El fiscal general de Estados Unidos presenta cargos contra cuatro policías por la muerte de Breonna Taylor
- Han sido acusados de utilizar información falsa para obtener la orden de registro y por presunto uso excesivo de la fuerza
- La Justicia local solo había acusado a uno de los agentes por haber "puesto en peligro" al vecino de Taylor
La Fiscalía General de Estados Unidos ha anunciado este jueves la presentación de cargos federales contra cuatro policías implicados en la muerte de la afroamericana Breonna Taylor, la joven de 26 años que recibió un disparo en su casa de Louisville (Kentucky) en 2020 y se convirtió en parte de las reivindicaciones del movimiento Black Lives Matter.
El fiscal Merrick Garland ha informado que tres de los oficiales, Kyle Meany, Joshua Jaynes y Kelly Goodlett, han sido acusados de utilizar a sabiendas información falsa para obtener la orden de registro que autorizó el allanamiento de la casa de Taylor. Un cuarto agente, el ex detective Brett Hankinson, ha sido acusado de violación de los derechos civiles por presunto uso excesivo de la fuerza.
"Los acusados sabían que la orden judicial contenía información falsa y engañosa y que se había omitido otra información", ha explicado Garland en una rueda de prensa, en la que ha señalado que los agentes que no participaron en la redada tomaron "medidas para encubrir su fechoría", entre ellas mentir al FBI.
"Breonna Taylor debería estar viva hoy", ha lamentado.
Una redada de narcotráfico fallida: la Policía disparó 20 veces
Según la versión oficial, Taylor murió cuando tres agentes entraron en el piso de la joven sin anunciar su presencia al confundirlo con una vivienda durante una redada contra el tráfico de drogas.
Creyendo que habían entrado unos ladrones, el novio de la víctima sacó un arma con licencia para defenderse. Al ver esto, los policías dispararon más de 20 veces, acabando con la vida de la enfermera, que a diferencia de su pareja estaba desarmada.
La Justicia local solo acusó a uno de los agentes implicados en la tragedia por haber "puesto en peligro" a su vecino, ya que algunas balas impactaron en un apartamento próximo, mientras que exculpó a los otros dos policías, alegando que sus disparos estarían justificados por ley.
Finalmente, la absolución del imputado en marzo fue considerada como una denegación de justicia para los activistas antirracistas, que convocaron protestas y manifestaciones en Kentucky.
Los familiares de Breonna Taylor dijeron sentirse "desconcertados, indignados y confundidos" tras la sentencia, señalando que parecía haber "dos sistemas judiciales en Estados Unidos: uno para los negros y otro para los blancos".
Paralelamente, la ciudad estadounidense de Louisville anunció un acuerdo judicial por el que indemnizaría con 12 millones de dólares a la familia y harían reformas a los procedimientos policiales para prevenir futuras muertes, entre ellas que las órdenes de registro de viviendas sean aprobadas previamente por un oficial o comandante a cargo.
Breonna Taylor y George Floyd: Un verano de protestas antirracistas
La muerte de Taylor fue uno de los casos que alimentaron un verano de protestas contra la injusticia racial y la violencia policial hace dos años, cuando el país aún afrontaba la pandemia de coronavirus.
Otro de los casos que provocó que el movimiento antirracista tomara las calles fueron el caso de George Floyd, que murió en Mineápolis después de que el agente de Policía Derek Chauvin presionara con la rodilla su cuello durante ocho minutos y 46 segundos mientras se quejaba de que no podía respirar.
El exagente fue declarado culpable a finales de abril de matar al afroamericano, después de más de dos semanas de proceso judicial.