El "caos" de trabajar con restricciones por la sequía en peluquerías, cafés o lavanderías: "Sin agua no hacemos nada"
- Más de 300 municipios sufren cortes de agua ante la grave sequía que vive la península
- Los embalses para uso humano y agrícola se encuentran al 32,4%, su nivel más bajo en estas fechas en al menos una década
Rosa (nombre ficticio) es la propietaria de un bar en Cortelazor (Huelva) y para ella los cortes de agua impuestos en su municipio desde finales de julio tienen consecuencias muy reales. Trabajar en su local sin agua no es tarea fácil. Las limitaciones van desde "no poder servir un café, a tener que lavar los electrodomésticos y los platos con cubos de agua" y ante estas dificultades cree que lo mejor es reducir las horas que tiene el bar abierto.
El caso de Rosa no es único, son muchos los negocios cuya actividad gira en torno al agua. La preocupación y el miedo asolan desde la hostelería a las peluquerías, que ven como la sequía "se suma a los problemas que hacen peligrar" el pequeño comercio.
La situación es crítica en toda la península. Los embalses de uso consuntivo -aquellos cuyo fin es el consumo humano y la agricultura- se encuentran al 32,4%, su nivel más bajo en estas fechas en al menos una década, según los datos del último Boletín Hidrológico, publicado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
La prolongada falta de lluvias y las altas temperaturas han obligado a imponer cortes de aguas en numerosas regiones. A escasos días de entrar en septiembre, más de 300 municipios de toda España continúan con restricciones.
En ellos, los vecinos lidian con cortes que, en la mayoría de los casos, duran desde las 00:00 de la noche hasta las 07:00 de la mañana. Sin embargo, en otras localidades van desde las 22:00 a las 07:00 o, incluso, sufren cortes de algunas horas a lo largo de la jornada, algo que dificulta enormemente el día a día. Así lo cuenta a RTVE.es Rosa, que empezó a abrir su local más tarde para poder ducharse antes de ir a trabajar.
“No se puede trabajar haciendo equilibrios para dar un buen servicio“
Los cortes en este pueblo de Huelva fueron aumentando con el paso del verano, algo que hace que Rosa se plantee reducir las horas que tiene el bar abierto: “No se puede trabajar haciendo equilibrios para dar un buen servicio a los clientes”.
“Nosotros sin agua no hacemos nada”
Las restricciones no afectan solo al sur de España. En Ribadavia (Ourense) han sufrido durante semanas la falta de agua. Camilo Sotelo, dueño de una peluquería en la localidad, recuerda que en los 38 años que lleva con el negocio nunca se había vivido algo así.
El ayuntamiento de Ribadavia se vio obligado durante unos días a imponer restricciones horarias de agua tanto diurnas como nocturnas y empezó a repartir botellas y garrafas de agua para minimizar las molestias.
Camilo admite que trabajar así era "un caos", se apañaron con garrafas de agua que iban a rellenar a la fuente del pueblo, pero para cada trabajo eran necesarias dos personas: "Una tenía que echar el agua con la garrafa y la otra aclarar el pelo".
En la misma localidad, Ramón Miguélez tiene una lavandería que tuvo que cerrar el pasado día 5 de agosto. Intentó abrir, pero en las horas en las que llegaba agua no había suficiente caudal que permitiese funcionar a las máquinas.
"Nosotros sin agua no hacemos nada", cuenta frustrado a RTVE.es. Explica que el reparto de botellas y garrafas a ellos no los ayudó: "Nosotros no podemos meter el agua a cubos en las lavadoras".
“Nosotros no podemos meter el agua a cubos en las lavadoras“
Ante la dramática situación, han solicitado un pozo, pero "hasta dentro de tres meses" no estará listo "porque los constructores están desbordados".
Miguélez explica que no se pueden permitir que esto suceda de nuevo: "Si no abrimos, el ingreso es cero y los gastos siguen siendo altos". No solo eso, cuenta que "no solo son pérdidas económicas", habla de pérdida de clientes: "Son muchos días cerrados y la gente se habitúa a desplazarse y buscar otros sitios que le ofrezcan el servicio".
En la otra punta de España, Martín Díaz (nombre ficticio), es dueño de un bar en L’Espluga de Francolí (Tarragona) y explica a RTVE.es que ha decidido atrasar la hora de apertura del bar por los cortes de agua: “No tiene sentido abrir a las cinco si no les puedo servir ni un café a los clientes”.
Se queja de que el trabajo se multiplica: “Intentamos dejar todo limpio, pero es imposible, cuando llegamos a las 7:00 tenemos el trabajo que se va generando y todo lo que no se pudo hacer la noche anterior”. Cuenta que solo les queda adaptarse a este nuevo ritmo, "si por la noche cerramos para dejar todo limpio, perdemos las horas del día en las que más caja hacemos".
Juana Pérez, que también tiene un bar en L'Espluga, no tiene el mismo problema que Martín por la mañana porque ya no abría su local antes de las siete, pero reconoce a RTVE.es que a las diez de la noche se quedan sin agua y no puede ni hacer cenas, ni lavar los platos, ni limpiar el local.
"Afecta, porque te marca un horario, pero la situación es bastante crítica, y requiere hacer el esfuerzo", resume.
Los apartamentos turísticos y hoteles de la localidad también sufren los cortes. Algunos tienen pozos propios, y no les afectan, pero los que no tienen son mayoría y prefieren no hablar sobre el tema. Temen que “no sea buena publicidad para el pueblo”.
“Intentamos que las molestias sean mínimas”
Desde los ayuntamientos inciden en la gravedad de la situación. "Desde finales de julio el agua del depósito municipal caía en picado" explicó a RTVE.es la alcaldesa del ayuntamiento de L'Espluga, Aida Morgades.
"Cortamos el agua por la noche e intentamos que las molestias sean mínimas" pero "la situación era bastante grave y por ese motivo se aplicaron las restricciones" cuenta.
Lo mismo ocurre en el sur. Paloma Samper, alcaldesa en funciones del Ayuntamiento de Cortelazor, explica a RTVE.es que "en verano se triplica la población del municipio, viene bastante turismo y con la sequía sin precedentes que se vivió este año no había agua para abastecer a todo el mundo".
Para paliar la escasez de agua al pueblo llegan camiones cisterna facilitadas por la empresa que la gestiona. Pese a esto, Samper matiza que "no hay una solución fácil" a la vista.