Un pequeño charco al que ya no acuden aves: desaparece la laguna más grande de Doñana por la sequía
- La sobreexplotación y la falta de lluvia reducen la laguna de Santa Olalla a un minúsculo charco de agua y fango
- Los responsables de la Estación Biológica de Doñana piden medidas para paliar la situación
La de Santa Olalla es la laguna permanente más grande de Doñana y la última que ha mantenido agua en agosto, pero ahora está seca. La falta de lluvia y la sobrexplotación de los acuíferos ha hecho que quede reducida a un pequeño charco en el centro al que ya no acuden las aves acuáticas, explica en un comunicado la Estación Biológica de Doñana.
Es la tercera vez que ocurre desde que hay registros, que comenzaron en los años 70. Santa Olalla ya se quedó completamente sin agua en 1983 y 1995.
La sequía que golpea a España, tras un invierno especialmente seco y una primavera y un verano más cálidos de lo normal, ha provocado restricciones en el consumo de agua en algunas localidades del país. "Si no tomamos medidas, la situación puede ser grave en otoño", advertía a RTVE Jesús Vargas, miembro del Observatorio Ciudadano de la Sequía y profesor de la Universidad de Sevilla.
Doñana y su importante sistema de lagunas ha sido históricamente un refugio para la fauna. Solo unas pocas se mantienen con agua todo el verano, ofreciendo refugio a las primeras aves limícolas que migran al sur tras criar en el norte de Europa. Además, en verano los arrozales también ofrecen un importante refugio, explica la Estación Biológica Doñana - CSIC.
"Pero las cosas han cambiado. A Doñana ya no le quedan lagunas permanentes mientras que la superficie de arrozal plantado este año es una tercera parte de la normal debido a la falta de agua", explica Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana-CSIC.
"Hace años que no llueve de manera normal"
La sequía que está sufriendo Europa, especialmente intensa en la Península Ibérica, está haciendo estragos en el espacio natural.
Sin embargo, lo más preocupante es que esto viene de lejos. "Hace ya años que no llueve de manera normal. Doñana lleva diez años consecutivos con niveles de precipitación inferiores a la media", comenta Revilla. Las zonas húmedas y las especies que dependen de ellas, como las aves acuáticas, se ven especialmente afectadas y se ven obligadas a desplazarse en busca de las áreas que mantienen agua disponible en los momentos más duros del estiaje.
La laguna de Santa Olalla es la única que se mantenía con agua permanente de un rosario de grandes lagunas que se forman a sotavento del impresionante cordón de dunas que separa la marisma del Océano Atlántico.
Su origen está en las descargas de agua del acuífero de Doñana en esta zona, el cual genera una explosión de vida. Estos y otros valores naturales han hecho que Doñana tenga la consideración de Parque Nacional y Reserva de la Biosfera.
Sin embargo, la continua explotación del acuífero por parte de la agricultura intensiva y de las extracciones para consumo humano, también en los años tan secos como este, hace que no solo las lagunas temporales hayan desaparecido de Doñana, sino que también las permanentes estén amenazadas.
El comunicado precisa que las lagunas están afectadas principalmente por las captaciones de agua de la localidad de Matalascañas, que en verano aumenta su consumo de agua exponencialmente con la llegada de decenas de miles de turistas elevando su población de unos pocos miles de habitantes a unas cien mil personas.
El efecto del consumo de agua por los turistas es tan intenso que los piezómetros -los sondeos que miden la profundidad a la que se encuentra el nivel de agua del acuífero-, detectan las diferencias entre los días de diario y los fines de semana, cuando el consumo es mucho mayor. Incluso identifican la diferencia entre el día y la noche, cuando la gente duerme y gasta menos agua.
"Sabemos, por las veces que ha ocurrido con anterioridad, que no solo es la sequía la causa de que las lagunas permanentes de Doñana hayan desaparecido. La sobreexplotación del acuífero de Doñana es también responsable", explica Revilla. Un acuífero está sobreexplotado cuando de él se extrae más agua de la que recarga cuando llueve, algo que lleva muchos años ocurriendo en Doñana.
Piden restringir el uso de agua
La Infraestructura Científica Tecnológica y Singular – Reserva Biológica de Doñana, dependiente de la Estación Biológica de Doñana CSIC, ha instalado una cámara de seguimiento en la laguna para ver su evolución.
El 31 de agosto Santa Olalla estaba seca, agostada y cuarteada, reducida a un minúsculo charco de agua y fango. Sorprendentemente, el día 1 de septiembre, después de que mucha gente ha vuelto ya a sus casas, se observa que vuelven a brotar algunos veneros y surgencias de las que se nutre la mayor laguna permanente de Doñana.
Ante esta situación, el director de la Estación Biológica de Doñana – CSIC pide que se aceleren las medidas para eliminar las captaciones de aguas subterráneas de Matalascañas, y que, mientras tanto, se impongan restricciones al uso del agua en la urbanización, al menos en años en los que las lagunas se encuentran en situaciones tan extremas como este.
"No puede ser que mientras se sigue regando el césped en Matalascañas, las lagunas de Doñana se sequen completamente", concluye.