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Muere Isabel II

El reinado de Isabel II, en diez momentos clave

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Isabel II y Felipe de Edimburgo saludan tras la coronación de la reina, en 1953.
Isabel II y Felipe de Edimburgo saludan tras la coronación de la reina, en 1953.

Isabel II, que ha muerto este jueves a los 96 años, es ya una parte esencial de la historia del Reino Unido, con siete décadas al frente de la Corona, lo que hace de ella la reina británica más longeva.

Su reinado recorre la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, desde la Guerra Fría hasta el 'Brexit' o la pandemia de coronavirus. Estos son los diez momentos más destacados de su trayectoria en el trono británico.

Renuncia al trono de Eduardo VIII

Isabel II no estaba destinada a ser reina, pero la abdicación de su tío Eduardo VIII la colocó en el camino de la sucesión. El rey de Inglaterra se enamoró de una mujer divorciada, la actriz Wallis Simpson, pero el Parlamento se opuso al matrimonio, lo que motivó su abdicación en diciembre de 1936, cuando no llevaba ni siquiera un año de reinado. Sus simpatías por el nazismo también tuvieron que ver en su salida del trono, convirtiéndose en un personaje molesto para la realeza británcia, que le condenó al ostracismo.

La corona recayó en su hermano Alberto, que reinó durante 16 años, hasta su muerte, con el nombre de Jorge VI e Isabel, como su primogénita, pasó a ser la heredera.

La vida de Isabel II, en imágenes

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  • Isabel II y Felipe de Edimburgo saludan el día de su boda, 7 de noviembre de 1947.

    Boda de Isabel II y Felipe de Edimburgo

    Isabel II y Felipe de Edimburgo saludan el día de su boda, 7 de noviembre de 1947.
  • La entonces princesa Isabel II de Inglaterra y el Duque de Edimburgo, con uniforme de Teniente de la Armada, posan el día de su boda en la Abadía de Westminster.

    Boda de Isabel II y Felipe de Edimburgo

    La entonces princesa Isabel II de Inglaterra y el Duque de Edimburgo, con uniforme de Teniente de la Armada, posan el día de su boda en la Abadía de Westminster.

Una coronación vista en todo el país

El 20 de noviembre de 1947, Isabel se casó con Felipe Mountbatten y juntos realizaron varias visitas oficiales debido al mal estado de salud de Jorge VI. Precisamente fue durante un viaje a Kenia, en febrero de 1952, cuando se produjo el fallecimiento de su padre.

Tras más de un año de luto, el 2 de junio de 1953 Isabel II fue coronada en la abadía de Westminster, en una ceremonia preparada al milímetro y que fue vista en todo el país gracias a las cámaras de televisión. Una circunstancia que supuso un primer paso en la conexión que durante buena parte de su mandato la reina mantuvo con sus súbditos.

Después de la coronación, la soberana y su esposo recorrieron todos los distritos londinenses y visitaron Escocia, Irlanda del Norte y Gales.

La tragedia de Aberfan

El 21 de octubre de 1966, una avalancha de lodo arrasó el pueblo galés de Aberfan, matando a 144 personas, la mayoría niños. Isabel II tardó una semana en visitar el lugar de la tragedia, en uno de los episodios más controvertidos de su reinado y del que, años después, calificaría como uno de sus principales errores.

Sin embargo, en su visita la reina se mostró "profundamente conmovida" -según las crónicas de la época-, una versión opuesta a la imagen fría que se muestra en la serie The Crown, con una Isabel II incapaz de emocionarse frente a una tragedia devastadora. La reina británica visitaría Aberfan hasta en cuatro ocasiones más, la última de ellas en 2012.

Margaret Thatcher, primera ministra

En 1979, la conservadora Margaret Thatcher se convirtió en la primera mujer que alcanzaba el cargo de primera ministra del Reino Unido. Aunque a priori el hecho de ser mujeres y haber nacido con solo unos meses de diferencia hacía prever un entendimiento entre ambas, Isabel II y Thatcher mantuvieron una relación distante en lo personal, aunque correcta a nivel institucional.

A la soberana no le convencía la política derechista de la 'Dama de Hierro' y le disgustó especialmente el ambiente hostil que se produjo en las islas con los disturbios mineros que tuvieron lugar a mediados de los ochenta, así como la postura de Thatcher en contra de las sanciones al régimen sudafricano por el apartheid.

Sin embargo, tras su dimisión en 1990, la soberana distinguió a la lider 'tory' con la Orden del Mérito y en 2013, cuando murió Thatcher, Isabel II acudió a su funeral, el primero al que asistía desde el de Winston Churchill.

Isabel II, Ronald Reagan y Margaret Thatcher conversan durante una recepción en el Palacio de Buckingham.

Isabel II, Ronald Reagan y Margaret Thatcher conversan durante una recepción en el Palacio de Buckingham. EPA/Ron Bell

La boda del eterno heredero

El 29 de julio de 1981 Carlos de Inglaterra y Diana Spencer se casaron en la catedral de San Pablo de Londres, en un enlace que fue seguido por 750 millones de espectadores. La boda se vendió como un cuento de hadas y la pareja que formaban el eterno heredero y la maestra de origen noble -que no real- parecía ejemplar a los ojos de la opinión pública, algo que se vería impulsado por el nacimiento de sus dos hijos, Guillermo (1982) y Enrique (1984).

Sin embargo, la realidad es que el matrimonio se torció pronto debido a las diferencias entre los cónyuges y, sobre todo, las infidelidades. Carlos reanudó su relación de juventud con Camilla Parker-Bowles mientras 'Lady Di' mantuvo varias relaciones extramatrimoniales, como confesaría posteriormente. Isabel II terminó tomandO cartas en el asunto y, tras varios años de separación, sugirió a la pareja un divorcio que Diana aceptó en febrero de 1996.

El 'sí quiero' del príncipe Carlos y Lady Di

1992, el 'annus horribilis'

En 1992 Isabel II vivió algunos de los peores momentos de su reinado, lo que hizo que lo calificara de 'annus horribilis' en un discurso pronunciado el 24 de noviembre en la 'City' de Londres. No era para menos: unos días antes se había producido un incendio en el Palacio de Windsor, el que siempre había considerado como su casa.

La situación familiar era incluso peor que la material. Durante ese año se produjo la separación de los príncipes de Gales, Carlos y Diana, y de los duques de York, Andrés y Sara Ferguson. También la princesa Ana, que se había separado en 1989 del capitán Mark Phillips, se casó de nuevo con el comandante Tim Lawrence. La prensa amarilla británica sacudió con dureza a la familia real y, especialmente, a la soberana, sobre todo tras la publicación del libro de Andrew Morton Diana: su verdadera historia, en el que tuvo implicación directa la propia 'Lady Di', aunque en aquel momento se ocultó este hecho.

Sin embargo, la reina reaccionó con rapidez y se comprometió a empezar a pagar impuestos por primera vez, lo que cambió la imagen de la institución, hasta alcanzar una gran popularidad a partir del siglo XXI.

Aunque la familia le siguió dando quebraderos de cabeza: así sucedió con la relación del príncipe Andrés con el millonario y pedófilo estadounidense Jeffrey Epstein , que derivó en la retirada de sus títulos militares tras verse implicado en un presunto caso de abusos sexuales. O con la salida de su nieto Enrique y de su mujer, Megan Markle de la familia real, con acusaciones de racismo incluidas.

La muerte de Lady Di

El 31 de agosto de 1997 Diana de Gales y su pareja en ese momento, el multimillonario Dodi Al-Fayed, murieron en un accidente de tráfico en París, una noticia que conmocionó al mundo entero y que fue fuente de numerosas conspiraciones.

El papel de Isabel II en los momentos posteriores al accidente fue motivo de controversia: durante varios días permaneció en silencio en el castillo de Balmoral (Escocia) junto a sus nietos, que se encontraban junto a ella en el momento del fallecimiento. Fue la presión del entonces primer ministro Tony Blair -con quien mantuvo importantes diferencias- lo que convenció a la reina de que tenía que hacer un gesto público, que llegó a través de un discurso en el que lamentaba la muerte de la que había sido su nuera, a quien calificó de "ser humano excepcional".

La decisión fue muy favorable para la imagen de la reina. No así su relación con el líder laborista, que nunca recibió de la mano de Isabel II la condecoración que otorgó a muchos de sus antecesores.

Muere Diana de Gales (1997)

La soberana británica más longeva

En septiembre de 2015, a los 89 años, Isabel II superó a su tatarabuela la reina Victoria como la soberana con el reinado más longevo de la historia británica, rebasando los 63 años y 226 días que estuvo aquella en el trono. El Parlamento Británico honró su figura en un momento en el que el sentimiento de cariño y admiración era compartido por la mayor parte de los británicos.

A ello habían contribuido algunos actos públicos, como la boda de los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina de Cambridge; el jubileo de diamantes que durante cuatro días de 2012 dejó multitudinarias celebraciones en Londres; o elsketch que protagonizó junto a 'James Bond' -el actor Daniel Craig- con motivo de la inauguración de los Juegos de 2012, una muestra de su sentido del humor.

Isabel II, la monarca británica más longeva

El año del 'Brexit' y la pandemia

El 31 de enero de 2020 se materializó el 'Brexit', la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Isabel II, fiel a la neutralidad que se pide a la monarquía en los asuntos políticos, no se mostró en ningún momento en contra de la decisión del pueblo británico, adoptada en referéndum, pese a que han surgido rumores cruzados de que la soberana era partidaria o detractora del divorcio entre ambas instituciones.

Sin tiempo para digerir la noticia, llegó la pandemia de coronavirus, que la reina y su marido pasaron recluidos en el castillo de Windsor. Desde allí, el 5 de abril dirigió un discurso a la nación en el que invocó el espíritu de la Segunda Guerra Mundial para doblegar a la COVID. Pocos días después pidió que no se celebrara con los honores habituales su 94 cumpleaños debido a la pandemia.

La muerte del duque de Edimburgo

El 9 de abril de 2021 murió a los 99 años Felipe Mountbatten, esposo de la reina durante más de siete décadas. El Reino Unido guardó luto por el duque de Edimburgo, el hombre que siempre se mantuvo 'dos pasos por detrás de la reina' y acató su papel secundario de puertas afuera, aunque también protagonizó algunas meteduras de pata y rumores de infidelidad.

La familia real británica al completo despidió a Felipe de Edimburgo en una ceremonia íntima -que él mismo había diseñado en vida-, sin discursos ni público y en la que Isabel II apareció con luto riguroso y mascarilla.

La reina Isabel II y el príncipe Felipe, duque de Edimbrugo

La reina Isabel II y el príncipe Felipe, duque de Edimbrugo. Ben STANSALL /AFP