Desaladoras: la alternativa para obtener agua en periodos de sequía
- La planta de Torrevieja, en Alicante, es la que más agua produce de España y abastece a 400.000 habitantes
- Desde Greenpeace señalan que debe ser una medida puntual por su impacto negativo en el ecosistema marino
Para combatir épocas de sequía como las que vive actualmente España, una de las alternativas son las desaladoras. La de Torrevieja, en Alicante, es la que más agua produce de un total de 765 plantas que hay en el país.
Sin embargo, esta no es una solución definitiva, sino puntual, para un periodo de intensa falta de agua como el que vive el país actualmente, con unos embalses situados en mínimos históricos. De hecho, desde Greenpeace explican que la salmuera, la cantidad total de sal extraída del agua, se vuelve a verter en el mar, y su alta concentración tiene un impacto negativo en la posidonia oceánica, una planta endémica del Mediterráneo.
Proporciona agua para 400.000 habitantes y 8.000 hectáreas de regadío
Desde el puerto, un total de ocho bombas empujan el agua para comenzar el proceso de desalinización en la planta de Torrevieja. "Es la más grande de Europa y tiene una capacidad máxima de 240 mil metros cúbicos al día, que es con la que nos encontramos trabajando actualmente", explica a TVE Ana María Boix, jefa adjunta de la planta.
Lleva funcionando a máximo rendimiento desde finales del pasado mes de abril, lo que se traduce en agua para más de 400.000 habitantes y más de 8.000 hectáreas de regadío.
Según la Asociación Española de Desalación y Reutilización, España produce alrededor de cinco millones de metros cúbicos por día de agua desalada.
Pero, ¿cómo se elimina la sal del agua marina? Primero se desprende cualquier sustancia orgánica, como algas o arena, y el agua restante se somete a un tratamiento para desprenderle la sal. Esto se hace mediante membranas de osmosis inversa, un mecanismo en el que se impulsa el agua a alta presión, obteniendo así dos corrientes: una de agua permeada y libre de sales, y otra de toda la concentración de sal, la llamada salmuera.
Esta salmuera, diluida, se devuelve al mar y se convierte en un residuo que, según los ecologistas, supone un riesgo para los ecosistemas marinos.
Greenpeace advierte del daño ambiental de la salmuera vertida al mar
Julio Barea, experto en agua de Greenpeace, explica a TVE que la salmuera es el rechazo que producen las desaladoras y que arrojan al mar. Esto "afecta a las especias, por ejemplo, a la posidonia", indica. Barea indica, además, que para extraer y bombear el agua, se consume mucha energía y al mismo tiempo se genera dióxido de carbono.
Por ello, desde Greenpeace consideran que las desaladoras son una alternativa puntual para obtener agua en momentos de sequía como el que está viviendo España, pero descartan que sea una solución definitiva y reclaman un uso responsable de los recursos naturales. Mientras tanto, los embalses del país se encuentran por debajo del 40%, casi 20 puntos menos que la media de hace 10 años.