negociación. Los países han pedido que la reducción del 15% de gas no sea fija ni obligatoria y que dependa de la situación de cada uno. Además, también reclaman poder decidir que el recorte del gas pueda ser o no obligatorio en caso de emergencia, y que no lo decida únicamente Bruselas.

¿Qué se debate en esta reunión de ministros de Energía europeos?

Los ministros de Energía de los Veintisiete discuten el plan de ahorro energético propuesto por la Comisión Europea ante un posible cierre total del gas ruso en invierno, un documento que presentó el pasado 20 de julio.

'Ahorra gas para un invierno seguro'. Este es el primer documento con el que Bruselas ha propuesto a los países reducir un 15% su consumo de gas durante los próximos ocho meses, es decir, entre el 1 de agosto y el 31 de marzo de 2023. Este porcentaje, no obstante, ha sido muy discutido este lunes, ya que muchos socios comunitarios han pedido a Bruselas que no sea una cuota fija ni obligatoria, sino que dependa de la situación de cada miembro.

La Comisión Europea también insta a los países a que promuevan campañas de concienciación ciudadana para limitar el uso del aire acondicionado en verano a 25 grados y el de la calefacción a 19 el próximo inverno. Asimismo, con respecto a la industria, pide a los Gobiernos que incentiven económicamente a las empresas que reduzcan su consumo de gas y lo sustituyan por otras fuentes de energía como el carbón y la nuclear.

Por otra parte, los ministros abordarán la seguridad del suministro energético y de las posibles medidas para animar a los consumidores a reducir la demanda. En particular, explicarán cómo pretenden estimular la reducción de demanda de los consumidores protegidos (que incluyen al sector sanitario o educativo), qué medidas se pueden aplicar para asegurar el suministro estable y cómo hacer uso de mecanismos adicionales.

Además, los titulares europeos mantendrán una reunión por videoconferencia con el titular de Energía de Ucrania para debatir las medidas para reforzar la seguridad energética y los mercados de la electricidad y el gas en ese país.

En busca de una flexibilización de las condiciones

En el último borrador del plan de ahorro energético de Bruselas -producto de las negociaciones de este lunes- se incluyen cambios clave con respecto al poder de decisión de los estados miembro y la Comisión Europea. Los socios han reclamado que la reducción del 15% de gas no sea obligatoria y que dependa de la situación de cada país. Además, también han pedido poder decidir que el recorte del gas pueda ser o no obligatorio en caso de emergencia, y que no lo haga solamente Bruselas.

Así, los socios solicitan poder pedir derogaciones por motivos como la situación geográfica o "permitir moderar las reducciones" a cambio de compromisos de aumentar en lo posible las transferencias de energía. Eso podría afectar a España, que ya ofreció el 20 de julio aumentar al máximo sus exportaciones de gas a los socios comunitarios para compensar y evitar la exigencia de reducir el 15% su consumo.

Otra novedad con respecto al plan original es que sean cinco países los que puedan pedir la declaración del estado de emergencia, que pondría en marcha la obligación de recortar el consumo de gas, y que esta decisión no quede en manos solamente de la Comisión Europea. En todo caso, esta declaración solo podría ser adoptada con el respaldo de la mayoría cualificada de países del Consejo, según fuentes comunitarias.

Entretanto, la Comisión Europea sigue reiterando la importancia de que los miembros de la UE sean solidarios en esta situación de incertidumbre, ya que un corte de gas ruso afectaría a todos los socios comunitarios.

Países en contra: España y Portugal a la cabeza

Desde que Von der Leyen presentó el plan inicial, han sido muchos los socios que se han mostrado en contra. España fue el primero en hacerlo (el mismo día de la presentación del proyecto), y luego le siguieron Portugal y Grecia, que ya han propuesto alternativas.

Así, España ofreció el pasado viernes exportar el máximo de gas a Europa, llegando a enviar 6,7 teravatios hora (TWh) al mes. La ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ofreció como alternativa potenciar el valor de la infraestructura española en vez de reducir el consumo de gas por parte de los consumidores.

También rechazan la medida inicial Bélgica, Hungría, Chipre, Malta e Irlanda, y estos tres estos últimos han solicitado ser considerados "islas energéticas", como ya trata la Comisión Europea a la Península Ibérica.

Por su parte, Polonia también se niega a aceptar el primer plan planteado por la Comisión Europea, tal y como avanzó el pasado jueves la ministra polaca de Medio Ambiente, Anna Moskwa, a través de su cuenta en Twitter, donde abogó por una "solidaridad real" que tenga en cuenta las necesidades de su país.

Países a favor: Alemania, Austria, Finlandia y Dinamarca

Por otro lado, hay miembros que sí se han mostrado a favor del primer borrador de Bruselas, con Alemania a la cabeza, seguida de los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania), Países Bajos, Austria, Finlandia y Dinamarca.

De hecho, el canciller alemán, Olaf Scholz, calificó el pasado viernes de "correcta" la propuesta e indicó que "muchos estados miembro" están ya actuando en esa dirección, por lo que pidió solidaridad europea.

Francia también ha expresado su apoyo al plan porque considera que los países de la UE deben actuar de forma coordinada en una situación que afecta a todos, aunque está dispuesta a que se tengan en cuentas las particularidades de cada país.

Reacción de Europa

En esta situación compleja, y a la luz de la división de posturas, la Comisión Europea señala la importancia de las conexiones españolas con el resto de la UE.

Así, sobre la oposición de España, el portavoz comunitario, Eric Mamer, incidió el pasado viernes en que existen "interconexiones importantes de gas entre España y Francia", que alcanzan el 30%, y "eso supone que varios millones de metros cúbicos de gas pueden ser transferidos de España al resto de Europa".

Por su parte, el portavoz de Energía, Tim McPhie, señaló entonces que "no es solo una cuestión de gasoductos entre la Península Ibérica y la UE, sino también de redireccionar la energía, que podría finalmente llegar a otros puertos y lugares". Así, "las importaciones que no sean utilizadas por España y Portugal podrían llegar a otros", indicó McPhie.

¿Cómo se vota el plan de Bruselas?

Para la aprobación del plan, la propuesta necesita recabar una mayoría cualificada, es decir, el apoyo de 15 países que representen al menos al 65% de la población. No obstante, la reunión parte de la discrepancia, con socios que aceptan la medida tal y como está planteada y otros que exigen la implementación de especificaciones relacionadas con cada uno de ellos.

Además, el procedimiento elegido, que ha motivado por la urgencia, impide a los miembros vetar la propuesta.