La inflación y la sequía descuadran las cuentas de la industria lechera: "O vendes tus vacas o te arruinas de por vida"
- Mientras que el coste de un litro de leche ronda los 51 céntimos, el precio medio pagado apenas llega a los 44, apunta el sector
- Los ganaderos advierten, además, de que se quedarán sin relevo generacional si continúa la precariedad
A los lecheros ya no les salen las cuentas. Nunca ha sido un sector boyante en España, reconocen los ganaderos, pero la cuerda floja sobre la que hacen equilibrios cada vez gana más altura. "Llega un momento en el que o vendes tus vacas o te arruinas de por la vida", lamenta la ganadera y miembro de la Ejecutiva de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (Coag) Rosario Arredondo.
La sequía se ha llevado los pastos, la inflación ha encarecido los piensos y hay vacas que ya no producen lo suficiente como para pagar siquiera su propia comida. “Ahora una vaca muerta vale más que una viva”, comparte también Jorge Hernández desde su explotación en Castilla y León. Su carne, al menos, sirve para burlar un rato a los números rojos.
“Ahora una vaca muerta vale más que una viva“
Primero fue la pandemia por coronavirus, recuerda Arredondo, y desde entonces los infortunios no han dejado de sucederse. Le siguieron la guerra en Ucrania y el consiguiente desabastecimiento de materias primas, la subida de precios global y el alto coste de la energía. "Lo estamos pasando francamente mal", añade, "hace tiempo que trabajamos a cambio de nada".
Son optimistas por naturaleza, hay que serlo para dedicarse al campo, dicen, pero prevén que, si la situación continúa, disminuya el suministro a corto plazo. Algo muy perjudicial para un país en el que se produce menos leche de la que se consume. Lo peor, sin embargo, estaría por llegar: "Dicen que de aquí a unos 10 años nos jubilaremos un 40% de los ganaderos y no hay relevo generacional".
Los jóvenes no quieren dedicarse a "una profesión muy esclava, muy sacrificada" y por la que ni siquiera se cobra un "precio justo". Por eso, temen ser "los últimos" e imploran que, de una vez, se cumpla la Ley de Cadena Alimentaria.
El abismo entre lo que cuesta una vaca y lo que vale su leche
En 2018, producir un litro de leche costaba aproximadamente unos 35 céntimos, recuerda el presidente de la Asociación de Ganaderos Productores de Leche (Agaprol), Francisco Fernández. Sin embargo, los costes de producción comenzaron a subir a partir de 2020, cuando sobre todo el maíz y la soja, los alimentos básicos de las vacas de leche, empezaron a encarecerse. En febrero de 2021 ya aumentaron a los 42,3. Hoy día, con la luz disparada, el coste de un litro de leche está en torno a los 51 céntimos, asegura.
No obstante, el precio medio pagado en España por litro de leche alcanza solo los 0,438 euros en junio, unos 44 céntimos, y ha aumentado únicamente 0,007 euros con respecto al mes de mayo, de acuerdo al último informe de Entregas de Vacuno de Leche del ministerio de Agricultura recogido por Agaprol. "Y posiblemente de media se pague unos 49 céntimos en julio y agosto", avanza Fernández, "por lo que todavía estaríamos por debajo de los costes de producción". Concretamente, la organización estima que el ganadero pierde 8,5 euros por cada 1.000 litros de leche producidos.
Son testigos en primera persona de estas cifras los ganaderos entrevistados por RTVE.es. "Solo los piensos nos están costando casi lo que se paga por un litro de leche", añade Arredondo. Al mes, calcula que para sus 80 vacas gasta unos 23.000 euros solo en alimentación. Estos animales tardan dos años desde un parto en producir leche y pueden comer cada día, 14 o 15 kilos de cereal, seis o siete de alfalfa y hasta 40 de hierba. Con la sequía y los pastos vacíos, además, "las vacas se están comiendo lo almacenado para el invierno", por lo que cada vez deben recurrir más a la compra.
"Hace un año y medio alimentarlas costaba al día unos seis euros, ahora ya hablamos de nueve y medio", cuenta por su parte el ganadero y responsable del sector vacuno de leche de Coag en Castilla y León, Jorge Hernández. "Pero dejan unos dos o tres euros de beneficio" y de ahí se tiene que hacer malabares para pagar amortizaciones, energía, salarios, gas...
Asimismo, el calor ha bajado notablemente la producción de leche, agravando todavía más la precaria situación. Estos animales son tan sensibles a las altas temperaturas que en la pequeña ganadería de Arredondo han tenido que bañar a las vacas con mangueras y han puesto aspersores a la altura de sus comederos para intentar que no desciendan los litros de leche diarios. Y, aun así, los ganaderos calculan que este verano la producción ha bajado de media entre dos y cinco litros por vaca. Motivos por los que muchos se están viendo obligados a sacrificarlas para sobrevivir.
La tristeza de sacrificar vacas y cerrar explotaciones para poder sobrevivir
Es triste, pero casi todos se han visto obligados a hacerlo, narran a RTVE.es. Vender sus vacas menos productivas al matadero para poder sobrevivir y llegar a fin de mes es ya de lo más común entre los lecheros. "Para que una vaca cubra los costes de producción necesita dar unos 30 litros de leche", explica el secretario de ganadería de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Román Santalla. Si no llegan a esa cifra, vender su carne a entre dos y cinco euros el kilo es la única salida para, al menos, generar liquidez y poder dar de comer al resto de los animales.
Según la última encuesta de sacrificio de ganado del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, desde enero a mayo de 2022 se han sacrificado 214.237 cabezas de ganado bovino, unas 14.000 más que en el mismo periodo del pasado 2021, cuando se llevaron al matadero a 199.945. La ganadera Rosario Arredondo también tuvo que enviar una de sus vacas hace. Entonces, supo por el conductor del camión que "solo en Cantabria se estaban matando unas 260 vacas de leche todos los días". "Una auténtica burrada".
Otros ganaderos, sin embargo, han llegado al extremo de tener que cerrar sus explotaciones. En el último año, el presidente de Agaprol estima que se han clausurado más de 700, mientras que solo en el último mes podrían haberse visto afectadas unas 90. Datos de la organización calculan que la ganadería de vacuno de leche ha perdido el 6,5% de sus explotaciones durante 2021, una cifra que se eleva hasta el 25% si es comparada con la de cinco años atrás y que podría continuar aumentando, entre otras cosas, por la falta de relevo generacional.
La falta de vacas y de relevo generacional podrían llevar al desabastecimiento
Ante la venta de vacas al matadero y la bajada de la producción por el calor, algunos ganaderos prevén que exista un problema de desabastecimiento de leche a nivel nacional durante los meses de otoño. Comparten esta opinión tanto el secretario de ganadería de la UPA, Román Santalla, como el presidente de Agaprol, Francisco Fernández. Para ellos, es muy probable que la población tenga más difícil encontrar leche en la próxima estación.
Por su parte, el ganadero Jorge Hernández no considera que España, un país que "produce menos leche de la que consume", vaya a sufrir desabastecimiento, sino que se verá obligado a importar más productos, algo que podría perjudicar a la economía de los consumidores. No obstante, todos los ganaderos están de acuerdo en algo: a la problemática de la falta de vacas se le suma también la difícil tarea del relevo generacional, que podría influir también en una posible escasez.
Que los jóvenes ya no quieren ser lecheros es una afirmación en la que coinciden todos los ganaderos. Tienen también todos claras las razones: si la profesión nunca ha sido especialmente rentable, ahora la inflación y otros retos la hacen cada vez menos atractiva. "Aquí tienes que ordeñar día y noche, los 365 días del año, aunque estés enfermo, llueva, nieve o haga calor, o tengas una boda o un entierro de un familiar", y los que vienen ya no parecen estar dispuestos a hacer ese sacrificio sin ganar nada a cambio.
“Han abusado tremendamente de nosotros“
"Al sector lechero se le ha dado mucha caña y han abusado tremendamente de nosotros", prosigue Santalla. Con precios "de miseria", sin estabilidad y sin cumplirse la Ley de Cadena Alimentaria por la que ningún profesional debe recibir menos de lo que le cuesta producir, "esto tiene los días contados". Como otros, espera con optimismo que en septiembre el precio de la leche suba lo suficiente como para cubrir costes, pero sabe que, si estos también continúan aumentando y no se hace nada para modernizar y volver más atractivo al sector, "podríamos estar en una situación sin vuelta atrás".