El drama de los afganos que España aún no ha evacuado: "Tenemos que ocultar nuestra identidad para siempre"
- Desde agosto de 2021, España ha evacuado a cerca de 3.000 personas desde Afganistán
- Ahora la única opción de los colaboradores afganos para llegar a España es lograr un visado para Pakistán o Irán
- Según ha podido saber RTVE.es, todavía quedan por evacuar alrededor de 800 personas, colaboradores de AECID y familiares
Desde que los talibanes volvieron al poder en Afganistán en agosto de 2021, España ha evacuado a cerca de 3.000 personas desde ese país. Sin embargo, siguen siendo muchos los afganos que colaboraron con los cooperantes y los militares españoles que un año después están a la espera de poder salir de Afganistán. Viven bajo el régimen talibán con miedo a ser identificados y luchan cada día para obtener un visado para España.
Entre ellos se encuentra Gholam Nabi (nombre ficticio), un afgano que trabajó con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) entre 2011 y 2014. Tanto él como su familia se ven obligados a ocultar su identidad de los talibanes por miedo a sufrir represalias. “Tenemos que tratar de ocultar nuestra identidad para siempre”, asegura a RTVE.es.
En agosto de 2021 España llevó a cabo una operación con la que se evacuaron a más de 2.000 afganos. Dos meses después, llegaron a España tres aviones desde Islamabad con 244 afganos y desde octubre también ha habido un goteo de personas que han ido solicitando protección a las embajadas españolas en Irán y Pakistán y que han ido llegando a España.
Este miércoles, coincidiendo con el primer aniversario de la caída de Kabul, ha llegado un nuevo grupo de cerca de 300 colaboradores afganos, de los cuales solo 12 son trabajadores de la AECID y sus familiares. Según ha podido saber RTVE.es, todavía quedan por evacuar alrededor de 800 personas, colaboradores de esta agencia y familiares.
Perseguidos por los talibanes
Al regresar al poder, los talibanes prometieron una amnistía total para aquellos que habían trabajado para el gobierno afgano depuesto y afirmaron que no buscaban vengarse de sus oponentes.
Tan solo unos días después de que los talibanes tomaran la capital afgana, Naciones Unidas publicó un informe en el que afirmaba que los talibanes estaban buscando puerta por puerta a personas que habían trabajado con las fuerzas de la OTAN y de Estados Unidos en Afganistán para castigarlas. Incluso amenazaban con matar o detener a sus familiares si estas personas no eran localizadas.
Gholam Nabi cuenta que un año después, tanto él como su familia se ven obligados a ocultar su identidad a los talibanes.
“Los talibanes anunciaron que perdonarían a todo tipo de personas en Afganistán que trabajaron para las fuerzas extranjeras, pero eso son solo palabras”, afirma Gholam Nabi. “Hasta ahora nuestra identidad está oculta y no tenemos ningún problema, pero siempre tenemos miedo. Escondemos nuestra identidad en el mercado, en el bazar, en la sociedad… No podemos ir a trabajar sin miedo”, añade.
Ignacio Álvaro, antiguo coordinador de la cooperación española en Afganistán, recalca que los colaboradores afganos “están muy señalados” y que muchos de los que siguen en Afganistán “están medio escondidos”. “Son gente que en general se identifican porque han trabajado con cooperación internacional. No es fácil pasar desapercibido. Hay gente que ha recibido amenazas, que ha recibido cartas. Todos ellos están en serio peligro y ninguno ha podido volver a tener una vida normal”, recalca.
La lucha por conseguir un visado sin éxito
Con la caída de Kabul el 15 de agosto de 2021 y después de que el presidente Ashraf Ghani huyera a Abu Dabi y admitiera que los talibanes habían ganado, miles de afganos y extranjeros se dirigieron aterrorizados hasta el aeropuerto de la capital afgana para abandonar el país. El acceso al aeropuerto fue bloqueado por los talibanes, llevando a que se concentrara ante sus puertas una multitud de personas desesperadas que protagonizó escenas de caos en las que algunas de ellas sufrieron agresiones.
Entre la multitud se encontraba Sameer (nombre ficticio), quien trabajó para la AECID en Afganistán y explica que “un día antes recibí una llamada desde España para que estuviéramos preparados para abandonar Afganistán”. “Intentamos conseguir un visado para viajar a España desde el aeropuerto de Kabul, pero había mucha gente alrededor y no logramos llegar hasta los soldados españoles”, cuenta Sameer. Desde entonces ha intentado en varias ocasiones conseguir un visado para viajar a España con su esposa y sus cinco hijos.
Su segunda opción para llegar a España es ir a Pakistán y desde ahí solicitar el visado español, algo que ha intentado sin éxito. “Fuimos hasta la frontera y allí los talibanes no nos dejaron cruzar porque no teníamos visado para ir a Pakistán. He pedido más de cinco veces el visado para Pakistán”, afirma Sameer, quien admite que si logra llegar al país vecino “no tenemos la capacidad de permanecer en Pakistán tres o cuatro meses” a la espera de que la Embajada de España les conceda los visados.
“"No pudimos llegar hasta el aeropuerto por la multitud"“
Gholam Nabi también intentó viajar a España desde la capital afgana. “Fuimos a Kabul, pero desafortunadamente no pudimos llegar hasta el aeropuerto por la multitud”, asegura. Ahora lucha por lograr un visado para salir del país, pero Gholam se enfrenta a un problema diferente: tiene un pasaporte caducado y los talibanes no emiten nuevos pasaportes desde que están en el poder.
“Hay mucha gente que trabajaba con la AECID que se ha quedado atrás por este problema. Necesitan un pasaporte válido para llegar a un tercer país, pasar la frontera y luego ir a la Embajada de España para obtener un visado”, afirma Gholam. “Los talibanes dejaron de emitir nuevos pasaportes. He intentado obtener el pasaporte de muchas maneras, pero no logro obtenerlo”, admite.
El Afganistán de los talibanes: asesinatos selectivos y desempleo
A pesar de que los talibanes aseguran que han puesto fin a sus normas represivas, desde que volvieron al poder han mostrado todo lo contrario. Las autoridades talibanas prohibieron en marzo que las niñas de secundaria volvieran a la escuela y dos meses después obligaron a las mujeres y niñas a cubrirse el rostro y usar hiyab.
Además, desde que tomaron el poder el desempleo se ha disparado en Afganistán. Según el Inspector General Especial de Estados Unidos para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), más de 900.000 afganos han perdido su trabajo desde agosto de 2021.
“La situación en Afganistán ha cambiado totalmente en un año. La situación económica es realmente mala. Hay mucha gente sin trabajo, los precios están realmente altos, hay ataques en Kabul y otras provincias y las niñas no pueden ir al colegio”, afirma Sameer, quien detalla que ha contratado a un profesor especial para que dé clases a su hija en casa.
En cuanto a la situación de seguridad, Gholam Nabi explica que hay menos robos en las ciudades que antes, pero han surgido otros problemas como asesinatos selectivos. “Las personas son asesinadas a nuestro alrededor. No escuchamos las razones en las noticias o por parte del Gobierno, pero somos testigos de este tipo de asesinatos”, asegura.
Gholam Nabi se considera “una persona afortunada” por haber encontrado un trabajo temporal con el que puede mantener a su familia, aunque teme por lo que pueda ocurrir en el futuro. “El número de personas desempleadas está aumentando. Las personas con estudios están perdiendo su trabajo y no tienen oportunidad de volver a conseguir uno”, detalla.
“La mayoría de las personas que queda en Afganistán están desempleadas y no pueden mantener a su familia. Se han enfrentado a muchos problemas económicos. Vendieron todo, sus casas, pero yo soy una de las personas afortunadas que encontró un trabajo”, añade Gholam.