Muqtada al Sadr, la figura más influyente en Irak desde la caída de Sadam Husein
- Su padre fue el gran ayatolá Mohamed Sadeq al Sadr, asesinado por su postura crítica contra Sadam Husein
- Su partido ganó la mayor parte de los escaños en las elecciones de octubre, pero no los suficientes para asegurarse la mayoría
El influyente clérigo chií Muqtada al Sadr ha sido el único símbolo de poder inquebrantable en Irak desde la retirada de las tropas estadounidenses en 2011. El anuncio de su retirada "definitiva" de la política ha sembrado el caos. Miles de sus seguidores han salido a las calles en unas protestas en las que han muerto al menos 35 personas y más de 250 han resultado heridas.
Después de más de diez meses de una tensa parálisis política debido al bloqueo a la formación de un Gobierno propuesto por el clérigo chií, Al Sadr ha tomado varias medidas incendiarias, como la toma del Parlamento en julio, para demostrar quién manda realmente en el país.
¿Quién es Muqtada al Sadr?
Muqtada al Sadr es un clérigo chií de 48 años hijo del gran ayatolá Mohamed Sadeq al Sadr, quien fue asesinado en 1999 por su postura crítica contra Sadam Husein.
El clérigo ha sido una figura dominante en la vida pública y política iraquí durante las últimas dos décadas. Se convirtió en un símbolo de resistencia contra la ocupación estadounidense de Irak tras su invasión en 2003 y formó una milicia conocida como el Ejército Mahdi, que se disolvió y fue rebautizada como las Brigadas de la Paz. Actualmente, es una de las milicias más grandes de las paramilitares Fuerzas de Movilización Popular. Además, Al Sadr llegó a ser calificado por Estados Unidos como una de las personas "más peligrosas" de Irak.
Al Sadr es considerado, tanto en la guerra como en la política, un gran estratega y un aún mayor manipulador. Habitualmente su táctica consiste en desaparecer cuando no consigue lo que quiere, dejando descontrol a su paso. Al Sadr, una vez aliado de Irán, se ha reposicionado como un nacionalista que quiere acabar con la influencia de Estados Unidos e Irán en los asuntos internos de Irak.
"Muqtada al Sadr heredó el prestigio de su padre, pero es un personaje turbio que ha estado involucrado en varias intrigas políticas (...) Es un hombre que ha tenido tiempo para cambiar de chaqueta varias veces", explica a RNE el historiador y especialista del mundo árabe, Juan José Sánchez Arreseigor.
Retirada "definitiva" de la política
En las elecciones parlamentarias de octubre de 2021, el partido de Al Sadr ganó la mayor parte de los escaños, pero no los suficientes para asegurarse la mayoría en el Gobierno. Poco antes de los comicios, el clérigo se retiró de la campaña electoral y casi forzó que las elecciones fueran aplazadas. Sin embargo, regresó después de llegar a un acuerdo con otras formaciones.
Ante el bloqueo a la formación de Gobierno, Al Sadr obligó en junio al Bloque Sadrista -que ganó las elecciones parlamentarias con 73 de los 329 diputados- a dimitir y organizó manifestaciones multitudinarias. La situación escaló cuando la alianza de partidos proiraníes en la que están representadas las milicias armadas próximas a Teherán, llamada el Marco de Coordinación, propuso un candidato a primer ministro sin la aprobación del clérigo. Al Sadr exigió entonces la convocatoria de nuevas elecciones tras diez meses de fracaso para formar Gobierno.
El influyente clérigo chií anunció este lunes su "retirada definitiva" de la política. En un comunicado, el populista líder iraquí aseguró que con su actividad política "sólo quería reparar la deformación que, en su mayoría causaron las fuerzas políticas chiíes, siendo las mayoritarias del país (...) sólo quería acercarlas al pueblo para que sientan su sufrimiento".
Para el historiador Arreseigor, su salida puede deberse a que sea "un truco para hacerse el interesante y anunciar su retorno más adelante" o porque "haya sido amenazado de forma contundente por los iraníes", algo que considera más probable.
Irak, abocado al caos
El anuncio de la retirada de Al Sadr ha desatado el caos en Bagdad y otras partes del país durante dos días consecutivos. Miles de sus seguidores han irrumpido en el Palacio Presidencial y del Gobierno en Bagdad y han protagonizado en las últimas horas enfrentamientos con las milicias respaldas por Irán.
Los graves enfrentamientos vividos en la capital han dejado más de 30 muertos, la mayoría de ellos afines al clérigo Al Sadr, así como 250 heridos.
Ante la escalada de la tensión, Al Sadr ha llamado a sus seguidores a abandonar el Palacio Presidencial y del Gobierno y ha pedido disculpas a la población por lo que está sucediendo. Además, había anunciado una huelga de hambre hasta que terminase el uso de la violencia y armas.
Sobre cómo puede evolucionar esta situación en el país, el historiador Arreseigor opina que Irak irá abandonando la violencia y la fragmentación política. Asimismo, confía en que las protestas de la población civil "obligue a los políticos a mejorar su conducta". "Irak no está condenada a una situación de inestabilidad eterna, pero de momento es un tema muy difícil que necesita tiempo para resolverse poco a poco", recalca.