Aragón despide un verano muy cálido y poco lluvioso para entrar en un otoño similar
- La comunidad ha sufrido el verano más caluroso desde 1961 con 2,8 grados por encima de la media
- Ha sido el noveno verano más seco y se prevé que el otoño sea similar
Este viernes día 23 de septiembre salimos de uno de los veranos más calurosos que se recuerdan, para entrar en un otoño similar. Los termómetros superaron en 2,8 grados centígrados la media habitual de los meses de junio, julio y agosto, un rango de valores que van de los 2,5 grados de más registrados en Daroca y los 4,3 de Aínsa. En este período de tres meses, en Zaragoza, han tenido 20 días por encima de 40 grados y 56 noches tórridas (por encima de los 20 grados), según los registros de la Agencia Estatal de Meteorología.
Datos Aemet Aragón
Rafael Requena, durante la presentación del balance del verano, Zaragoza ha batido el récord de noches tropicales, con una temperatura mínima de 20,5 grados de media y han sido "también récord" los 24,8 grados de mínima que se alcanzaron el 13 de agosto.
“Hasta los años 80 solo había 5 o 6 noches tropicales“
Como ilustración, Requena ha recordado que "hasta los años 80 solo había 5 o 6 noches tropicales". En cambio, este verano, "se cuentan con los dedos de la mano los días en los que las mínimas y las máximas han estado por debajo de la media", ha asegurado.
Más calor y menos lluvias
En cuanto a precipitaciones, ha sido el noveno año de la serie más seco, aunque el balance en el conjunto de Aragón ha sido de "casi normal", con un 16 % menos de lluvia, debido a un reparto "muy irregular" de las precipitaciones por efecto de las tormentas.
Ejemplo de ello es el 90 % menos de lluvia que se ha registrado en Aguarón y el doble de agua que ha caído en Fraga. Zaragoza acabó con un balance positivo gracias a la tormenta del 24 de agosto, que descargó 25 litros por metro cuadrado, mientras que Teruel capital registró un 69 % menos de precipitaciones y Huesca un 85 % por debajo de lo normal. En octubre, noviembre y diciembre, se prevé que llueva por debajo de la media, y que sean cada vez más torrenciales. Como por ejemplo la última de Teruel del pasado 14 de septiembre, cuando el viaducto de la ciudad se convirtió en una cascada.
Este viernes nos despedimos del verano más caluroso desde 1961, en el que no ha llovido lo suficiente, en el que sufrimos granizadas, y también nos sorprendió el tornado de Alcañiz.