Telmo Irureta y los tabúes del sexo y la parálisis cerebral: "Desnudos somos distintos, pero no tan diferentes"
- La consagración de la primavera, de Fernando Francio, triunfa contando la iniciación en la sexualidad de una joven
- Participada por RTVE, es una de las películas españolas que optan a la Concha de Oro
"Me encanta porque es un tema del que no se habla. Hay gente que ni se lo imagina y luego están los que se lo imaginan, pero no se atreven a preguntar. Pues aquí tienes la información”. Telmo Irureta (Zumaia, 1989) tiene una risa contagiosa con sus propias ocurrencias. El ‘tema’ es el sexo de las personas con algún tipo de discapacidad, que forma parte de La consagración de la primavera, de Fernando Franco, que el actor protagoniza junto a la debutante Valèria Sorolla.
Fernando Franco ya presentó sus dos anteriores películas en San Sebastián, donde ganó el Premio especial del Jurado con La herida en 2013. Pero con La consagración de la primavera su cine evoluciona aliviando la dureza de los temas que suele abordar. Es su película más luminosa y también una de las mejores de la sección oficial de este año.
La protagonista es Laura (Valèria Sorolla) una estudiante de primer curso universitario que vive en un colegio mayor de Madrid. Tímida, introvertida, educada en cierta represión, es consciente de que hay una brecha entre su nula experiencia sexual y la de su entorno. En una fiesta, conoce por accidente a David, un joven con parálisis cerebral que vive con su madre (Emma Suárez). Cuando descubre que David recurre a asistentes sexuales ya que no puede acceder a su propio cuerpo para lograr placer, Laura ve una oportunidad para iniciarse en la intimidad sexual con otra persona.
Irureta se desplaza en silla de ruedas desde que sufrió una parálisis cerebral con dos años. Con su humor y carisma ha hablado de su condición en los monólogos que escribe. Estudió Magisterio y Pedagogía, pero se formó en interpretación que, señala, es su verdadera vocación.
Cuando leyó el guion de La consagración de la primavera antes del casting pensó: “¡Pero si David es igual que Telmo!”. Convenció al director Fernando Franco y esta mañana ha salido de su casa –vive en Donostia- para presentar su primera película como protagonista. “Fernando me dijo que él no tenía conocidos con discapacidad cerca y estaba abierto a cambios de guion”. Irureta aportó detalles de su vida, como el boli atado en la mano con un guante de ciclista que utiliza para escribir.
“Son un chico y una chica que se conocen, se sienten bastante solos, y aunque sean muy distintos encuentran cosas en común para aprender uno del otro", describe sobre el argumento. "Yo no tengo movilidad y no puedo hacer ciertas cosas y le ayudo a ella a descubrir algo nuevo. Es amistad y algo más, algo muy bonito”.
La consagración de la primavera es una película sobre la intimidad y Franco encuentra el punto perfecto para recrearla, sin caer en lo explícito, pero tampoco en lo pacato. Irureta no tuvo reparos con los desnudos y la película además juega contra el cliché: la persona con discapacidad es la experimentada y la que domina la intimidad.
“Cuando leí el guion y vi que era valiente esperaba que también lo fuésemos al rodar. Me apetecía enseñar y se viera mi cuerpo desnudo. Igual no puedo manejar las manos, pero sí otra cosa”, explica y ríe. “Los desnudos suelen ser de gente guapa y echo de menos cuerpos distintos porque igual no somos tan diferentes. Son dos personas unidas, en una habitación, como si no existiera el mundo”.
Su humor y su carisma son las claves de su actitud vital. “La discapacidad asusta, toda mi vida he visto la reacción de los demás”, dice. “Tener un amigo con discapacidad está muy bien, como que te convierte en más majo, pero a la hora de tener una pareja con discapacidad es distinto, parece que te va a complicar la vida, aunque luego nos sea así”.
Reivindica que existan papeles en los que la discapacidad no sea la trama del personaje discapacitado. “¡Pero es verdad que para una vez que me salen personajes!”, y vuelve la carcajada. Incluso ha impartido talleres en los que trata cómo un actor debería interpretar a una persona con discapacidad. “Como tengo esta condición que es una putada, si puedo sacarle partido, enseñar y me pagan, ¡allá que voy!'”.