Las flores y lágrimas inundan Londres en el tributo a Isabel II: "La reina se merece esto y mucho más"
- Ramos con todo tipo de flores rodean las puertas del Palacio de Buckingham
- La Tropa Real de Artillería a Caballo del Rey ha disparado 96 cañonazos, uno por cada año de Isabel II
- Directo: última hora sobre la muerte de la reina | Especial: Muere Isabel II
En las ajetreadas calles de Londres, repletas de cabinas y autobuses de doble planta rojos, se asoma en cada marquesina la imagen de la reina Isabel II. "Su Majestad la Reina", se lee bajo su fotografía. Cada esquina de la capital británica recuerda la muerte de la mujer que más tiempo ha reinado en el país.
Las iglesias tienen fotografías de la monarca a sus puertas, los locales y hoteles emiten en sus televisores continuamente imágenes de Isabel II y en los quioscos se ven los periódicos –los pocos que quedan- con las portadas que informan sobre su muerte. La ciudad entera está de luto y rinde homenaje a la reina.
Pero es en los alrededores del Palacio de Buckingham donde más se perciben los gestos de tributo a Isabel II. Miles de personas de todas las edades y de todas partes del país y del mundo se congregan ahí con ramos de flores. "La reina se merece esto y mucho más", asegura a RTVE.es Daisy, quien se emociona al recordar la figura de la reina.
Flores frente al Palacio de Buckingham y en sus alrededores
Girasoles, lirios, rosas de colores pastel…. Ramos con todo tipo de flores rodean las puertas del Palacio de Buckingham y son miles las personas que siguen llegando a sus alrededores para dejar sus ramos. Algunos llevan mensajes simples, como el de Robert: "Para la reina, de parte de todos nosotros".
"Las flores son para la reina. Sabíamos que era mayor y que estaba débil, pero fue todo muy rápido. Al menos no sufrió", afirma este londinense.
“"Creo que fue una persona magnífica"“
Personas de otras ciudades también han decidido acercarse hoy a Londres para homenajear a la reina. "Ha sido reina durante toda mi vida. Creo que fue una persona magnífica y este es un evento extraordinario. Por eso sentíamos que debíamos hacer algo, y lo único que podíamos hacer era traerle flores", asegura Anny, quien ha hecho un viaje de dos horas desde Sussex con su familia, con un ramo de girasoles en sus brazos.
Dawn, una mujer de 63 años vestida de negro, ha venido desde Oxford para la ocasión. Lamenta que en la floristería no ha podido conseguir las flores que ella quería: lirios. "En la floristería ya no quedaban muchas flores. Quería lirios, porque son sus favoritas, pero creo que este ramo de rosas también es apropiado", explica esta mujer. Ella recoge el sentimiento de muchos británicos: "Siempre ha formado parte de nuestras vidas". "Ha reinado durante 70 años y yo tengo 63. La he conocido toda mi vida", añade.
Pero la gran multitud hace que no todos puedan llegar hasta las puertas del Palacio para dejar sus ramos. "Queríamos llevar las flores a la puerta de Buckingham, pero hay tanta gente que ahora estamos buscando el sitio perfecto para poder dejar el ramo", lamenta Anny.
"He decidido arrodillarme y dejarle a la reina estas flores"
Así, los árboles y los caminos de Green Park, el parque que se encuentra a las afueras del Palacio de Buckingham, están repletos de ramos. En uno de esos árboles, Anthony, un joven londinense que ha aprovechado su día libre para rendir tributo a la reina, deposita su ramo y se queda unos minutos mirándolo.
"Es la primera vez que veo la bandera del Palacio a media asta y por eso he decidido arrodillarme y dejarle a la reina estas flores. He venido hasta aquí porque quería ver con mis propios ojos esa bandera a media asta", detalla.
Cañonazos por cada año de la reina
Poco antes de la hora de la comida, alrededor de 71 caballos –algunos con jinete- han llegado al céntrico parque de Hyde Park. Daban la bienvenida a la Tropa Real de Artillería a Caballo del Rey. En honor a la reina han disparado 96 cañonazos, uno por cada año vivido por Isabel II, con un intervalo de 10 segundos entre cada uno de ellos.
Hyde Park y los edificios de su alrededor retumbaban con cada cañonazo. El silencio entre los congregados como forma de respeto reinaba en el ambiente, acompañado por un olor a pólvora y el humo que dejaban los cañones. Al terminar las salvas, la tropa ha sido largamente aplaudida.
Dawn cuenta que ha venido con su hermana para ver el homenaje de los militares y, aunque no ha podido ver mucho debido a la multitud, asegura que "ha sido precioso y muy emocionante". "No he podido ver mucho, pero me alegra mucho que tanta gente venga aquí para rendir homenaje a la reina", admite.
Sarah, una joven de 21 años de New Brighton, ha venido a Londres con una amiga para vivir "este momento histórico para el país". Antes de poner flores en el Palacio de Buckingham, las dos amigas se han acercado a Hyde Park para el evento. "Lo hacemos para recordar todo el trabajo que ha hecho durante sus 70 años de reinado y para vivir este momento histórico para el país. Somos muy jóvenes y queríamos vivir esto", relata. "Es la única reina a la que hemos conocido. Siempre será la reina con la que crecimos", detalla.
Entre sollozos, con el sonido de los cañonazos de fondo, Daisy, una mujer de origen brasileño que lleva 30 años viviendo en Reino Unido, explica que ha venido a traer flores a la reina y escuchar las salvas porque "desde que llevo aquí siempre ha sido un elemento muy sólido en nuestras vidas, un ejemplo de dignidad y elegancia". "Mi familia siempre se reunía y esperábamos con ganas a escuchar su discurso de Navidad. Siempre ha formado parte de nuestro hogar", recuerda entre lágrimas.
Una misa para el público general
La Catedral de San Pablo ha acogido a las 18:00 horas una misa por el fallecimiento de la reina. El acto contaba con 2.000 asientos habilitados para el público en general. Para entrar era necesaria una pulsera especial y cientos de personas han hecho cola durante horas para poder entrar.
Entre los curiosos por saber qué había tras las puertas de la catedral, muchos no han podido hacerse con le pulsera de rigor para acceder. Sin embargo, otras personas han hecho todo lo posible por no perderse la misa, aunque con poco éxito.
"La misa estaba abierta al público, pero necesitas una pulsera. He intentado convencer a los de seguridad de que tengo una pulsera imaginaria, pero no ha funcionado", dice Ruth entre risas. "Es un momento histórico y no me lo quería perder", recalca más seria. Un momento histórico que teñirá de gris a los británicos durante los próximos días. Por ahora, el recuerdo de la monarca se extiende por cada esquina de Londres.