Verano salvaje: del turismo volcánico en La Palma a la carrera de autos locos en Frigilana
- El cráter, la fajana, las cenizas y las coladas del volcán Cumbre Vieja son un atractivo para cientos de turistas en La Palma
- La malagueña localidad de Frigiliana acoge la carrera de los autos locos, vehículos caseros hechos a mano por grupos de amigos
- Este miércoles, "Verano salvaje", a las 22:35 horas en La 1 de TVE y a partir de las 19:00 disponible en RTVE Play
La isla canaria de La Palma ha abierto al turismo su volcán. Visitantes y locales se asoman al cráter de Cumbre Vieja o lo divisan desde el mar. Los turistas que se acercan a la isla también pueden disfrutar de una hacienda azucarera reconvertida en lujoso hotel y se pueden bañar en la que dicen es la playa europea donde más tarde se pone el sol.
En la provincia de Málaga también es posible vivir un verano de locura y desenfreno en las empinadas y blancas calles de uno de los pueblos más fotografiados de España: Frigiliana. La localidad malagueña presume de playa, acantilados de vértigo y estrena bandera azul. Escondite de extranjeros, quienes la eligen para veranear aseguran que es un oasis en el trópico español.
En la senda del volcán
“La mejor manera de ayudar a los palmeros es venir a la isla“
La isla de La Palma se reinventa después de los 85 días que ha estado rugiendo el volcán Cumbre Vieja. El cráter, la fajana, las cenizas y las coladas se han convertido en un atractivo turístico que atrae a cientos de visitantes. “Nos gusta venir a Canarias, pero este año tenía que ser La Palma. La mejor manera de ayudar a los palmeros es venir a la isla” coinciden en afirmar muchos turistas.
“Los palmeros tenemos el corazón dividido entre la catástrofe y el atractivo turístico“
Sarai es una de las guías turísticas que realiza el recorrido: “El volcán ha puesto a la isla en el mapa. Hay gente que ha descubierto La Palma por el volcán y que viene sólo por eso. Los palmeros, mientras tanto, tenemos el corazón dividido entre la catástrofe y el atractivo turístico”, asegura entre coladas de lava.
Noelia y su madre llegan de Castellón, atraídas por el volcán. Se alojan en una antigua hacienda azucarera que ha obtenido el premio a Mejor Hotel Histórico de Europa compitiendo con otros 16 lugares europeos como monasterios, castillos o palacios. Ambas pasean entre 500 variedades de plantas de su jardín botánico y las 1.300 obras de arte que se exhiben en las habitaciones.
Otros turistas prefieren aprovechar hasta el último rayo de sol al oeste de la isla. Dicen que la playa de Tazacorte es la última que ve ponerse el sol en Europa. En la zona este de La Palma los lugareños se bañan en las conocidas como piscinas de la fajana.
“Esperamos que eso ocurra con la nueva fajana, que con el tiempo sirva de atractivo turístico“
Hace cientos de años, en otra explosión volcánica, la lava llegaba hasta el mar formando un territorio en el que con el tiempo se acondicionaron piscinas naturales, ahora llamadas infinity pools con agua de mar. “Esperamos que eso ocurra con la nueva fajana, que con el tiempo sirva de atractivo turístico”, cuentan los isleños mientras se bañan en el Atlántico.
Málaga tropical
Entre el Mediterráneo y la montaña se encuentra un paraíso blanco llamado Frigiliana, uno de los pueblos más fotografiados de España. Las laberínticas y llamativas calles de la localidad se pueden visitar a bordo de un tren turístico o incluso en tuk tuk que, haciendo un alarde tecnológico, puede alcanzar hasta 40 km/h. El centro de la localidad está habitado en gran parte por europeos enamorados del paisaje, el aguacate o la miel de caña.
Frigiliana celebra este año la cuarta edición de la carrera de los autos locos, artilugios sin motor que se lanzan por las calles del pueblo a toda velocidad. Son vehículos caseros hechos a mano por grupos de amigos. Los hay que homenajean a películas como Abuela a la fuga o Mad Max. Otros incluyen nevera playera con tinto de verano y jamón.
Después de tanto esfuerzo en la carrera, la playa de Maro, una de las más salvajes de la provincia, permite hacer excursiones en kajak y tomar un baño relajante en aguas cristalinas, entre acantilados de vértigo.