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Obituario

Muere el científico español Santiago Grisolía a los 99 años

  • Grisolía, discípulo de Severo Ochoa, era el presidente del Consell Valencià de Cultura
  • Fue Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en el año 1990

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Muere el científico Santiago Grisolía a los 99 años

El bioquímico valenciano Santiago Grisolía, presidente del Consell Valencià de Cultura (CVC), ha fallecido este jueves a los 99 años.

Grisolía se encontraba ingresado desde hacía unos días en un hospital valenciano tras un empeoramiento de su estado de salud y donde estaba siendo tratado de COVID.

Un gran divulgador científico que supo moverse en todos los ámbitos

Santiago Grisolía se licenció en Medicina por la Universidad de Valencia en 1944 y la oportunidad le llegó con una beca del Ministerio de Asuntos Exteriores para estudiar en Estados Unidos.

Aunque la beca era para un periodo de un año en el Departamento de Bioquímica y Farmacología de la Universidad de Nueva York, donde fue el primer alumno español de postdoctorado que tuvo el científico Severo Ochoa, esta "estancia temporal" se prolongaría durante más de tres décadas.

Siempre hizo gala de haber sido discípulo del Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1959, Severo Ochoa, con el que mantuvo una gran amistad, y de hecho era depositario de su testamento personal y científico, y custodiaba tanto su archivo científico como su biblioteca privada.

Tras una larga estancia en Wisconsin, donde trabajó como profesor y presidente del Departamento de Bioquímica Molecular de la Universidad de Kansas y director del Laboratorio de ese centro, regresó a España en 1977 para hacerse cargo del Instituto de Investigaciones Citológicas de Valencia.

Su trabajo se centró en materias como la enzimología del metabolismo del nitrógeno, el metabolismo de fosfogliceratos, el recambio y degradación de proteínas y el control de la síntesis de la tubulina en el cerebro.

En 1988 fue designado presidente del Comité de Coordinación Científica de la Unesco para el Proyecto Genoma Humano, un puesto desde el que contribuyó especialmente a la divulgación científica del genoma humano y a que Valencia se convirtiera en uno de los centros neurálgicos donde debatir el descubrimiento del mapa genético, considerado uno de los más importantes avances de la Humanidad.

Su experiencia investigadora y su preocupación por situar la ciencia y tecnología española a niveles internacionales le llevó en las últimas décadas a promover congresos internacionales y escribir libros, como Vivir para la ciencia, donde criticaba la falta de apoyo institucional y político al desarrollo de la investigación en España.

Grisolía siempre opinó que los científicos tienen la "obligación" de comprometerse y responder a temas relacionados tanto con su actividad como a otras cuestiones de actualidad.

Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica

Le concedieron el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1990 junto a Salvador Moncada “por su labor científica en el área de la Bioquímica en campos muy diversos, principalmente en la enzimología del metabolismo del nitrógeno relacionado con el ciclo de la urea y la degradación de las pirimidinas”.

En 1995 fue nombrado asesor del presidente de la Generalitat Valenciana para Ciencia y Tecnología, un año después presidente del Consell Valencià de Cultura -cargo que todavía ostentaba- y en 1998, del Comité Científico Asesor del Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de Valencia y del Consejo Asesor del Museo de Ciencias de Cuenca.

Santiago Grisolía

Como presidente ejecutivo de los Premios Rey Jaime I, puestos en marcha por la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados y la Generalitat y que en 2020 cumplen su trigésimo segundo aniversario, logró llevar a Valencia año tras año a decenas de premios Nobel y afianzar uno de los galardones con mayor dotación económica de todo el país.

Durante la entrega de los galardones de la 32ª edición, marcada por la pandemia del coronavirus, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, destacó el "impuso entusiasta" de Santiago Grisolía, del que dijo era una "persona eternamente joven" y "una luz permanente que irradia ciencia desde Valencia hacia el mundo".

Desde el Consell Valencià de Cultura -órgano consultivo de la Generalitat- apoyó la declaración de la fiesta de toros como Bien de Interés Cultural (BIC), sugirió que los "bous al carrer" llevaran luces en lugar de fuego en los cuernos, y pidió que los incendios "intencionados" fueran considerados un crimen contra la Humanidad.

También insistió en numerosas ocasiones en que los ministerios de Educación y de Sanidad deberían "desaparecer", preguntándose cuál era su razón de ser si las transferencias a las comunidades autónomas estaban ya hechas.

Otra de sus facetas fue la literaria: en 2009 publicó la novela El enigma de los grecos, donde entremezclaba historias ficticias y autobiográficas de la mano de Peter Smith, un joven voluntario de las Brigadas Internacionales que se veía envuelto en una aventura relacionada con uno de los secretos mejor guardados de los templarios.

El mundo científico llora su muerte

Figuras de la sociedad política, civil y del mundo de la investigación y la cultura lamentan la pérdida del profesor Santiago Grisolía. Entre ellos, la ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, que ha señalado que la bioquímica en España le "debe mucho" al científico valenciano Santiago Grisolía y le agradece "su ejemplo y entrega a la ciencia".

Destaca la reacción de la Fundación Princesa de Asturias, que recuerda que el bioquímico valenciano fue su Premio de Investigación Científica y Técnica en 1990, o la de la Academia Valenciana de la Llengua (AVL) resaltando su vida dedicada a la ciencia y a la difusión del patrimonio y la cultura.

En la misma línea, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) pone en valor la carrera del profesor y "alma máter" de los Premios Rei Jaume I para la promoción de la investigación y el desarrollo científico.

Es una pérdida que apena al Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), recordando que Grisolía formó parte de su patronato de Ciencia y estuvo al frente del Instituto de Investigaciones Citológicas: "Gracias por todo, Profesor".

"Gracias por tu ejemplo, tus enseñanzas, tu legado y tu amor a la Ciencia", coincide la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

También desde el mundo de la medicina, el Colegio Oficial de Médicos de Valencia (IICOMV) se entristece "profundamente" por el fallecimiento de Grisolía, a quien reconoció con su Medalla de Oro en 2015.

"Nadie en la Comunidad Valenciana ha hecho tanto por fomentar la CIENCIA", proclama el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV-CSIC), ensalzando a un científico referente que ha dejado un legado de compromiso con la ciencia y el talento.

En el plano universitario, la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) lamenta esta muerte y recuerda que Grisolía fue investido Doctor Honoris Causa en esta institución en 1991.

Y a nivel cultural, la Muestra Internacional de Cinema Educativa (MICE) pone en valor el apoyo recibido por el también presidente del Consell Valencià de Cultura (CVC) durante los años del festival y "en especial, en las difíciles primeras ediciones" cuando Grisolía ejerció como maestro de ceremonias en la cuarta MICE.