La muerte de Al Zawahiri, el último golpe de EE.UU. al terrorismo: "En seis meses ha descabezado al EI y Al Qaeda"
- Entre los nombres más sonados para suceder al líder de Al Qaeda está el de Seif al Adel, un exoficial del Ejército egipcio
- "La pérdida de un líder es un evento traumático para cualquier grupo terrorista"
Estados Unidos ha matado con un dron en Kabul al líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, lo que deja abierta su sucesión y plantea cuestiones sobre la presencia del líder terrorista en la capital afgana.
La muerte de Al Zawahiri se produce cerca de un año después de que Washington y sus aliados retiraran sus tropas de Afganistán tras la firma de un acuerdo en Doha en 2020 entre Estados Unidos y los talibanes bajo la condición de evitar que Afganistán se convirtiera de nuevo en un santuario terrorista.
“Zawahiri ha muerto en Kabul y después de todas las críticas que se le han hecho a Biden por la salida de Estados Unidos de Afganistán, también puede utilizar el argumento de que estar físicamente en Afganistán no era imprescindible para seguir golpeando a los grupos terroristas”, afirma a RTVE.es el experto en terrorismo y catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Pablo de Olavide, Manuel Torres, quien ve como “una hipótesis complicada” el hecho de que el líder de Al Qaeda estuviera en Kabul sin conocimiento de los talibanes.
Según Torres, aunque la organización terrorista se vea ahora afectada por la muerte de su líder, volverá a actuar en un futuro no lejano. “De hecho, tiene la necesidad de demostrar que sigue ahí y protagonizar algún tipo de acción para su propia audiencia y para el enemigo”, asevera.
En este sentido, el profesor de Estrategia y Política de ESADE y director de ESADEgeo, Ángel Saz-Carranza, afirma que "Afganistán sigue siendo un problema, ya no solo humanitario, sino que puede volver a ser un problema para el terrorismo y una cuna de terroristas internacionales".
Parálisis inmediata de Al Qaeda
Al Qaeda ha estado actuando en los últimos años -a través de diferentes franquicias- en Afganistán, en Oriente Próximo y varias naciones africanas, sobre todo en la región del Sahel.
En el caso de Afganistán, desde el pasado agosto, cuando Estados Unidos y sus aliados retiraron sus fuerzas del país, se ha constatado un descenso en el número de atentados, algo que se atribuye al hecho de que los talibanes son los que gobiernan desde entonces.
Sin embargo, es el África Subsahariana el que se ha convertido en “el principal epicentro de la actividad yihadista mundial”, según el último Anuario del Terrorismo Yihadista publicado por el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo (OIET). En el Sahel opera, entre otras, la filial de Al Qaeda conocida como JNIM, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes. Además esta coalición de cuatro grupos es la más activa en otra parte de África, en Somalia, junto a Al Shabaab.
Toda esta actividad terrorista de Al Qaeda puede verse afectada por la muerte de Al Zawahiri con un periodo inmediato de parálisis, aunque luego volverá a actuar, según explica Torres. “En el corto plazo, la pérdida de un líder es un evento traumático para cualquier grupo terrorista porque al final esto implica una cierta parálisis hasta que identifican las causas de vulnerabilidad que han llevado a la identificación del líder (...) pero cuando pasa ese lapso inmediato, la organización no se ve tan sacudida como para dejar de operar”, indica el profesor.
El politólogo de El Orden Mundial, Álvaro de Argüelles, y el profesor colaborador del Centro Universitario ISEN de Cartagena, Chema Gil, coinciden en que la muerte de Al Zawahiri “supone una crisis para Al Qaeda como grupo”, según De Argüelles. “Hay que tener en cuenta que era una persona que no dirigía el día a día de la organización. Era una persona simbólica, pero no por ello menos importante”, señala el politólogo, quien añade que el líder de Al Qaeda “era el pegamento de lo que quedaba de la organización que fundaron él y Bin Laden y de lo que mantenía unidas las diferentes ramas de Al Qaeda en todo el mundo, que cada vez están más distanciadas entre sí”.
El posible sustituto de Al Zawahiri
La muerte del líder de Al Qaeda deja abierta su sucesión y para el politólogo de El Orden Mundial, la muerte de Al Zawahiri “va a propiciar la división dentro del grupo y que se ponga de manifiesto a la hora de encontrar un sucesor”.
Entre los nombres más sonados para suceder a Al Zawahiri como líder de Al Qaeda está el del egipcio Seif al Adel, un exoficial del Ejército egipcio de 60 años y uno de los fundadores de Al Qaeda, que se encuentra en la lista de las personas más buscadas del FBI y por el que ofrecen una recompensa de 10 millones de dólares.
Se cree que el egipcio se encuentra en Irán, algo que plantea un problema urgente para las autoridades de ese país, ya que deben elegir entre expulsar al que podría ser el nuevo líder de Al Qaeda o darle refugio.
“Saif al Adel es uno de los miembros de la vieja guardia, de la generación original de Al Qaeda. También se intuye que tiene un puesto de liderazgo dentro del grupo y que tiene carisma”, afirma Torres. “Lo que sucede es que está en Irán bajo una especie de arresto domiciliario de las autoridades iraníes y esas no son las mejores condiciones para liderar un grupo terrorista”, añade.
El experto en yihadismo detalla que “los grupos terroristas no suelen establecer una sucesión reconocible y a la vista de todos” y asegura que el proceso para elegir a un sucesor “no se plantea hasta que el líder terrorista ha desaparecido”.
“Los grupos terroristas no suelen establecer una especie de protocolo sobre cómo se produce la sucesión porque es una cierta debilidad para ellos. Le convierte en un acto mucho más conocible y que puedan ser infiltrados”, indica Torres, quien señala que “normalmente, cuando se pierde la cabeza, los barones o los líderes intermedios que tienen cierta ascendencia son los que tienen que resolver ese día después”.
Los dos principales grupos yihadistas, descabezados
La muerte de Al Zawahiri se produce cerca de un año después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenara la retirada de sus tropas de Afganistán, algo que llevó a que los talibanes se hicieran rápidamente con el control del país. Se trata del primer ataque con éxito de Washington contra un objetivo terrorista en territorio afgano desde la retirada de las fuerzas estadounidenses y reforzará el argumento de Biden de que Estados Unidos puede librar la guerra contra organizaciones terroristas sin grandes despliegues de fuerzas terrestres.
Además, Estados Unidos mató en Siria en una operación de sus fuerzas especiales el pasado 3 de febrero a Abu Ibrehim al Hashimi al Qurashi, líder del autodenominado Estado Islámico y sucesor de Abu Bakr al Bagdadi. En este sentido, el catedrático en la Universidad Pablo de Olavide subraya que “en seis meses Estados Unidos ha descabezado los liderazgos de los principales grupos yihadistas”.
“Los líderes no siempre son sustituibles y a veces los que los sustituyen no tienen la competencia, el carisma o la habilidad necesaria para seguir ejerciendo esa función. En el fondo es una buena noticia. Al final es un golpe importante para el movimiento yihadista”, indica Torres.
De Argüelles subraya que “la Inteligencia de Estados Unidos ha ido mejorando en materia de contraterrorismo” y que Al Qaeda “ha perdido mucho poder de coordinación”. “Su estrategia va cada vez más a los conflictos locales en Oriente Medio y África, ya no es esa organización que tenía la capacidad de organizar grandes atentados como el 11S”, asevera.
Por su parte, Gil opina que “la experiencia de la captura contra Bin Laden ha servido para esta ocasión”. “El trabajo más duro de la captura de Osama bin Laden, el que sirvió para poder cazarlo, fue el que hicieron las analistas de la unidad que se dedicó a perseguirlo. Algo parecido ha pasado con Al Zawahiri, uno de los hombres fuertes que entregó la Yihad Islámica egipcia a Bin Laden”, explica.
Los talibanes, perjudicados
En los acuerdos de Doha firmado entre los talibanes y Estados Unidos en febrero de 2020 se acordó la retirada completa de las fuerzas estadounidenses de Afganistán con la condición de que el país no volviera a ser un santuario terrorista, algo que aparentemente han incumplido los talibanes.
Los talibanes han dicho en reiteradas ocasiones que se adhieren al acuerdo de Doha y que no permiten que Afganistán se convierta en una base para ataques contra otros países. Sin embargo, un informe de Naciones Unidas publicado hace unos meses advirtió de que Al Qaeda ha encontrado “una mayor libertad de acción” en Afganistán desde que los talibanes están en el poder y señaló que varios líderes del grupo posiblemente vivían en Kabul.
“Afganistán es el sitio de Al Qaeda, uno de los sitios clave”, indica Gil, quien asegura que “Al Zawahiri es “muy reconocido por los talibanes y por la gente de la red Haqqani, parte de la cual está instalada dentro del gobierno de los talibanes”.
Para Torres, el hecho de que Al Zawahiri haya muerto en la capital afgana “no beneficia a los talibanes de cara a su homologación en el ámbito internacional”. “Esto lo que demuestra es que esa relación con Al Qaeda no solo no se ha roto en ningún momento, sino que incluso después de la reitrada de Estados Unidos se ha intensificado hasta el punto de que Al Zawahiri se sintió relativamente protegido como para ubicarse en las inmediaciones de Kabul”, asevera.