El Gobierno anuncia un plan de vivienda para los vecinos de Puerto Naos y La Bombilla, desalojados desde hace un año
- También se aplicará una nueva moratoria en el pago de las hipotecas para los afectados por los daños del volcán
- La presencia de gases tóxicos que emanan de las coladas hace imposible que unas 1.400 personas regresen a sus hogares
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha anunciado este lunes un plan de vivienda específico para los vecinos de Puerto Naos y La Bombilla, localidades desalojadas desde el inicio de la erupción volcánica de La Palma por la presencia de gases tóxicos, así como una nueva moratoria en el pago de las hipotecas para los afectados por los daños causados por el volcán.
Bolaños, acompañado de los presidentes de Canarias, Ángel Víctor Torres, y del Cabildo de La Palma, Mariano Hernández Zapata, ha hecho este anuncio tras la reunión de la Comisión Mixta para la reconstrucción de la isla que se celebra justo cuando se cumple un año de la erupción volcánica. El ministro ha dicho que el Consejo de Ministros de este martes aprobará una nueva transferencia de 6,5 millones de euros para ayudar a la compra de enseres y de los que se pueden beneficiar 609 familias.
Manifestación de los vecinos
Durante el pasado fin de semana, más de un centenar de vecinos de Puerto Naos se reunieron en la calle para expresar su indignación e incredulidad, así como urgir soluciones por parte de las autoridades. Indignación porque consideran que ni las administraciones ni la comunidad científica han dado respuestas ni alternativas ante su delicada situación y que se veta cualquier opinión alternativa, e incredulidad porque dudan de la letalidad de las concentraciones de CO2 y del origen de las emanaciones.
Puerto Naos, que es el principal núcleo turístico de La Palma, continúa cerrado desde el 19 de septiembre de 2021 a causa de la presencia de gases de origen volcánico, lo que afecta a las 1.400 personas empadronadas en este enclave a las que solo se les permite acceder de forma controlada para realizar tareas de mantenimiento y retirada de enseres.
Avenidas vacías, plantas secas en balcones y ventanas abiertas con cortinas al viento es la imagen que deja este enclave privilegiado antes de la erupción y fantasma hoy en día, en el que solo se escuchan los avisos de las balizas medidoras de gases y el motor de las desaladoras instaladas en las cercanías.
La desesperación de los vecinos y propietarios de negocios de Puerto Naos ha ido en aumento con el paso de los meses.