60 años de la muerte de Marilyn Monroe, la estrella que siempre se sintió sola
"Estoy sola, siempre estoy sola" (Marilyn Monroe)
Hace 60 años, el 5 de agosto de 1962, Marilyn Monroe aparecía muerta en su casa de Los Ángeles por una sobredosis de barbitúricos, tenía 36 años. Un suceso que, desde entonces ha dado lugar a numerosas especulaciones sobre si fue un suicidio o un asesinato (debido a la relación de la actriz con los Kennedy). De hecho, su amigo Frank Sinatra siempre defendió la teoria del asesinato.
Lo único seguro es que Norma Jean Baker falleció esa noche para dar paso a uno de los mitos más imperecederos del mundo del cine: Marilyn Monroe.
Y que, durante la mayor parte de su vida, Marilyn nunca conseguiría esa felicidad que tanto anhelaba, porque se sentía sola. En parte por no conocer a su padre y porque su madre fue ingresada en un hospital para enfermos mentales, a causa de una depresión. Esa falta de amor también fue lo que la llevó a casarse en tres ocaciones (James Dougherty, Joe DiMaggio y Arthur Miller).
Esta semana, cine y documentales homenajearán en La 2 y RTVE Play a uno de los mayores mitos de Hollywood.
Un mito que nos sigue fascinando 60 años después
60 años después, el mito de Marilyn Monroe nos sigue fascinando y generando noticias. De hecho, una de las películas más esperadas de este año es Blonde, el biopic cinematográfico de la actriz dirigido por Andrew Dominik y protagonizado por Ana de Armas, que se estrenará el 23 de septiembre.
También en mayo de este mismo año, un documental (Marilyn Monroe, la última verdad), recogía la prueba de ADN que ha confirmado que el padre de Marilyn Monroe fue Charles Stanley Gifford, del que la actriz únicamente poseía una fotografía. Se trata del dueño del laboratorio fotográfico donde trabajaba la madre de Marilyn, con el que supuestamente tuvo una fugaz relación.
Unos comienzos muy difíciles
Nacida el 1 de junio de 1926, Norma Jean Baker, tuvo una infancia itinerante hasta que su madre acabó ingresada en una clínica mental y ella, en un orfanato. Con 10 años fue violada y, a los 17 creyó que, casándose, podría dar estabilidad a su vida. Pero ese primer matrimonio con James Dougherty fue un desastre, ya que él no quería que fuera modelo, sino una ama de casa.
Empezó a trabajar como modelo muy joven, incluso en 1945 posó desnuda para unas fotos que, años después, cuando Marilyn empezó a ser conocida por la película Niágara (1953), acabaron en la portada del primer número de Playboy. El primer paso para convertirse en el sex-symbol más famoso de la historia del cine.
Tras esos primeros pasos como modelo, hizo una prueba en Hollywood y Zanuck vió su potencial. Y lo primero que hizo fue cambiarla el nombre por el de Marilyn Monroe. Un nombre con el que se hizo notar en sus primeros y breves papeles en películas como Amor en conserva (1949) junto a los hermanos Marx, Eva al desnudo (1950) o La jungla del asfalto (1950).
Eso le permitió conseguir papeles con mayor protagonismo, en películas como: 4 páginas de la vida, Encuentro en la noche, o Me siento rejuvenecer.
Pero esos comienzos también fueron muy duros porque, como Marilyn explicaba en su autobiografia: "Sabes que cuando un productor llama a una actriz a su oficina para discutir un guión, eso no es todo lo que tiene en mente... Me he acostado con productores. Sería una mentirosa si dijera que no". Unas prácticas que la actriz denunció en 1953, en una carta que tituló: Los lobos que he conocido.
La mujer más deseada de América
El éxito de Marilyn en Hollywood era imparable. En 1952 trabajó en seis películas, entre las que destacó la mencionada Niágara, que la convertiría en un mito sexual que se afianzaría con otros tículos como Los caballeros las prefieren rubias, junto a Jane Russell o Como casarse con un millonario, junto a Lauren Bacall y a Betty Grable.
Convertida en la mujer mas deseada de América se casó con un mito nacional, el jugador de beisbol Joe DiMaggio, con el que intentó encontrar la felicidad que tanto se le había resistido. Pero, en menos de dos años, se enamoraron, se casaron, se pelearon, se reconciliaron y se divorciaron.
La tentación vive arriba, de Billy Wilder, la afianzó como sex-symbol con esas faldas levantadas por el aire del metro de Nueva York (lo que no gustó demasiado a su marido, Joe DiMaggio), pero también nos descubrió a una comediante excepcional. Algo que confirmaría la siguiente colaboración con el director, Con faldas y a lo loco, jundo a unos travestidos Jack Lemmon y Tony Curtis. Aunque el rodaje de esta mítica película fue un infierno por los continuos retrasos de la actriz y Tony Curtis confesó que antes que volverla a besar, preferiría besar a Hitler, fue uno de los mayores éxitos de Marilyn que ganó un Globo de Oro por el papel de Sugar.
(Música cabecera)
-Aún no he leído, en todos estos años,
y ya son décadas las que llevo en este negocio de locos,
nunca he leído un guión de una comedia
que no solo sea mejor, sino que se le parezca remotamente.
-Adiós, Charlie. -¡No "Botines", no!
-Creo que me voy a desmayar... -¡Eh, vosotros, salid de ahí!
-¡Creo que me han dado! -Al contrabajo sí que le han dado.
-¿Hay sangre?
-Si nos cogen, claro que la habrá, ¡del grupo cero! Vamos.
-Oiga, ¿señor Poliakoff?
Creo que está usted buscando dos muchachas para una orquesta...
(Música)
-Ella tenía que venir andando, llamar a una puerta
y decir "soy Sugar".
Pero venía y decía: ¿dónde está ese bourbon?
Así una y otra vez.
Tenía un bloqueo mental y no pudo decir esa frase.
-¿No nos hemos visto en alguna parte? -No lo creo probable.
-¿Vive en el hotel? -No señorita.
(Tango)
-¡Me he prometido! (CANTURREA) -¡Enhorabuena! ¿Y quién es ella?
-Ella soy yo.
-Me pregunto a mí mismo cómo lo hice y ¿cómo podría hacerlo otra vez?
No lo sé.
-¡Tú y yo no podemos casarnos! -¿Por qué no?
Convertida en nuna estrella, Marilyn pensaba que estaba mal pagada, por lo que fundó su propia productora de cine en 1954 y decidió prepararse como actriz, porque sentía que no la tomaban en serio. Por eso comenzó a estudiar actuación del método con Lee Strasberg en el Actors Studio. En esa época Bus Stop (Joshua Logan) y El principe y la corista (Laurence Olivier), El multimillonario (George Cukor)... fueron otros grandes éxitos de Marilyn.
La vida de Marilyn dio un giro cuando conoció al dramaturgo Arthur Miller en una fiesta y quedó deslumbrada por su inteligencia. Quizá también por representar esa figura paternal que la actriz buscó toda su vida. MIller le hizo leer a Dostoiesky y la ayudóa a elegir mejor sus papeles. Incluso escribió para ella The Misfits (Vidas rebeldes, 1961), la que sería la última película de la actriz (también fue la última de Clarck Gable).
Pero su matrimonio con Miller tampoco duró. el escritor decía que "nunca había conocido a alguien tan triste". Por eso el personaje de Marilyn en Vidas rebeldes era el de una mujer desesperadamente necesitada de amor.
El final
Los hermanos Kennedy se aprovecharon de esa soledad y necesidad de amor auténtico que sentía la actriz. Todos recordamos la imagen de Marilyn cantando el cumpleaños feliz a John poco antes de morir.
Los últimos meses de la actriz fueron un desastre. Se encontraba muy sola y sus depresiones y abusos de las pastillas llevaron a que los rodajes en los que trabajó sufrieran numerosos retrasos. De hecho, no pudo terminar su última película, que dirigía George Cukor (Something´s got to give). En esa época fue ingresada brevemente en un hospital psiquiatrico.
La noche de su muerte el teléfono de la habitación de Marilyn estaba descolgado, por lo que parece que intentó hablar con alguien antes de morir. Pero nunca lo sabremos. Como nunca sabremos si fue un suicidio o un asesinato.
Joe Dimaggio se encargó de su entierro, celebrado de forma íntima, y prohibió la presencia de los Kennedy. Aunque miles de admiradores ocuparon las calles cercanas al cementerio. Y mientras Dimaggio vivió, nunca faltó una rosa en su tumba.
60 años después de su muerte, Marilyn Monroe sigue siendo la mayor estrella de esa fábrica de sueños llamada Hollywood. Y, a pesar de todo, siempre la recordaremos con una sonrisa.