Las condiciones de seguridad imposibilitan el acceso a atención sanitaria esencial en Burkina Faso

• Se estima que 1,9 millones de personas se han visto obligadas a abandonar su hogar
• Numerosas comunidades carecen de servicios esenciales, incluida la asistencia sanitaria

Las inseguridad imposibilitan el acceso a servicios esenciales en Burkina Faso

Desde 2015, la población de Burkina Faso atraviesa una crisis de seguridad que ha provocado desplazamientos generalizados y una angustia indecible. Se estima que 1,9 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, y que más de 500 centros de salud han dejado de funcionar o están prestando atención al mínimo de su capacidad. La situación humanitaria resulta cada vez más preocupante, pero es ampliamente ignorada a nivel internacional. Como suele ocurrir, la falta de atención de los medios de comunicación está ligada a la falta de fondos de ayuda.

Afuera de la clínica en Kaya, Burkina Faso MSF

“Mi mujer estaba embarazada”, dice Ousseini. “Tuve que llevarla a un centro de salud de Kongussi en moto. En Silgadji no podía recibir atención sanitaria porque los centros de salud estaban cerrados. Cuando estalló el conflicto, el personal de enfermería fue el primero en marcharse, y los centros de salud que siguieron funcionando estaban muy lejos”. Ousseini y su esposa fueron desplazados de su hogar en Silgadji, en la región del Sahel de Burkina Faso, y ahora viven en Kongussi, a 80 km de distancia.

“En Silgadji no podía recibir atención sanitaria porque los centros de salud estaban cerrados“

En un contexto de creciente inseguridad, la experiencia de Ousseini y su familia es similar a la de miles de personas que han huido de la violencia en Burkina Faso. Los desplazamientos a gran escala han aumentado drásticamente las necesidades humanitarias de la población y muchas comunidades, tanto locales como desplazadas, carecen de servicios esenciales, incluida la asistencia sanitaria.

En la sala de espera en Kongoussi, Burkina Fasso. MSF ofrece servicios gratuitos de atención primaria en su clínica, incluyendo el tratamiento de enfermedades más comunes, malaria, salud sexual y reproductiva, así como vacunas de rutina. MSF

El reto de desplazarse

La población, que afronta su día a día con miedo, a menudo pasa por dificultades, incluso después de abandonar sus hogares. Muchas carreteras no son seguras y la gente corre el riesgo de ser atacada cuando viaja. La organización médica internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) ha instalado clínicas móviles en las carreteras de varias regiones del país, así como puestos sanitarios avanzados en pueblos y aldeas, para ofrecer asistencia gratuita a la población. “También desarrollamos actividades comunitarias para acercarnos todo lo posible a la gente, especialmente a quienes viven en las afueras de las ciudades o en zonas rurales, alejadas de ellas”, afirma el Dr. Michel Madika, coordinador médico de MSF.

A pesar de todos los esfuerzos, las organizaciones médicas y humanitarias pueden tener dificultades para llegar hasta las personas que necesitan ayuda, ya que los desplazamientos también pueden ser peligrosos para los trabajadores humanitarios. En Djibo, una ciudad de la región desértica del Sahel que no tiene salida al mar, MSF ha tenido que suspender los viajes que hacían sus equipos a las afueras de la ciudad durante varios meses. La carretera que conecta Uagadugú, la capital, con Djibo ya no es segura debido a los puestos de control de grupos armados, a las emboscadas y a los artefactos explosivos improvisados situados al borde de la carretera.

Además de los servicios médicos ofrecidos en la clínica y en el centro de salud, MSF está facilitando el acceso a agua potable a la población de Kongoussi, Burkina Fasso, mediante la construcción de nuevos pozos. MSF

Desgraciadamente, esto es algo que ocurre en muchos de los lugares donde MSF trabaja en Burkina Faso. Incluso los vuelos de ayuda que llegan a pueblos y ciudades de todo el país se suspenden a menudo durante semanas debido a la inseguridad.

Curas alternativas por la falta de acceso a la sanidad

La violencia tiene un impacto negativo sobre el acceso de la población a servicios sociales básicos. Las personas que huyen de sus hogares suelen llegar sin nada. Para ellas, las consultas en los centros de salud conllevan la preocupación de no saber cómo van a pagar.

"Desde que llegué a Djibo, el coste de las recetas médicas es muy alto y, para una persona desplazada como yo, no es fácil" dice Belco, que dejó Barabulé por la relativa seguridad de Djibo.

“Mi única opción era visitar a curanderos tradicionales“

Al no poder pagar la atención sanitaria, Husseini recurrió a los curanderos tradicionales. “Como no pudieron atenderme en un centro de salud, mi única opción era visitar a curanderos tradicionales y las medicinas que venden en el mercado para curarme”, dice.

Elisé Sawadogo a brazos de su padre. Elisé tiene solo 5 meses y fue ingresada en la sala de pediatría de MSF hace tres días por asma. MSF

El Dr. Madika señala que estas alternativas no son seguras, por eso es esencial que la atención sanitaria sea gratuita. “Necesitamos que otras organizaciones también den un paso al frente y contribuyan a la asistencia sanitaria gratuita, no solo para niñas y niños menores de cinco años y mujeres embarazadas, sino para toda la población de las zonas más afectadas por el conflicto, porque las necesidades son enormes”, afirma. “Pero ¿cómo podemos garantizar la asistencia sanitaria gratuita si hasta ahora Burkina Faso solo ha recibido el 15 % de los fondos previstos para 2022 en el plan de respuesta humanitaria?”