Los expertos alertan de que en España podría haber hasta 13.000 muertes al año por olas de calor
- Se calcula que este verano han muerto más de 4.600 personas por causas relacionadas con las altas temperaturas
- Las personas con menos recursos o los mayores, los más vulnerables
El cambio climático está provocando unas altas temperaturas que se han convertido en un problema para la salud. Solo en España las muertes atribuidas al calor triplican la media de los últimos cinco años. "Si no nos adaptamos, en España podría haber hasta 13.000 muertes al año en vez de las 1.300 de media anual que se produjeron en el periodo 2000-2009", ha explicado Julio Díaz, de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III, durante la reunión anual de la Sociedad Española de Epidemiología.
Por el momento, indica Díaz, "nos estamos adaptando", pero advierte que "esta adaptación hay que mantenerla hasta el 2100 porque según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) la temperatura va a subir a un ritmo de 0,6 grados por década".
“La temperatura umbral desde el punto de vista de la salud de definición de ola de calor sube 0,6 grados por década. Es una buena noticia, porque la temperatura de calentamiento global solo está subiendo a 0,42 grados por década en el periodo 1983-2018, lo que significa que, de momento, nos adaptamos”, indica.
No obstante, según los modelos de AEMET, en el escenario más desfavorable la temperatura subirá a un ritmo de 0,7 grados por década, por lo que la capacidad de adaptación actual no sería suficiente y podrían dispararse los fallecimientos.
El aumento de la temperatura facilita la propagación de nuevos agentes infecciosos
Los expertos advierten de que el cambio climático se ha convertido en un problema para la salud y señalan que el aumento de la temperatura y la contaminación facilitan la propagación de nuevos agentes infecciosos como el virus de la viruela del mono y la agravación de enfermedades crónicas como el cáncer, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o la cardiopatía coronaria, que afectan además a las poblaciones más vulnerables.
Solo en España las muertes atribuidas al calor triplican la media de los últimos cinco años. Según el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo), elaborado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), estima que en España se han producido algo más de 4.600 muertes relacionadas con el exceso de temperatura entre finales de abril y finales de agosto. Esto representa en torno al 3,2% de las muertes observadas por cualquier causa, duplica el registro de muertes atribuibles al calor más alto para estas fechas -registrado en 2017- y multiplica por tres la media de los últimos cinco años.
Los expertos encargados de hablar sobre los "Retos del Sigo XXI: Medioambiente, cambio climático y desigualdades sociales" coinciden en que el cambio climático ya está aquí y que sus efectos son ya más que tangibles.
Se puede sentir en las altas temperaturas de estos meses, pero según puntualiza Díaz, hay personas que son más vulnerables. Las personas con menos recursos o los mayores son los que más lo sufren, por eso recuerda la importancia de tener planes de prevención y actualizarlos. "Cuando se produce una ola de calor, se deben tener los servicios sanitarios a punto para minimizar los riesgos".
A pesar de todo, los expertos señalan que los planes de prevención ante altas temperaturas están funcionando. Según estudios del Instituto de Salud Carlos III, en el periodo que va desde 1983 hasta 2003 el impacto de las altas temperaturas sobre la mortalidad diaria a corto plazo,
indicaban que por cada grado en ola de calor aumentaba la mortalidad en un 14%. A partir de 2004 hasta el 2013 ha bajado hasta prácticamente un 2%.
Además de las temperaturas terrestres, son preocupantes las temperaturas de los mares del país como el Mar Mediterráneo, que llegó a los 30º, 6,2 grados por encima de su temperatura habitual. Desde 1982 se han duplicado las olas de calor marinas, lo que ha dado lugar a un aumento de especies invasoras y a la disminución de la productividad de las aguas, afectando al rendimiento pesquero.
El calor y los incendios
De la mano de las olas de calor, vienen fenómenos como la sequía, los incendios forestales o el ozono que perjudican a la salud. "Los incendios son una causa de mortalidad directa a corto. Emiten partículas altamente tóxicas que pueden llegar a miles de kilómetros de distancia y que se relacionan con ingresos hospitalarios por causas cardiovasculares y respiratorias, partos prematuros, bajo peso al nacer", apunta Díaz.
En cuanto al ozono, que se forma a partir de precursores que emiten las industrias y los vehículos, el experto apuesta por articular medidas que disminuyan las emisiones cuando se prevean niveles altos de ozono. En este sentido, Cathryn Tonne, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), recuerda que, aunque las ciudades cubren el 1% de la superficie terrestre se estima que producen hasta el 50% de emisiones totales de gases de alto efecto invernadero.