Colombia cambia su rumbo político con la toma de posesión de Petro
- El sucesor de Iván Duque será el primer presidente de izquierda en el país caribeño
- Implementar los Acuerdos de Paz y acometer varias reformas profundas son algunos de sus retos
La Presidencia de Gustavo Petro abre en Colombia un nuevo rumbo político. Nunca antes la izquierda había gobernado en el único bastión conservador que quedaba en América Latina. El pasado 19 de junio, más de 11 millones de ciudadanos avalaron el giro ideológico en unos comicios históricos por la alta participación y por la elección de Francia Márquez como la primera vicepresidenta negra.
Para entender este viraje viajamos hacia el Pacífico colombiano, donde fue clave el voto por el cambio. En municipios como Timbiquí, a donde nos dirigimos, Petro obtuvo casi el 99% de los sufragios. Antes de llegar ya se aprecia el abandono y el olvido.
En el muelle de Guapi, desde donde salen canoas y barcos hacia Timbiquí, nos espera Cristian, un joven de 28 años que pertenece a la organización COCOCAUCA, por la defensa de los derechos étnico-territoriales del Pueblo Negro. Para merodear por la zona es aconsejable ir acompañados de lugareños. El corredor del Pacífico es una de las rutas de narcotráfico, desde el litoral sacan la cocaína hacia Centroamérica y una vez allí la distribuyen al resto del mundo.
Tras una hora en lancha llegamos al municipio. El territorio está controlado por grupos armados y guerrillas que asedian a la población y captan a muchos jóvenes para sus filas.
"Los chicos y muchas chicas entran en estas organizaciones porque desean tener una pistola, portar un fusil, llevar un uniforme para sentirse una persona más importante ante sus compañeros, hermanos, primos dentro de su comunidad. Es la única forma de sentirse importante porque aquí difícilmente tendrán oportunidades para que sus padres les manden a estudiar a otras ciudades" lamenta Cristian.
Décadas sintiéndose marginados
La población vive de la pesca, la plantación de coca y la minería ilegal. Durante décadas se han sentido marginados y por eso muchos timbiquireños han hecho campaña puerta a puerta por un cambio.
"Es racismo, es racismo. Simplemente por racismo, simplemente por el color de piel. No quieren invertir porque hay poblaciones étnicas. Hay indígenas y hay afros. El Pacífico tiene un 95% de afros y un 5% de indígenas y entonces por eso. Y si miramos también, la única costa del país que no está conectada es esta", argumenta con cierto enfado Joniel Angulo, un líder comunitario de la zona.
Desempleo, violencia, falta de acceso a la educación, un sistema de salud deficiente... Los mismos problemas, a los que hay que sumar que muchas familias no tienen electricidad ni agua potable, se repiten en toda la costa. En el Pacífico, el efecto que ha tenido en las urnas la designación de Francia Márquez como vicepresidenta es innegable.
Los afros se identifican con ella, no solo porque es negra, también porque nació en el mismo departamento y ha padecido las mismas miserias que ellos.
"Pienso que Gustavo Petro y Francia Márquez van a aplicar la empatía, que se pongan en los zapatos de nosotros. Así como Francia ha sufrido y hemos sufrido nosotras, nos sentimos identificadas", explica Nelly Canchimbo, lideresa de la Red de mujeres Matamba y Guasá. Dejamos Timbiquí pero seguimos viajando por el mismo departamento.
El voto indígena y campesino, claves
En el interior del Cauca vive una importante comunidad indígena, que también ha apoyado a Gustavo Petro. En Colombia hay más de cien pueblos originarios y muchos de sus líderes son perseguidos, asesinados y desplazados por defender el territorio.
Estos guardianes de la naturaleza ven en la alternancia política la oportunidad para recuperar lo que le ha sido arrebatado durante siglos.
"No solo reclamamos la tierra como un ejercicio para fortalecer nuestra economía. La tierra es nuestro eje principal y no se puede seguir explotando como se viene haciendo. Hay que darle otra mirada diferente, que no comprende el otro mundo, pero nosotros como comunidad indígena lo entendemos", afirma Carmen Eugenia Gembuel Quiguanás, Consejera Mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca.
En el viraje político también ha sido fundamental el voto de los campesinos. Colombia es el mayor productor mundial de cocaína y en departamentos como el Cauca hay ocultas grandes plantaciones ilegales, que ponen en riesgo la economía de subsistencia.
"El abandono del Estado al campo colombiano ha sido desastroso. Ha habido una brecha muy grande entre campo y ciudad. Las oportunidades para el campesino han sido muy pocas, por eso muchas familias se han visto obligadas a cultivar la mata de coca o la marihuana" nos cuenta José William Orozco de la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana.
Con la firma de los Acuerdos de Paz con las FARC en 2016 muchos campesinos soñaban con el compromiso del gobierno de invertir en el agro y sustituir los cultivos ilegales, pero la realidad fue otra. El Tratado apenas se implementó y algunos de los que dejaron la siembra volvieron a plantar coca por ser más rentable.
Grandes expectativas ante numerosos retos
Además del Cauca, Gustavo Petro, obtuvo la victoria en los departamentos de la periferia, los más vulnerables del país, que confían en la izquierda para revertir sus condiciones de vida. El presidente electo tiene muchos retos por delante. La reforma fiscal, agraria, educativa, sanitaria…, son algunos de sus desafíos.
"Hay unas expectativas muy grandes, que obviamente sobrepasan lo que un gobierno puede hacer en cuatro años. A mi juicio, con que haga dos de esas reformas que sean lo más emblemáticas, me parece que va a ser suficiente”, asegura el analista político Mauricio Jaramillo.
Petro también ha mostrado su firme compromiso con la paz, no solo para cumplir los acuerdos, también quiere abrir el diálogo con otras organizaciones como la guerrilla todavía activa ELN.
De momento el próximo mandatario apuesta por un gran pacto nacional para gobernar. En sus primeros nombramientos ha integrado perfiles conservadores y moderados. Mientras, en el Congreso, Petro cuenta con un amplio respaldo pero, para mantenerlo sin defraudar a sus votantes, va a tener que hacer todo un juego de equilibrios.