El asesinato de periodistas en México, una "bomba atómica" contra el derecho a la información
- En lo que va de 2022 han asesinado a 15 informadores, la cifra más alta de la que hay registro
- Estos crímenes provocan el cierre silencioso de medios y la autocensura de los comunicadores
Cada vez que en México matan a un periodista, callan a otros muchos, forzados a dejar la profesión, huir o autocensurarse. Las balas entierran investigaciones, dejan reportajes en el cajón o condenan al cierre de medios. Y así es como el silencio va ganando terreno.
El fenómeno no es nuevo. Desde hace más de una década se habla de "zonas silenciadas" en estados como Tamaulipas o Veracruz. Desiertos informativos donde ya nadie se atreve a ir más allá de lo que dicta la autoridad, sea oficial, criminal o una mezcla de ambas.
“No hay comparación con ninguna otra parte del mundo, incluso Ucrania“
Con 15 periodistas asesinados, el último esta semana, 2022 es ya el año más letal para la prensa mexicana. "Hay un ritmo sin precedentes. Prácticamente han matado a un periodista cada 15 días. No hay comparación con ninguna otra parte del mundo, incluso con Ucrania" indica Leopoldo Maldonado, director de Artículo 19, una organización que vela por la seguridad de los periodistas.
Tijuana, Veracruz, Guanajuato, Oaxaca...La violencia ha sacudido al gremio en muchos rincones del país, pero el peor ataque lo ha sufrido un medio de Zitácuaro, Michoacán. En mes y medio, mataron a dos de los trabajadores del portal Monitor Michoacán.
El primero en caer fue Roberto Toledo, el 31 de enero. Dos sicarios le asestaron ocho balazos a las puertas de la oficina. En un vídeo que dio la vuelta al mundo, el director del medio, Armando Linares, daba la noticia: "Las amenazas se cumplieron". Semanas después, el 15 de marzo, él también moría acribillado.
Matar al mensajero y al medio
Monitor Michoacán ha dejado de publicar. El equipo se ha disuelto y nadie ha vuelto a pisar sus oficinas, un espacio compartido entre el medio y un despacho legal. Toledo trabajaba para ambos y a eso se agarraron las autoridades para desvincular el crimen de su trabajo en el portal. Cuando mataron también a su compañero Armando y cobró fuerza el móvil periodístico, tampoco rectificaron.
“Son políticos los que ordenaron el ataque“
"El ataque era al medio. Nosotros publicábamos corrupción, violación de derechos humanos y política, abuso de autoridad, excesos de del sistema de justicia" enumera Joel Vera, uno de los supervivientes. Abogado y periodista, subdirector del portal y jefe de la firma de abogados, vive escondido desde entonces. Los autores materiales siguen sueltos. Y los intelectuales, según él, en sus cargos: "Son políticos los que ordenaron el ataque", sostiene Vera, que apunta directamente a funcionarios públicos del estado de Michoacán.
En contra de la narrativa habitual, la mayoría de ataques a la prensa no provienen del narco sino de autoridades. Articulo 19 ha documentado 331 agresiones a periodistas o medios en el primer semestre del año, una cada 14 horas.
“Hay una sensación de que en México matar periodistas es muy barato, que nunca va a haber un costo que pagar“
La violencia se sigue alimentando de una impunidad casi absoluta. "Hay una sensación de que en México matar periodistas es muy barato, que nunca va a haber un costo que pagar" se lamenta la veterana periodista, Marcela Turati. Las estadísticas oficiales así lo reflejan: el 90% de estos crímenes nunca llega a resolverse.
Una emergencia nacional
"Es una emergencia nacional" clamó el periodista Rodolfo Montes ante el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, durante una de sus conferencias de prensa. En otra, ya se habían plantado, negándose a formularle preguntas. Gobiernos como el de EE.UU., organismos como la ONU, e instituciones como el Parlamento Europeo también han dado la voz de alarma, pero López Obrador no se da por aludido.
Atribuye la responsabilidad de la violencia a los gobiernos conservadores del pasado, deslegitimando así las críticas de esos partidos, ahora en la oposición. Y esa misma lógica la aplica a los medios de comunicación, a los que acusa de haber guardado silencio ante aquellos desmanes.
“El mensaje que se da es que el periodista es enemigo del pueblo y del proyecto de transformación que tiene el actual gobierno“
Sus ataques a la prensa son constantes. Casi siempre van dirigidos contra ciertos periodistas y medios, pero acaban por salpicar a toda la profesión. "El mensaje que se da es que el periodista es enemigo del pueblo y del proyecto de transformación que tiene el actual gobierno", explica la periodista Marcela Turati. "Y eso, sí lo hace más peligroso, provoca una hostilidad mayor hacia los medios, hacia los periodistas".
El mandatario mexicano defiende, en cambio, que su gobierno hace más que ningún otro por proteger a los periodistas y perseguir a sus agresores. Su nuevo mantra es "cero impunidad". Semanalmente presume de las decenas de detenidos o buscados por los asesinatos de periodistas cometidos este año y trabaja para reforzar el Mecanismo para protección de los periodistas, un organismo oficial que les brinda medidas de seguridad.
El desafío de proteger a los periodistas
"Hay una instrucción muy clara del señor Presidente para poder dar cobertura de protección a todas las personas que lo requieran, a lo largo y ancho del país, y hemos aumentado el 100 % de nuestras capacidades" explica Enrique Irazoque, el funcionario de la Secretaría de Gobernación, responsable del Mecanismo.
El Mecanismo está siempre en el punto de mira. Hay quejas porque las medidas no llegan a tiempo o no son suficientes. Algunos periodistas han sido asesinados a pesar de tener protección. Otros ni siquiera la piden porque no se fían de las autoridades. Admitiendo que todo es mejorable, Irazoque cree que el problema es que se le pide demasiado al Mecanismo.
"¿Es suficiente? Si la expectativa es que el Mecanismo sustituya a todo el Estado mexicano para salvarle la vida a todas las personas en todo el país, creo que le estamos dando una dimensión al Mecanismo que no es el correcto". "La responsabilidad de proteger -recuerda- es de las policías, y la de investigar, de las fiscalías".
En manos de tu presunto agresor
En Monitor Michoacán, denunciaron haber recibido amenazas, que atribuyeron a una serie de funcionarios locales, entre ellos, el Fiscal de Michoacán, Adrián López Solís. En los mensajes, un líder criminal les pedía que dejaran de publicar informaciones dañinas para la fiscalía y el gobierno municipal de Zitácuaro.
Viajaron hasta la Ciudad de México para denunciarlo ante una dependencia Federal, la Fiscalía General de la República, la FGR, pero no sirvió de nada. Meses después, dos sus trabajadores estaban muertos.
Los crímenes, a pesar de estos precedentes, los sigue investigando la Fiscalía de Michoacán, cuyo titular, López Solís, no ha querido responder, en persona o por escrito, a RTVE.
Joel Vera le acusa de estar obstruyendo la investigación que, de momento, no ha dado resultados. En el caso de Armando, los dos sicarios están identificados, pero siguen libres. En el caso de Roberto, tampoco hay detenidos.
La Fiscalía, eso sí, ha deslizado, extraoficialmente, la hipótesis de que el ataque fue obra de un grupo criminal en represalia por llevar asuntos legales de unos delincuentes rivales. En la escena del crimen de Roberto, los asesinos dejaron unas cartulinas con mensajes en ese sentido. Vera insiste en que es un versión fabricada para encubrir la responsabilidad de esas mismas autoridades. Por eso, ha interpuesto una demanda para que la FGR saque el caso de la Fiscalía de Michoacán y asuma la investigación.
La onda expansiva del silencio
Mientras tanto, apenas pisa la calle y no se le pasa por la cabeza reflotar Monitor Michoacán. Sus antiguos colaboradores tampoco quieren saber nada del periodismo.
“El asesinato de un periodista genera un efecto expansivo de silencio que va a afectar a corto, mediano y largo plazo“
"El asesinato de un periodista es una bomba atómica para el derecho a la información. Genera un efecto cascada, un efecto expansivo de silencio que va a afectar a corto, mediano y largo plazo a las comunidades donde se encontraban arraigados sus medios de comunicación" . Las palabras de Leopoldo Maldonado, el director de Articulo 19, parecen hechas para describir lo ocurrido en Zitácuaro.
El clima de miedo y amenazas ha silenciado también a otros medios. El Noticiero al Aire, uno de los más populares en la red, dejó de emitirse el día después de que mataran al director de Monitor Michoacán. Su responsable, la periodista Magdalena Alonso Ríos ha dejado el trabajo y la ciudad para buscar refugio en un lugar seguro.
En el quiosco, también se ha reducido la oferta informativa. Periódicos como Primer Plano o El Despertar que traían, según el quiosquero local, Roberto Velázquez, "un poco más de realidad y no tanto aplauso" han dejado de publicarse.
A la pregunta: ¿Por qué ya no hay periódicos críticos? Roberto responde: "porque ya no se puede". Acto seguido se tapa la boca con la mascarilla, como diciendo más vale estar callados.
"Cuando ocurren estas cosas, se deja de tomar el pulso a lo que está pasando en ciertos lugares. Y es en esos lugares donde la prensa ya no funciona, donde se están cometiendo muchas atrocidades, donde está muriendo gente, donde está habiendo gente desplazada, donde está desapareciendo gente". Por eso, concluye la periodista Marcela Turati: "yo siempre digo que la lucha por el periodismo es una lucha por la vida".