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El FMI quita otras ocho décimas al crecimiento de España este año y lo deja en el 4% por Ucrania y la subida de tipos

  • La previsión para 2023 se reduce del 3,3% al 2%, por lo que España aún no recuperará el nivel de PIB previo a la pandemia

El organismo rebaja en cuatro décimas el PIB mundial de 2022, al 3,2%, con notables recortes para EE.UU., China y Alemania

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El FMI rebaja la previsión de crecimiento de España para 2022 y 2023
El FMI rebaja la previsión de crecimiento de España para 2022 y 2023

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha vuelto a revisar este martes a la baja las previsiones de crecimiento de la economía española ante el enquistamiento de la guerra en Ucrania y la subida de los tipos de interés del euro, al quitar ocho décimas a su estimación para este año hasta dejarla en el 4% y rebajar en más de un punto, del 3,3% al 2%, la proyección que hacía en primavera, hace apenas tres meses, para el año 2023.

Aunque España se mantiene, en esta revisión de previsiones, como el país que más crecerá de entre las grandes economías europeas, el acusado recorte -en Europa, solo Alemania sufre una rebaja mayor, de nueve décimas- refleja el rápido empeoramiento de las perspectivas sobre la marcha de la economía española, que otros organismos, desde el Banco de España hasta la Comisión Europea, ya habían trasladado a sus proyecciones.

El más optimista, aunque por pocas décimas, sigue siendo el propio Gobierno de Pedro Sánchez, que este mismo martes ha revisado su cuadro macroeconómico con vistas a la elaboración de los presupuestos para el año que viene y que mantiene que el PIB crecerá un 4,3% este año, si bien ha rebajado hasta el 2,7% el crecimiento previsto en 2023, frente al 3,5% que estimaba en primavera.

De cumplirse, el pronóstico del FMI implicaría que la economía española todavía no habrá recuperado en 2023 el nivel previo a la pandemia de COVID-19, a diferencia de los principales socios europeos, como Italia, Francia o Alemania.

La recuperación se frena en Europa

Prácticamente todos ellos, en cualquier caso, ven reducidas sus perspectivas en este último informe del FMI, que justifica el "significativo recorte" en las previsiones de crecimiento de España, Francia y Alemania en "los efectos colaterales de la guerra en Ucrania, así como la asunción de condiciones financieras más estrictas, con el Banco Central Europeo poniendo fin a las compras netas de activos [deuda soberana] y elevando los tipos en julio por primera vez desde 2011".

En este sentido, destaca la rebaja de las perspectivas para Alemania: el organismo cree que su economía, amenazada por un posible corte del gas ruso, crecerá un 1,2% este año, frente al 1,9% que calculaba en primavera, y apenas un 0,8% en 2023, lo que significa casi dos puntos menos que el 2,7% previo.

Para Francia se estima un crecimiento del 2,3% este año, lo que significa seis décimas menos, y del 1% el que viene, esto es, cuatro décimas menos que en abril. Italia, por el contrario, ve como sus perspectivas mejoran en este curso gracias, según el organismo, al "turismo y la actividad industrial": el FMI calcula que crecerá un 3%, siete décimas más que en su cálculo anterior, si bien para 2023 le quita una décima y deja su PIB en el 0,7%.

En conjunto, la eurozona crecerá un 2,6% en 2022, dos décimas menos que en la estimación anterior, y un 1,2% en 2023, lo que significa 1,1 puntos menos. En cuanto a la Unión Europea, solo se recorta una décima al crecimiento de este año, que queda en el 2,8%, aunque se rebaja casi un punto el del año que viene, hasta el 1,6%.

La situación, sin embargo, puede empeorar rápidamente si Rusia decide cortar el suministro de gas a Europa. El FMI constata que el volumen de gas que llega por gasoducto a los países europeos ha caído un 40% desde abril y advierte de que "un cese completo de las exportaciones de gas rusos a las economías europeas en 2022 aumentaría significativamente la inflación en todo el mundo a través de mayores precios de la energía. En Europa, podría forzar el racionamiento energético, afectando a importantes sectores industriales, y reducir drásticamente el crecimiento en la zona del euro en 2022 y 2023".

Estados Unidos y China, los peor parados

El informe del organismo certifica que la ansiada recuperación tras la pandemia de COVID-19 será menos pujante de lo que se esperaba, tanto en España como en el resto del mundo, en buena parte por el aumento de los precios globales. Eso se traduce, por el momento, en una rebaja de cuatro décimas en el crecimiento mundial de este año, hasta dejarlo en el 3,2%, mientras que para el año que viene se estima un incremento del 2,9%, siete décimas menos que hace tres meses.

"A la incipiente recuperación de 2021 le han seguido unos desarrollos cada vez más sombríos a medida que los riesgos se han materializado", señala el FMI, que explica como "varios impactos han afectado a una economía mundial ya debilitada por la pandemia: una inflación mayor de la esperada en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos y las principales economías europeas, desencadenando unas condiciones financieras más estrictas; una desaceleración peor de lo esperado en China, a causa de los brotes y confinamientos del COVID-19; y mayores efectos colaterales de la guerra en Ucrania".

De hecho, Estados Unidos y China son las dos economías que salen peor paradas en esta revisión: el FMI les rebaja 1,4 y 1,1 puntos, respectivamente, en su estimación para este año, de forma que Estados Unidos crecería un 2,3% y China, un 3,3%. Y para el año que viene, les recorta un 1,3 y un 0,5, aunque las tendencias serían ya distintas: los estadounidenses apenas crecerían un 1%, mientras los chinos remontarían al 4,6%.

La posibilidad de una ralentización china, en concreto, es uno de los factores de riesgo que recoge el informe, al señalar que "una desaceleración sostenida en China tendría fuertes efectos indirectos globales", especialmente por su efecto sobre las cadenas de suministro. También se alerta sobre el enquistamiento de la guerra en Ucrania, así como de sus derivadas en forma de sanciones económicas y ruptura de mercados, y del empeoramiento de la crisis alimentaria que sobrevuela el planeta.