La investigación dictaminará si hubo negligencias en la tragedia del Medusa Festival
- Un juzgado de Sueca se ha hecho cargo de la investigación del accidente, en el que murió un joven de 22 años
- El Ayuntamiento de Cullera, que guarda dos días de luto, insiste en que el festival contaba con todos los permisos en regla
El Juzgado de Primera Instancia de Instrucción número 4 de Sueca se ha hecho cargo de la investigación del accidente sucedido en la madrugada del sábado en el Medusa Festival de Cullera (Valencia), donde un joven de 22 años murió y otras 40 personas resultaron heridas después de que un vendaval provocar el derrumbe de parte del escenario y otros elementos del recinto.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, el juzgado -que fue el responsable del levantamiento del cadáver- ha abierto diligencias previas para investigar los hechos, solicitar los informes periciales y acordar la práctica de las diligencias que considere oportunas con el fin de esclarecer si hubo algún tipo de negligencia en el accidente.
El equipo de policía judicial de la Guardia Civil ya realizó en la mañana del sábado la inspección ocular y se encarga de la investigación en coordinación con el titular del juzgado de guardia de Sueca, aunque por el momento no se ha presentado ninguna denuncia.
El festival contaba con "todos los permisos"
El alcalde de Cullera, Jordi Mayor, señaló en declaraciones a los medios que el festival contaba con "todos los permisos y garantías jurídicas y administrativas" y se puso a disposición de lo que se disponga en la investigación. "Por parte del ayuntamiento, la autorización que se expidió estaba completamente ajustada a la ley", insistió el alcalde del municipio, que ha decretado dos días de luto oficial.
Mientras, la Generalitat Valenciana ha precisado que no tiene competencias a la hora de otorgar autorizaciones para este tipo de eventos y que su trabajo se limita a garantizar que el plan de seguridad sea correcto, así como el plan de evacuación, el aforo y que se cumpla todo lo relacionado con la parte de seguridad y emergencia y, en ese sentido, es la Policía adscrita y los técnicos quienes hacen las valoraciones.
La consellera de Justicia e Interior, Gabriela Bravo, que se desplazó a Cullera tras conocer la magnitud de los hechos, remitió a la investigación judicial a la hora de determinar aquellas cuestiones relativas a la situación, estabilidad de la estructura y escenario.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, convocó el viernes una reunión de coordinación para abordar la ola de calor, y se adoptaron una serie de medidas restrictivas que fueron comunicadas a población y ayuntamientos. Sin embargo, Bravo especificó que las previsiones de la Aemet advertían sobre posibles rachas de vientos huracanados, pero situaban el riesgo en el interior de la provincia de Valencia y no en el litoral, como sucedió en Cullera, donde la alerta era por calor.
Fuertes vientos por un 'reventón cálido'
El accidente se debió a un fenómeno atmosférico conocido como 'reventón cálido', que se produce cuando una corriente de viento que desciende en dirección al suelo atraviesa una capa de aire cálido y seco, donde se acelera.
La consecuencia, según informó Meteocullera, fueron rachas de viento de entre 50 y 70 kilómetros por hora y en el que la temperatura pasó "en pocos minutos" de los 29-30 grados a 38,8, acompañada de un "importante descenso" de la humedad relativa, que quedaba por debajo del 20%, concretamente al 17,8% a las 4.12 horas.
La dirección del Medusa Festival, que optó por suspender de forma definitiva el evento tras la tragedia, aseguró en un comunicado que el derrumbe se debió a "inclemencias meteorológicas excepcionales" que provocaron "un inesperado y violento vendaval" cuyas "características devastadoras" hizo que "algunas estructuras provocaran los inesperados hechos".
Sin embargo, algunos asistentes aseguran que hacia las 22:00 horas del viernes, seis horas antes del derrumbe, ya se desprendió un trozo de la corona del escenario principal, una circunstancia de la que el responsable de la Guardia Civil en Sueca, el capitán José Vicente Ruiz, dijo no tener constancia.
Varios asistentes también consideran que la tragedia podía haberse evitado de haber estado más atentos a las previsiones meteorológicas.
Tras la suspensión del festival la zona de acampada fue desalojada el sábado por la tarde lo que supuso un grave trastorno para algunos de los asistentes, que no tenían previsto regresar hasta la mañana del lunes.
Unos 400 han pasado la noche resguardados en el pabellón municipal que ha habilitado el Ayuntamiento de Cullera, aunque poco a poco han ido regresando a sus localidades de origen gracias a los autobuses que ha dispuesto para tal fin la organización del festival, quien también les ha facilitado agua y comida.
Cinco personas permanecen hospitalizadas
De las 40 personas que resutaron heridas por el derrumbe, 32 fueron trasladadas a diversos hospitales de Valencia y Alicante. Cinco de ellas permanecen ingresadas con diferente pronóstico, según fuentes de la Conselleria de Sanidad.
La herida de mayor gravedad es una joven de 19 años que presenta fractura en la columna vertebral y que se encuentra en la UCI del Hospital La Ribera, en Alzira. Además de esta joven, siguen en hospitales otra persona trasladada al hospital de Sagunto, dos más en el Clínic de València (uno de ellos procedente de la Ribera y que estaba pendiente de valoración) y otro más en Sant Joan d'Alacant, todos ellos con fracturas.
La Generalitat habilitó el sábado un teléfono especial para la atención a familiares y afectados ante la incertidumbre que rodeadaba al suceso, el 900 365 112, que ya ha atendido un total de 507 llamadas.