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Intensidad, extensión y duración: claves para distinguir una ola de calor de un episodio de altas temperaturas

  • Ambos son fenómenos diferentes y pueden diferenciarse prestando atención a algunas características
  • Un episodio de calor, por ejemplo, puede darse en cualquier época del año, incluso en invierno

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Un hombre se refresca en la fuente de la plaza de la Corredera de Córdoba
Un hombre se refresca en la fuente de la plaza de la Corredera de Córdoba

Pese a que se tiende a usarlos como sinónimos, una ola de calor, como la que sacude actualmente España, y un episodio de altas temperaturas no comparten las mismas características.

Ambos son fenómenos diferentes que pueden distinguirse gracias a algunas claves, entre las que destacan la intensidad, la duración y la extensión.

Lee en RTVE.es estas y otras diferencias y aprende a identificar, cuando probablemente acabe la tercera ola del verano este fin de semana, si la siguiente podría haber llegado.

¿Qué es un episodio de altas temperaturas?

En primer lugar, los episodios de altas temperaturas se producen cuando los termómetros marcan valores inusualmente altos para la época del año, pero no únicamente en verano. Pueden ocurrir en cualquier estación del año, incluso en invierno.

De hecho, en la Nochevieja del año 2021 se alcanzaron se alcanzaron valores primaverales: fue el más cálido en numerosas ciudades españolas desde que hay registros. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), desde el 27 de diciembre hasta el 3 de enero los termómetros marcaron tres grados más de lo habitual en ciudades como Segovia o Salamanca.

La ola de calor deja altas temperaturas nocturnas que dificultan el descanso

Por otro lado, cuando sí se producen en verano, se mencionan cuando el calor es intenso pero no lo suficiente como para poder hablar de ola de calor. Para esto último deben cumplirse ciertos criterios.

¿Cuándo sí es una ola de calor?

Para que un episodio de calor sea considerado como una ola, deben cumplirse al mismo tiempo unos criterios fijados que obedecen a factores de intensidad, extensión y duración del fenómeno.

Concretamente, debe superarse la temperatura correspondiente al 5% de la más alta registrada entre los meses de julio y agosto en una serie de estaciones meteorológicas.

Además, tiene que producirse en el 10% de las consideradas representativas en nuestro país y como mínimo durante tres días.

Solo si esos tres criterios se cumplen simultáneamente se podrá hablar de ola de calor. En el caso de que alguno de ellos faltara, aunque hiciera mucho calor, se hablaría de episodio cálido.