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Objetivo Igualdad

Muchos métodos anticonceptivos y poca corresponsabilidad

  • El peso de la anticoncepción sigue recayendo principalmente en las mujeres, según los expertos consultados por Objetivo Igualdad
  • La nueva ley de salud sexual y reproductiva prevé impulsar los anticonceptivos masculinos y la gratuidad de la píldora del día después
  • "Anticonceptivos para ellas y para ellos" en Objetivo Igualdad, sábado 16:30h en el Canal 24h

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La píldora es uno de los anticonceptivos más utilizados por las mujeres
La píldora es uno de los anticonceptivos más utilizados por las mujeres

Frente a la gran variedad de métodos anticonceptivos femeninos que existen, solo hay un par de ellos dirigidos a los hombres: la vasectomía y el preservativo. Por otro lado, muchas de las opciones dirigidas a las mujeres son de tipo hormonal, con sus correspondientes contraindicaciones. Aunque en las últimas décadas varias investigaciones han buscado desarrollar nuevos anticonceptivos masculinos, estos prototipos se han acabado descartando por sus efectos secundarios o porque no se consideraba rentable producirlos en serie.

Todas estas circunstancias perpetúan que el peso de la prevención del embarazo recaiga sobre las mujeres y. en muchas ocasiones, con repercusiones en su estado físico y mental. Bárbara Triguero, doctora en estudios feministas y de género cree que existe un claro sesgo de género en este sentido y se pregunta: “¿Por qué ellos se sienten menos responsables si al final el hijo o hija también sería suyo?”

Anticonceptivos en igualdad

Desequilibrio en la responsabilidad

El condón es el método anticonceptivo más utilizado. Según la Sociedad Española de Contracepción (SEC), más de un 31% de las mujeres entre 15 y 49 años en nuestro país lo usan. Ellas tienen muchas más opciones como la píldora, DIU, implantes, inyectables, diafragma, anillos o parche. No ocurre igual entre los hombres. Raquel Hurtado, encargada del área de Intervención Social de la Federación de Planificación Familiar, nos explica la razón, la falta de corresponsabilidad: “Ellas son las encargadas de toda la gestión de los métodos anticonceptivos”. Recalca que incluso los servicios de información y atención están dirigidos de forma prácticamente exclusiva a ellas.

No solo hay más oferta para las mujeres, también son ellas las que más los usan. En total, un 0'9% de los hombres se han hecho la vasectomía en España. Si hablamos de la franja entre los 45 y los 49 años, ese porcentaje aumenta hasta el 4,3%. No obstante, el método de la ligadura de trompas, irreversible para ellas es utilizado por el 5,6% de las mujeres en esa franja de edad y el 1'7 en general. Y si hablamos en términos generales, el 70% de la población femenina toma algún método anticonceptivo.

El 70% de la población femenina toma algún método anticonceptivo

“Hay un motivo fundamental. ¿Quién se queda embarazada? La mujer, siempre”, explica el ginecólogo José Gutiérrez. Él, además, considera que el uso del preservativo parte, fundamentalmente, por iniciativa de ellas.

La nueva Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo, aprobada en Consejo de Ministros para su remisión a las Cortes Generales, pretende acabar con esta brecha e impulsará el desarrollo de métodos anticonceptivos masculinos. Además, garantizará la gratuidad de la píldora del día después, que se distribuirán en los centros de salud y servicios de salud sexual y reproductiva.

La píldora femenina

A pesar de que llegó en los años 60, la píldora anticonceptiva dejó de ser ilegal en nuestro país en 1978. Supuso un punto de inflexión para el control de la natalidad y la libertad sexual de las mujeres. “Las mujeres podían decidir cuándo, cómo y con quién iban a ser madres”, afirma Bárbara Triguero, que señala que conllevó un gran avance social, aunque con consecuencias también para su salud. “No es cosa pequeña que los métodos hormonales requieran de receta médica”, añade Raquel Hurtado.

Los anticonceptivos masculinos no iban a tener salida como para producirlos en serie

José Gutiérrez, como especialista en Obstetricia y Ginecología, explica que desde hace 50 años se han realizado estudios enfocados a desarrollar nuevos métodos anticonceptivos masculinos, pero que ninguno se ha puesto a la venta. “No iban a tener salida importante como para producirlo en serie”, apunta como una de las causas. Es decir, los laboratorios consideraban que no habría suficientes hombres dispuestos a comprarlos. Otra razón por la que se desestimaron, es por los efectos secundarios, algo que no impide que se comercialicen en el caso de los femeninos,

Raquel Hurtado considera esta situación refleja la desigualdad de género que existe en nuestra sociedad. Explica que mientras nosotras asumimos esos efectos secundarios como “el precio a pagar” para evitar el embarazo, ellos no están dispuestos a hacer lo mismo. Lo comprueban en los talleres de salud sexual que imparte en los institutos: “Los chicos nos dicen que no lo utilizarían por si acaso”.

Bárbara Triguero y José Gutiérrez durante la entrevista con Objetivo Igualdad

Bárbara Triguero y José Gutiérrez durante la entrevista con Objetivo Igualdad

Desigualdad en la financiación

“Las mujeres asumen también el coste de la utilización del método anticonceptivo”, explica Hurtado. La falta de corresponsabilidad entre las parejas sexuales heterosexuales repercute también de forma negativa en el bolsillo de las mujeres. Un problema que se acrecienta o disminuye según la Comunidad Autónoma e incluso de la provincia, porque la financiación de los métodos varía enormemente dependiendo del territorio.

“Las mujeres asumen también el coste de la utilización del método anticonceptivo”

José Gutiérrez nos asegura que apoyar el uso de anticonceptivos redunda en beneficio de la ciudadanía, por lo que no hacerlo sólo puede responder a cuestiones ideológicas: "En las Comunidades Autónomas donde se financian todos los métodos desde hace años ha descendido el número de embarazos no deseados, el número de interrupciones y ha aumentado el nivel de satisfacción de las mujeres”.

Más expuestas a enfermedades

Entre 2012 y 2019 el número de infecciones de transmisión sexual en mujeres ha aumentado un 1073%, siendo la clamidia la más diagnosticada. Un incremento que se nota especialmente en las jóvenes de entre 15 y 24 años. Es un problema que preocupa enormemente en los expertos recuerdan que es fundamental usar métodos que no solo impidan el embarazo, sino añadir un segundo mecanismo que actúe como barrera ante las enfermedades.

Las mujeres, además, por nuestra fisionomía somos más vulnerables ante los contagios, ya que las áreas de exposición son mayores en los órganos reproductivos femeninos.

Por otro lado, puede existir una falsa sensación de protección que favorezca la renuncia a utilizar estos métodos cuando existe una relación afectiva. Hurtado cree que los mitos del amor romántico son la causa: “Proponer el método anticonceptivo parece implicar desconfianza”.

Insiste en que, para combatir estas creencias es crucial la educación sexual. Un 70% de las mujeres de nuestro país considera que no obtuvieron suficientes conocimientos de las charlas de recibieron en su adolescencia.

Raquel Hurtado, de la Federación de Planificación Familiar, durante la entrevista con Objetivo Igualdad

Raquel Hurtado, de la Federación de Planificación Familiar, durante la entrevista con Objetivo Igualdad

Educación sexual

“Hay determinadas facciones políticas que nos dicen que queremos arruinar la inocencia de los niños”, nos comenta Gutiérrez, que trabaja también como portavoz de la SEC. Para él, "lo que realmente arruina la inocencia de los niños es el porno”. Impedir el acceso de los más jóvenes a este tipo de contenidos en internet es más que complicado. Por eso sentencia que es fundamental contrarrestar esa influencia con una educación sexual impartida por profesionales.

La pornografía no solo muestra actitudes violentas y denigrantes hacia las mujeres. Para Triguero, en estos vídeos se pone el placer masculino en el centro, lo que puede llevar a los jóvenes a entender que el deseo femenino, e incluso la salud sexual y reproductiva, son algo secundario.

Son muchos los beneficios de tener una vida sexual plena. Sin embargo, desde el miedo a los contagios o a un posible embarazo es complicado poder disfrutar del sexo. Impedirlo no puede depender únicamente de una las partes implicadas en las relaciones sexuales. “El respeto y la confianza son fundamentales para que las mujeres podamos sentirnos libres”, nos comenta la experta en género y politóloga Bárbara Triguero.

Para que sea posible es crucial que se produzcan cambios sociales profundos y que ambas partes se impliquen por igual en el uso de los anticonceptivos.