El éxodo de las ciudades a los pueblos se intensifica más allá de la pandemia
- En 2021 se ha confirmado la tendencia del año anterior y el mundo rural ha seguido atrayendo población urbana
- En los últimos cuatro años más de la mitad de municipios pequeños han ganado población
El éxodo hacia las ciudades que durante décadas ha vaciado la España rural da síntomas de empezar a revertirse. Los municipios de menos de 5.000 habitantes han registrado 222.229 empadronamientos desde 2018, cerca de la mitad de ellos provenientes de núcleos urbanos. Desde aquel año, el mundo rural no ha dejado de atraer población, un fenómeno que se aceleró especialmente con la pandemia, y que se ha mantenido en 2021, por lo que se confirma que no se trata de un movimiento puntual derivado de la crisis del coronavirus, sino una tendencia a largo plazo.
Así se desprende del análisis del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) de los datos del INE sobre variaciones residenciales en la última década. En los pueblos se ha invertido la tendencia que se dio entre 2011 y 2017, cuando tuvieron un saldo residencial negativo de más de 100.000 personas, mientras que en los últimos cuatro años han recibido a 115.805 personas provenientes de otras ciudades españolas, a los que se suma el saldo positivo de la inmigración desde el extranjero (casi otras 100.000 personas).
En 2020 el saldo positivo se intensificó "de forma excepcional", según el Ministerio: los pequeños pueblos ganaron 95.714 personas, cuando en 2018 habían sido menos de 40.000. 2021 ha venido a confirmar esta tendencia, con un saldo positivo de 57.358 personas.
La llegada de habitantes de las ciudades puede compensar la despoblación
Esta estadística del INE mide los cambios residenciales más allá del saldo vegetativo, es decir, la diferencia entre nacimientos y defunciones. Si bien los pueblos de menos de 5.000 habitantes tienen un saldo vegetativo negativo, por su población envejecida y los bajos nacimientos, han logrado tener un saldo residencial positivo. La mitad de estos nuevos habitantes, además, es menor de 35 años, "clave para revertir la despoblación a medio y largo plazo", según el Miteco.
La llegada de población urbana (saldo residencial interior), más la de la inmigración del exterior, puede compensar el saldo vegetativo. Los pueblos pierden cerca de 30.000 habitantes al año, pero desde 2018 se está compensando esa pérdida con los nuevos habitantes. Incluso en 2020, con la alta mortalidad provocada por la COVID-19, el saldo total fue positivo, unos datos que aún no se conocen de 2021. Para el Ministerio que dirige Teresa Ribera, que los territorios rurales sean capaces de atraer y fijar población "permitirá revertir la dinámica demográfica negativa".
Más de la mitad de los pueblos pequeños ganan población
No todos los pueblos ganan población, pero sí lo hace la mayoría de ellos. En 2021 el 62% de estos núcleos rurales, 4.753 municipios en total, tuvieron saldo positivo, mientras que el año anterior fueron casi tres de cada cuatro los que atrajeron nuevos habitantes. El cambio de tendencia respecto a lo observado entre 2011 y 2017 es "drástico". En aquellos años, menos de 2.000 pequeños municipios de los casi 7.000 que hay en España ganaron población, una tendencia que se ha invertido completamente.
Los municipios más pequeños, aquellos de menos de 1.000 habitantes, también han registrado un saldo positivo. Concretamente, entre 2018 y 2021 fue de 57.000 habitantes, una tendencia que se acentuó especialmente en los dos últimos años.
Crecen más los municipios pequeños más cercanos a las ciudades. Ha ganado población un 81% de los pueblos situados a menos de 15 minutos de una ciudad de más de 50.000 habitantes, mientras que este porcentaje disminuye a medida que se alejan de los grandes núcleos. Solo un 49,5% de los que se sitúan a más de una hora y media de una urbe tienen un saldo positivo, un 60% si se cuenta también la inmigración exterior.
Los que más cerca están de las ciudades ganan además más población. Hasta 15 minutos de una urbe, el saldo residencial se sitúa en un aumento de más de 50 habitantes por cada 1.000 habitantes entre 2018 y 2021, y ese saldo se va reduciendo progresivamente con la distancia. Hasta una hora de distancia, el saldo se sitúa en algo más de 30 habitantes por cada 1.000 residentes.
Más mujeres y más jóvenes se mudan al campo
Los datos del INE, que se elaboran a partir del padrón, muestran otro cambio de tendencia revelador. Desde 2018, los pueblos de pequeño tamaño han ganado población femenina, contribuyendo a luchar contra la masculinización que sufre el 70% de estos municipios.
Antes de 2018, las mujeres salieron "masivamente" del medio rural hacia municipios de mayores dimensiones y los pequeños pueblos perdieron casi 90.000 mujeres. Desde 2020, por el contrario, el saldo interior hacia estas localidades es de más de 50.000 mujeres.
También se ha constatado una mayor llegada de jóvenes al medio rural, donde hasta 2018 el éxodo juvenil era un grave problema que empeoraba las perspectivas de despoblación. En 2021, el 46% de la población que se asentó en España tenía menos de 35 años, lo que contrasta con los datos de 2015, en los que era la población joven la que salía en mayor medida (41% del saldo negativo fue de población menor de 35 años).
La banda ancha, "valor añadido" para atraer población
El informe analiza también la relación entre la llegada de nuevos vecinos y la velocidad de internet. Esta es "un valor añadido" para atraer nuevos habitantes: el porcentaje de municipios con una banda ancha ultrarrápida (100 megas por segundo) que gana población supera en 13 puntos a los que tienen una cobertura menor. En general, ganan población todos aquellos pueblos que tengan una cobertura "razonable" de 30 megas por segundo.
La brecha de cobertura digital se ha reducido rápidamente, especialmente desde 2018, coincidiendo con el cambio de tendencia en el saldo residencial. Si en aquel momento había una brecha de 44 puntos (la banda ancha llegaba al 81% de las ciudades y solo al 38% de los pueblos), se espera que se reduzca a ocho puntos con los proyectos ya acabados. Según el Ministerio, la previsión es que se cierre la brecha en 2025.
Reivindican además que "España se sitúa a la cabeza de la Unión Europea en cuanto a la disponibilidad de internet de alta velocidad en los pequeños municipios". Un 90% tiene más de 30 megas por segundo y un 65% tiene banda ancha ultrarrápida.