Colegios abiertos 12 horas al día, un "parche" a los problemas de conciliación que "no piensa en los niños"
- La propuesta del PSOE Madrid perpetúa un sistema de horarios irracionales y poco flexibles, según las asociaciones
- Antes de medidas para "guardar" a los niños, exigen permisos remunerados, más teletrabajo y corresponsabilidad
Llevar a los niños al colegio por la mañana, hacer algún recado, ir a trabajar, recoger a los niños, cenar, dormir y repetir. "Esto no es conciliar". Respondía así Laura Baena, fundadora del Club de Malas Madres, a las preguntas de RTVE.es sobre la última medida en la palestra, de ampliar los horarios y las fechas de apertura de los colegios
La intención es "convertir en servicio público lo que ahora muchos padres tienen que pagar de su bolsillo", según el secretario general del PSOE de la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, quien lanzó la propuesta: escuelas abiertas de 7 a 19 horas, once meses al año, especialmente para quienes trabajen en turno de tarde, en tiendas, servicios, hostelería, etc. Pero sus argumentos no acaban de convencer a las partes implicadas y se ha vuelto a encender el debate de la conciliación.
“Plataforma de Infancia: "Habría que intentar que los niños estén el mayor tiempo posible con sus padres y sus madres"“
"No es la solución al problema que sufrimos mayoritariamente las mujeres madres y que nos empuja a renunciar. ¿Puede cubrir las necesidades actuales de algunas familias? Sí, pero perpetúa un sistema que no podemos dar por válido, donde la conciliación recae en dos pilares: los colegios y las abuelas", desarrolla Baena, también presidenta de la Asociación Yo No Renuncio.
"Lo primero que habría que poner es otro tipo de políticas para intentar que los niños estén el mayor tiempo posible con sus padres y sus madres. Luego, se podrá pensar en estos parches para cuando no sea posible. Pero es necesario que sean eso, parches", coincide Ricardo Ibarra, director de la Plataforma de Infancia, que llama a cambiar la perspectiva. "Muchas veces no pensamos en el niño o la niña".
La conversación en torno a los problemas de las familias españolas para cuidar, vivir y, además, trabajar es cíclica en el país, pero nunca acaba de resolverse del todo.
Una medida insuficiente, que ignora la raíz del problema
Las dos organizaciones consultadas no critican la idea de abrir los colegios de 7 a 19 horas durante once meses, sino que se proclame como un avance hacia la conciliación real, una carencia manifiesta hoy en día y que -recuerdan- ha mermado la tasa de natalidad española hasta dejarla a la cola de la Unión Europea.
“Malas Madres: "Hay que revisar el actual modelo laboral de jornadas maratonianas"“
"Plantear esto como solución es no tomarse en serio nuestras necesidades ni las de los más pequeños", afirma Laura Baena, que asegura que las mujeres en España "están literalmente agotadas, soportando la carga mental y física de los cuidados".
Para la presidenta de Malas Madres, la medida "invisibiliza los cuidados, el trabajo del hogar" y, además, mantiene la falta de "corresponsabilidad real", que son los obstáculos que llevan a las mujeres a renunciar a sus carreras laborales en la mayoría de los casos, con el coste emocional y económico que eso conlleva. Son importantes las "redes formales del cuidado", pero no se soluciona abriendo los colegios.
"Hay que revisar el actual modelo laboral de jornadas maratonianas y apostar por un modelo que apueste por la flexibilidad, el reconocimiento social y económico de la maternidad, la implicación del Estado y de las empresas. No solo para favorecer a las madres sino al conjunto de la sociedad. Porque la actual relación entre la vida y el trabajo no es sostenible", reivindica.
Un "cambio de enfoque" en el modelo laboral
Y el "cambio de enfoque" que señala Baena es muy próximo al que se reivindica desde Plataforma de Infancia por una "crianza digna". Tras una campaña en la que han mostrado las medidas dispuestas en otros países del entorno para la conciliación, Ricardo Ibarra comenta con envidia los permisos parentales remunerados para cuidar de los niños cuando estos lo necesitan, como ocurre en Croacia.
"A día de hoy tienes que coger una excedencia sin remunerar para ello y, al final, mucha gente no se lo puede permitir. No tenemos prácticamente una política laboral que facilite la flexibilidad laboral o el teletrabajo más allá de cuando hay voluntad por parte de la empresa", lamenta el director de la ONG, sobre unas medidas que, lejos de ser algo "idílico", se aplican ya en muchos países europeos. Además, servirían también a trabajadores sin hijos, quienes cuidan de padres mayores, dependientes, etc.
Pero mientras tanto, Baena considera que la medida podría incluso ahondar en el problema, al permitir que los cuidados familiares no sean un problema para las empresas. "Si pueden dejar a sus hijos e hijas hasta las siete, pueden cumplir con las jornadas maratonianas e inflexibles que tenemos en la actualidad", comenta.
La presidenta de Yo No Renuncio y Malas Madres propone incentivos para las compañías que implanten jornadas continuas con flexibilidad, reducciones horarias, así como campañas de concienciación para la corresponsabilidad de madres y padres, entre otras medidas. "Pedimos al Gobierno una subcomisión de conciliación para tratar todos estos temas y poder avanzar con sentido común y urgencia", lanza.
¿Y qué necesitan los niños?
Dejando a un lado el conflicto entre trabajadores y empresa, Ricardo Ibarra, de Plataforma de Infancia, centra la atención en las necesidades e intereses de los niños y niñas que pudieran hacer uso del servicio. "No es simplemente que esté ahí un tiempo 'guardado', entre comillas", advierte, "tiene que tener un proyecto pedagógico y educativo".
En ese sentido, el socialista Juan Lobato planteó actividades de robótica, creatividad o deporte y cultura, pero insiste: no, no consiste en alargar la jornada escolar. De hecho, los sindicatos mayoritarios en Madrid -CCOO, ANPE, CSIF y UGT- ya se han opuesto a que recaiga en el personal docente, cuyas labores son únicamente educativas y no de cuidados.
"Debería ser una cuestión puntual, que esté reglado también el número de horas que puede estar ahí el mismo niño", continúa igualmente Ibarra, que cree que sería más interesante si pudieran relacionarse alumnos con distintas situaciones sociales y no solo los que sus padres y madres tienen que trabajar por la tarde.
No obstante, aun si se cumplieran todos estos deseos, la medida no es tanto una fórmula mágica para la conciliación, como un servicio público útil. Por eso, Plataforma de Infancia cree que la solución pasa por dejar de preguntarnos cómo conseguir que madres y padres sigan trabajando con normalidad, pese a la "carga" de sus hijos, y empezar a pensar qué es lo mejor para niños y, por lo tanto, para la sociedad. "Su bienestar nos afecta a todas y todos", zanja Ibarra.