Aragonès confía en mantener la legislatura hasta el 2025, pero pide a Junts aclarar su "debate interno"

• "Debemos estar absolutamente concentrados en resolver los problemas de la ciudadanía", ha subrayado
• Sus palabras llegan un día después de la tensa reunión celebrada entre las cúpulas de ERC y Junts para reconducir la crisis

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, pronuncia la conferencia "Cataluña, país de progreso"

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès (ERC), ha asegurado que, si de él depende, su horizonte es acabar la legislatura en 2025, ya que la confianza en los miembros de su Ejecutivo está "intacta", pero ha pedido a su socio de coalición, JxCat, "aclarar sus debates internos" para poder centrarse en las urgencias que afronta Cataluña.

Aragonès lo ha expresado durante su discurso en la conferencia "Cataluña, país de progreso", un día después de la tensa reunión celebrada este miércoles entre las cúpulas de ERC y Junts para reconducir la crisis que vive la coalición.

"Debemos estar absolutamente concentrados en resolver los problemas de la ciudadanía. Los proyectos políticos avanzan cuando no hablan de ellos mismos, sino al país entero. Debates internos hay en todas las formaciones y es bueno que se aclaren. Pero hay que preservar las instituciones", ha avisado a JxCat, apuntando que él "no puede resolver" esos problemas internos de su socio de gobierno.

El president ha elogiado a los miembros de su Ejecutivo, asegurando que mantiene la confianza "en todos y cada uno de ellos", y ha descartado un anticipo electoral, apuntando que su "horizonte es 2025": "Si depende de mí, trabajaré para acabar la legislatura", ha aseverado.

Además, el jefe del Ejecutivo catalán ha reclamado al independentismo buscar "mayorías más grandes y sumar complicidades internacionales" y ha defendido que el acuerdo de legislatura "se está implementando", a pesar de las críticas de Junts al respecto.

Junts apuesta por fijar una fecha para declarar la independencia

Los máximos dirigentes de ERC y JxCat celebraron el miércoles una nueva reunión discreta para intentar buscar un acuerdo que permita solventar las diferencias internas y la crisis de gobierno. La cita se produjo después de que el partido de Laura Borràs fijara el Debate de Política General dentro de dos semanas como ultimátum para decidir si salen o no del Govern y de que la Assemblea Nacional Catalana (ANC) propusiera declarar la independencia en la segunda mitad de 2023, una idea que ha descartado el presidente de la Generalitat y a la que no se ha adherido ningún otro partido ni entidad independentista.

"Ante una propuesta que se ha formulado en 48 horas, que no tiene opciones reales de avanzar, si yo como presidente le diera carta de naturaleza podría contribuir a generar más frustración. Yo lo que no haré es alimentarlo, por responsabilidad", ha sentenciado Aragonès en la Conferencia.

En la misma línea se ha expresado por la mañana el expresidente Oriol Junqueras, quien en una entrevista en La Sexta ha dicho estar "seguro" de que habrá referéndum, aunque considera que "no es una cuestión de tiempo, de fijar un plazo", sino de obtener un apoyo suficiente de la comunidad internacional.

Pese a la oposición de su socio, Junts ha considerado este jueves que el acuerdo de legislatura con ERC es "compatible" con fijar "un horizonte en el tiempo para alcanzar la independencia". En un comunicado, el partido ha explicado que han trasladado a la ANC la necesidad de "formalizar una dirección estratégica que agrupe a partidos y entidades independentistas" para "definir un horizonte compartido".

La mesa de diálogo o la suspensión de Borràs, las últimas discrepancias

En los últimos meses, las diferencias han hecho tambalear la legislatura. "Es perfectamente posible que abandonemos el Govern", decía el pasado 11 de septiembre la presidenta de JxCat, Laura Borràs ante el "incumplimiento de los compromisos" por parte de ERC.

Uno de los principales puntos de discrepancias ha sido la estrategia independentista en aspectos como la mesa de diálogo con el Estado, en la que ERC se ha ido quedando cada vez más solo. En la última reunión, el veto de Aragonès a que participaran dos de los indultados del procés, Jordi Sànchez y Jordi Turull, desató el enfado del partido de Carles Puigdemont, que optó por no asistir.

ERC y JxCat, sin embargo, han planteado conformar un posible espacio de dirección estratégica independentista con partidos y entidades. Aragonès ha señalado que "es bueno que se puedan compartir opiniones, propuestas y estrategias con otros actores", pero ha pedido "no discutir quién manda, sino qué hacemos".

A todo ello se suma la suspensión de Borràs como presidenta de la Mesa por su imputación por presuntos delitos de prevaricación y falsedad documental por su etapa al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC). Frente a la persecución política que denunciaba la líder de JxCat, los republicanos le pedían que se apartara voluntariamente, ya que consideraban que eran "delitos vinculados a corrupción", lo que desembocó en un aumento de las tensiones.