La amenaza nuclear de Putin, poco probable pero real: ¿cuáles son sus opciones?
- Rusia dispone de un importante arsenal de armas nucleares tácticas
- La doctrina militar rusa prevé su uso para poner fin a un conflicto convencional
- Guerra Ucrania-Rusia, en directo
El presidente ruso, Vladímir Putin, volvió a amenazar este miércoles, al anunciar la movilización de reservistas, con el uso de armas nucleares en la guerra de Ucrania. "No es un farol", añadió. No es la primera vez que Putin blande la amenaza nuclear, pero esta vez coincide con un momento de debilidad de Rusia en el campo de batalla. La posibilidad de un ataque nuclear es remota, dicen los expertos, pero existe.
Solo tres días después de comenzar la invasión de Ucrania, Rusia puso en alerta a sus fuerzas de disuasión estratégica, que incluyen los misiles con ojivas atómicas. El Kremlin ha reiterado en varias ocasiones que el uso de este tipo de armamento estaría justificado para defender la "soberanía" rusa y la "integridad" del Estado.
Ahora, la nueva advertencia de Putin llega cuando sus tropas retroceden ante la contraofensiva ucraniana en el sur y el este. Y con la posible anexión de los territorios ocupados del Donbás, Jersón y Zaporiyia, que Moscú pasaría a considerar como territorio ruso. Este mismo jueves, el expresidente ruso Dmitry Medvedev ha amenazado incluso con armas estratégicas para proteger esas zonas.
¿Cuál es la posibilidad de que esta amenaza sea real?
"Nadie lo sabe de forma certera", explica Vicente Garrido, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Rey Juan Carlos y director del INCIPE. "Depende de los cálculos de la fuerza sobre los demás, que solo sabe Putin - continúa - Si ve que el adversario es débil y no va a responder, podría entrar en sus cálculos, como medida de último recurso, si no puede ganar en ningún terreno, consolidar ningún avance ni anexionar otros territorios".
"Sería un instrumento negociador, un elemento de chantaje, pero no de victoria, pero es muy pronto para decir que lo utilizaría ahora. Veremos cómo avanza la situación en los próximos meses", añade Garrido.
“Podría entrar en los cálculos de Putin, como medida de último recurso, si no puede ganar en ningún terreno“
"Como posibilidad, es real en este momento", ha explicado en RNE Nicolás de Pedro, jefe de investigación del Institute for Statecraft de Londres. "Putin intenta presionar a EE.UU., Reino Unido y la UE para buscar una salida negociada acorde con sus intereses", añade.
"El Gobierno ruso puede ser lo que sea, pero una cosa es cierta: sus amenazas o avisos suelen ser ciertos, creíbles", considera por su parte el coronel de artillería retirado Manuel Morato, ex agregado militar en Rusia y Ucrania.
Richard Ned Lebow, politólogo y profesor del King's College de Londres, cree que con el recurso al arma nuclear Rusia "perdería más que ganaría en el campo de batalla".
“Si consideramos que Putin es racional, no tiene ningún incentivo para usar armas nucleares“
"Los analistas en Occidente y en los gobierno están divididos sobre cómo tomarse las amenazas de Putin - explica Lebow en conversación con RTVE.es - Si le consideramos racional, no tiene ningún incentivo para usar armas nucleares, porque convertiría a Rusia en un paria más de lo que es ahora; alienaría a los dos países cuyo apoyo más busca, China y la India; uniría aún más a la OTAN y provocarÍa una respuesta que no será nuclear, pero sí de apoyo más fuerte a Ucrania". "
"Pero si creemos que Putin es irracional, entonces es muy difícil saber lo que hará", apostilla.
¿Qué armas podría usar Rusia? Las armas nucleares tácticas
Al hablar de armas atómicas surge inmediatamente el espectro del apocalipsis nuclear y el fantasma de la "destrucción mutua asegurada" (DMA) que mantuvo un equilibro del miedo entre EE.UU. y la URSS durante la Guerra Fría. Pero no nos estamos refiriendo a ese tipo de conflicto.
Las armas nucleares pueden ser estratégicas o tácticas. El objetivo de las primeras es golpear de manera devastadora objetivos en el interior del país enemigo (ciudades, centros de mando, instalaciones clave) y acabar con la guerra de un plumazo. Habitualmente su alcance es intercontinental.
En cambio, las armas nucleares tácticas tienen una potencia menor y un alcance más corto, y están pensadas para ser usadas en el teatro de operaciones, directamente contra las fuerzas enemigas. Son este tipo de bombas las que Rusia usaría en Ucrania.
En los años ochenta, Estados Unidos tomó la delantera en este campo cuando inventó la bomba de neutrones, que acaba con la vida con el mínimo daño material. Sin embargo en la actualidad, aunque EE.UU. continúa siendo el país con más cabezas nucleares estratégicas, Rusia le supera en armas tácticas.
Actualmente, Moscú dispone de unas 1.912 cabezas nucleares tácticas, algunas con varios dispositivos explosivos, frente a 200 en manos de los EE.UU., según estimaciones del Instituto Internacional para la Investigación de la Paz de Estocolmo (SIPRI).
El alcance de las armas rusas va de los 30 a los 2.350 kilómetros, y su potencia desde los 10 a los 100 kilotones (la bomba de Hiroshima tenía unos 18 kilotones).
El diseño de las propias cabezas nucleares no ha avanzado mucho desde el final de la Guerra Fría, pero sí los vehículos o medios de transporte. Algunos de los ellos, de doble uso (capaces de transportar carga convencional o nuclear), se han usado ya en Ucrania, como los misiles de crucero Kalibr y los misiles supersónicos.
“Las armas tácticas no tienen un potencial de destrucción tan grande, pero sí lo suficiente para hacer muchísimo daño“
"Las armas tácticas no tienen un potencial de destrucción tan grande, pero sí lo suficiente para hacer muchísimo daño y asustarnos a todos", ha explicado Manuel Morato en Las mañanas de RNE. "Sería una escalada que podría llevar no sabemos a dónde".
"Si tenemos un uso del arma nuclear va a ser táctico, limitado y de una sola vez, para ver la reacción de los otros - asevera Vicente Garrido - Podría usarlo de manera limitada contra alguna zona en el Donbás, por ejemplo, para tantear cuál podría ser la respuesta de la OTAN y sus aliados".
Otra posibilidad, apuntada en artículos de expertos y analistas de defensa, es que Rusia detone un artefacto en un área despoblada (el Ártico, el mar de Azov o incluso el mar Negro), sin causar víctimas aparte de la fauna y el daño medioambiental.
¿Qué dice la doctrina nuclear de Rusia?
Desde la desaparición de la URSS, la doctrina militar de Rusia ha subrayado la importancia de poseer armas nucleares para contrarrestar su debilidad en otros ámbitos.
Los documentos hechos públicos por el Kremlin en 2010 y 2014 establecen que Rusia se reserva el derecho a utilizar armas nucleares como respuesta a una agresión convencional "cuando la existencia misma del Estado esté amenazada".
Hace solo dos años, Rusia aprobó y publicó (también en inglés, para que no hubiera dudas) unos "principios básicos" de su estrategia de disuasión nuclear, que iban más allá. La posesión de armas nucleares, aseguran, "garantiza la protección de la soberanía nacional y la integridad territorial del Estado". Y añade que, en el caso de un conflicto militar, esta política "permite prevenir una escalada de acciones militares o su terminación en condiciones aceptables para la Federación Rusa".
En definitiva, la doctrina rusa se ajusta a la situación actual del conflicto en Ucrania, donde Rusia no consigue imponerse por medios convencionales y considera Crimea (y, si finalmente los anexiona, también los territorios ocupados desde el 24 de febrero) como parte integrante de su territorio.
¿Qué está haciendo Putin? Disuasión y "chantaje" a Occidente
En sus amenazas, el Kremlin no hace sino repetir palabra por palabra esta doctrina. Ya en su discurso del 24 de febrero, en el que anunciaba la "operación especial" en Ucrania, Putin acusó a la OTAN de crear junto a su frontera "una amenaza para la propia existencia de nuestro Estado, de su soberanía".
Se trata de una estrategia de disuasión, que consiste en convencer a un enemigo de que el coste de una agresión será inasumible. Para que la disuasión funcione, la "señalización", es decir, la amenaza a través de actos o palabras, tiene que ser creíble. En este caso, el objetivo de Putin puede ser doble: detener la contraofensiva ucraniana y forzar a Kiev a negociar.
"Es una amenaza más, una advertencia retórica para llamar la atención", subraya Vicente Garrido. "Lo saben muy bien, y a nivel estratégico son maestros de la negociacion y del discurso".
"Intenta ganar en los despachos lo que no pueden ganar en el campo de batalla, y eso pasa por cambiar el cálculo en Washington, Londres y Bruselas, y que los occidentales presionen a Ucrania para forzarle a pactar una negociación en los términos que quiere imponer Moscú", considera Nicolás de Pedro, quien cree, sin embargo, que "ni la movilización parcial ni el uso de armas nucleares tácticas son una buena solución para Putin". El resultado, añade, dependerá de los movimientos de las próximas semanas.
Richard Ned Lebow cree que Putin está poniendo en práctica una doble estrategia, de disuasión y de presión, y que la atención internacional que despiertan sus amenazas le ayuda en ese empeño. "Putin quiere dividir a Occidente y que ralentice su envío de armas a Ucrania, ese es su objetivo político. No creo que debamos tomárnoslo tan en serio", asegura, y por eso cree que Occidente debe seguir enviando armas a Kiev, aunque con el acuerdo mutuo de que no se usarán sobre territorio ruso.
¿Cómo responderá Occidente? Respuestas simétricas y asimétricas
"Una guerra nuclear no se puede ganar ni se debe librar", dijo este miércoles Joe Biden en la ONU. Solo dos días antes, en una entrevista televisiva, Biden advirtió a Putin que no se le ocurriera utilizar armas de destrucción masiva. "No voy a decirle cuál sería nuestra respuesta, pero sería consecuente", dijo el presidente de EE.UU.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha llamado a la calma pero ha afirmado que "habría consecuencias sin precedentes", sin precisar qué tipo de "consecuencias".
"La respuesta tiene que ser ambigua, que Rusia pueda pensar que va a recibir una respuesta simétrica, es decir, un ataque nuclear, o un ataque devastador sobre objetivos militares rusos", explica Nicolás de Pedro. "Cuanto más robusta y creíble sea la posibilidad de que EE.UU. o Reino Unido respondan si Rusia decide usar armas nucleares tácticas, menos probable será su uso".
“La respuesta tiene que ser ambigua, que Rusia pueda pensar que va a recibir una respuesta simétrica“
"Lo que Occidente no debe hacer en ningún caso es responder de la misma manera", destaca Lebow. "Si lo hiciera, se pondría al mismo nivel, y a ojos del mundo no importará quién las usó primero".
"También debemos ver cuáles son los objetivos - continúa el profesor del King's College - No es lo mismo que se un objetivo militar en algún lugar de Ucrania a que ataque Kiev para decapitar el liderazgo políico del páis, la respuesta debe ser proporcional a lo que los rusos hagan"
Vicente Garrido cree que una eventual respuesta de la OTAN no sería nuclear, sino con armamento convencional avanzado, en la que es muy superior a Rusia. "La OTAN se resistiría a responder, porque su territorio no estaría directamente involucrado. Pero Ucrania podría invocar el Memorándum de Budapest de 1994".
En ese Memorándum, EE.UU., Reino Unido y Rusia se obligaban a respetar y proteger la soberanía de Ucrania a cambio de que esta entregara las armas nucleares de la época soviética y entrara en el Tratado de No Proliferación como Estado no-nuclear. Hasta ahora, Ucrania no ha invocado ese acuerdo para pedir la intervención directa de Washington o Londres.
El general Morato, por su parte, considera que es momento para iniciar conversaciones de paz. "Al enemigo hay que dejarle siempre una salida, y si encima reconocemos que tiene un arsenal nuclear que puede acabar con el mundo, sería irresponsable no hacerlo".
En cualquier caso, el uso de un arma de este tipo en un conflicto significaría el fin del "tabú nuclear", que desde Hiroshima y Nagasaki ha llevado a todos los países que disponen de armas atómicas a abstenerse de su uso. En palabras de Joe Biden: "cambiaría la faz de la guerra como nada que hayamos visto desde la Segunda Guerra Mundial".