El caudal del río Tajo está en mínimos a su paso por Toledo
- Esto se debe a una insuficiente suelta de agua desde Entrepeñas y Buendía
- También influyen los regadíos, más abundantes en verano
En las últimas semanas se están sucediendo varios episodios en los que el caudal del río Tajo ha bajado del mínimo legal, por debajo de los 10 metros cúbicos por segundo, en Toledo y Talavera de la Reina. Esto se debe a una insuficiente suelta de agua desde los embalses de Entrepeñas y Buendía y al aumento de regadíos, más abundantes en estos meses de calor.
Caudales mínimos
El Tribunal Supremo derogó en 2019 los caudales mínimos en Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina por considerarlos insuficientes para cubrir los objetivos ambientales del río.
“El TS derogó los caudales mínimos en Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina por considerarlos insuficientes para cubrir los objetivos ambientales del río“
Hasta que se establezcan unos nuevos caudales estos no pueden bajar de esa cantidad en Talavera. “Hay que andar midiendo muy mucho los metros cúbicos por segundo que tienen que pasar por Aranjuez para que luego por Toledo y Talavera pueda funcionar de una manera coherente el sistema y ya vemos que no funciona de una forma coherente y que está al límite de sus posibilidades”, explica Beatriz Larraz, directora de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss.
Reglas de Explotación del Trasvase Tajo-Segura
Desde la Cátedra del Tajo apuntan a que hay que modificar las Reglas de Explotación del Trasvase Tajo-Segura en lo referente a los desembalses máximos y al límite a la cantidad de agua que puede circular al año por el río. En 2014 las Reglas fijaron la máxima cantidad de agua que puede circular por el río Tajo al año en 365 hectómetros cúbicos. Los desembalses, nos explican desde la Cátedra, deben satisfacer todas las necesidades, incluido los regadíos.
“Las Reglas de Explotación del Trasvase Tajo-Segura fijaron la máxima cantidad de agua que puede circular por el río al año en 365 hm3“
Los regantes “forman parte de los usuarios del Tajo y por lo tanto hay que respetar esa demanda. Se entiende que la cantidad de agua que se suelta de Entrepeñas y Buendía debería ser suficiente para satisfacer los caudales mínimos y esas necesidades que tienen los usuarios del Tajo”, asegura la directora de la Cátedra del Tajo UCLM-Soliss.
“El Tajo se está agotando”
La gestión del río Tajo está muy tensionada, nos cuenta Beatriz, “hay que hacer algo porque el río no aguanta mucho tiempo así, se está agotando. Hay que tomar decisiones cuanto antes, nos dicen, la primera, de carácter legal. Hay que hacer una modificación del memorándum para que el río Tajo no tenga un desembalse máximo. No puede ser que un río tenga la cantidad que puede pasar por él limitada por ley, es el único río de la Península que tiene esa condición”.
La situación es más grave pasado el embalse de Castrejón. En la estación del Sistema Automático de Información Hidrológica que la Confederación Hidrográfica del Tajo tiene en el municipio de Cebolla se están recogiendo unas caídas en el caudal alarmante por debajo de los tres metros cúbicos por segundo.
“No puede ser que un río tenga la cantidad de agua que puede pasar por él limitada por ley, es el único de la Península“
En verano es normal que todos los ríos de España tengan menos caudal pero el del Tajo ha descendido tanto a su paso por Toledo que no puede superar el azud de Safont. Por la ciudad se observa agua estancada que dificulta el mantenimiento de las condiciones ecológicas del río.
Mal estado ecológico
Además, a su paso por la provincia de Toledo el río Tajo está en mal estado ecológico. Este descenso de caudal es incompatible con el mantenimiento de la flora y fauna, que ya se están viendo afectadas. “La degradación va avanzando hasta que se extingan todas las poblaciones nativas, sitios donde antes estaban y ya no”, detalla Beatriz Larraz.
En verano es normal que todos los ríos de España tengan menos caudal pero el del Tajo ha descendido tanto a su paso por Toledo que no puede superar el azud de Safont. Por la ciudad se observa agua estancada que dificulta el mantenimiento de las condiciones ecológicas del río.