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Petra Martínez y Juan Margallo, Premio Nacional de Teatro 2022

  • El jurado ha reivindicado su “coherencia” y “compromiso”, y ha destacado “su excelencia escénica”
  • "Ha sido muy bonito que nos lo den a los dos", asegura Petra

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Petra Martínez y Juan Margallo
Petra Martínez y Juan Margallo

El jurado ha propuesto la concesión de este galardón a Petra Martínez y Juan Margallo “por la coherencia en la trayectoria mantenida sobre los escenarios, y por su compromiso con el arte y la sociedad a través de sus creaciones”.

El jurado ha destacado que este premio se entrega también “por su resistencia y afán por incorporar a sus obras las nuevas formas y tendencias escénicas, de modo que han sabido hacer teatro del siglo XX, pero también mantener la excelencia escénica que les ha caracterizado en todo el contexto del siglo XXI, sin olvidar su labor pedagógica y de transmisión teatral, ejercida siempre con enorme profesionalidad, no exenta del sentido del humor que impregna sus obras”.

"Ha sido muy bonito que nos lo den a los dos"

Si cierro los ojos, me veo junto a Juan en el escenario, en la vida, con los hijos, con los amigos. Juan y yo juntos con nuestras discusiones, con nuestro todo", dice la actriz. "Juan y yo estamos que no nos lo creemos. Ha sido muy bonito que nos los den a los dos. Nuestras carreras han estado unidas, siempre hemos trabajado juntos"

"Según se van cumpliendo años, los premios van gustando más, hacen más ilusión", añade Petra Martínez, de camino a Castellón, donde este viernes se subirá a las tablas del Paranimf de Castelló para interpretar La señorita doña Margarita, una obra que ya interpretó hace 30 años.

"Voy a hacer la función más feliz que una perdiz, encantada de la vida", dice entre risas Martínez, que piensa contárselo al público, "por si no se ha enterado".

Reconoce que este premio le hace feliz, "pero aún más por compartirlo con Juan". Ahora, tras la noticia, está alegre, contenta. "Si cierro los ojos, me veo junto a Juan en el escenario, en la vida, con los hijos, con los amigos. Juan y yo juntos con nuestras discusiones, con nuestro todo"

Petra asegura que, aunque discute con Juan, "tenemos la capacidad de llevar todas las cosas al terreno del humor, tanto en el trabajo como en casa. Cuando discutimos rompemos esa tensión con algo de humor y solemos decir: 'Oye, que nos vamos a morir', y con esa frase cortamos".

Días de Cine - Entrevista completa con Petra Martínez

Uno de los matrimonios artísticos más sólidos

Petra Martínez y Juan Margallo constituyen uno de los matrimonios artísticos más sólidos y fructíferos del panorama cultural español. Iniciados en el teatro independiente, su contribución a la escena del último medio siglo ha sido fundamental. Autores, intérpretes y directores destacan por una trayectoria que arranca en grupos imprescindibles del teatro independiente como TEI, Tábano y Gayo Vallecano.

Más tarde, en 1985, ambos fundaron la compañía Uroc Teatro, con la que recorrieron escenarios de todo el país y gran parte de Europa e Iberoamérica y con la que se aproximaron a la dramaturgia clásica y contemporánea con obras como El retablo de las maravillas (1996), Clown Quijote de la Mancha (1998) y El de la triste figura (2005), inspiradas en la obra de Cervantes; Clásyclos (comando incontrolado de teatro) (1998), a partir de versos de Calderón y Lope; Pareja Abierta; Reservadísimo (2001) y La mujer pasota; La mujer sola (2005), montajes de obras de Darío Fo; y La rosa de papel (2004), de Valle-Inclán.

Entre los últimos trabajos de esta pareja artística se encuentran Adosados (2007), Cosas nuestras de nosotros mismos (2011), ¡Chimpón! (2015), La señorita doña Margarita (2021) y Hasta que el alzheimer me devore (2021, Sala Mirador).

No recomendado para menores de 12 años Versión española - Nacidas para sufrir (Presentación y coloquio) - ver ahora
Transcripción completa

Si es que las que no valemos para ser malas...

Dejamos a Flora y a Purita rumbo a su futuro

y regresamos a nuestro plató

para dar de nuevo la bienvenida a dos tipos con suerte,

dos actores creadores y maestros en el peculiar arte de vivir.

Ya tenemos aquí a Flora reconvertida de nuevo

en nuestra gran Petra Martínez. Buenas noches, Petra, de nuevo.

Buenas noches de nuevo. Ay, me emociona,

esta película me emociona mucho. Te emociona muchísimo.

Acompañada de tu pareja en la vida real, Juan Margallo,

que es tu pareja en la vida real y en los escenarios.

Lleváis toda la vida viviendo, trabajando juntos.

Con dos hijos y nietos también.

Hijos que se dedican también a esto y nietos.

Antes de pasar a dar un repaso a vuestra vida y a vuestra obra,

vamos a hablar de esta película que nos ha dejado

con el corazón roto, pero vuelto a coser.

¿Qué futuro les auguras a Purita y Flora?

Creo que se van a llevar muy bien, dentro de lo que cabe.

Flora es un poco egoísta,

pero ha tenido una vida un poco dura, ha cuidado a sus familiares mayores.

Lo que me emociona de esta película mucho,

como decía antes Juan, en los pueblos hay muchas amigas,

muchas mujeres que son muy amigas que se han quedado viudas

y que tienen una amistad muy fuerte. Esta película,

aparte de la sensación que da como de que hay un enamoramiento

por parte de Flora, creo que es un enamoramiento tan platónico,

tan de necesidad, que me emociona porque hay mucha gente así,

hay mucha gente que necesitaría tener ese amor platónico al lado

y que, incluso a veces viven al lado y no lo tienen

y viven con separación de vidas.

Es muy difícil para unas mujeres tirar como tiran estas dos.

Me da no sé qué. -Purita, hija.

Tienes que perderle el miedo a la guadaña.

¿Qué opina Juan Margallo, el dramaturgo de este guión?

Me emociona mucho porque me recuerda...

Yo de pequeño viví mucho tiempo en el pueblo.

Éramos nueve hermanos y para quitarse a alguno de encima,

me mandaban con mis abuelos. Recuerdo una vez

que mi madre, Petra y yo íbamos por la calle

y una señora se acercó y le dijo: "Qué lástima

esta gente joven con ese escote y la manga corta y tal".

Y le dijo mi madre: "Eso para ti y para mí que somos dos vejestorios,

pero para ella bien guapa que está". Mi madre era muy comprensiva.

Mi madre no vio la película, si la hubiera visto,

le hubiera encantado porque era así,

ella era... ¿Eh? -Muy moderna.

Muy moderna, como Flora, y muy simpática.

Pues eso, que te emocionen con los sentimientos

y que te hagan reír al mismo tiempo es lo mejor.

¿Has venido a pedirme que te perdone

y que me case otra vez contigo?

Sí.

Esa escena final que sale con el brazo en cabestrillo,

con la cara tal y cual y que no sabe cómo decirle que quiere volver,

es impresionante. La escena de Adriana cuando vuelve...

"Dímelo como Dios manda", dice. ¡Claro!

Ella se siente que la abandonó. "Anda, siéntate

y pídeme la mano como Dios manda".

Si es que las que no valemos para ser malas...

Hablábamos mucho Adriana y yo y le decía:

"Flora puede ser que sea mala, pero a veces los muy buenos

y los pasivos son tan malos como los muy malos y agresivos".

Porque el personaje de ella en un momento se deja,

aunque a la otra la metan en una residencia, que no quiere

porque tiene su casa, la dejen sin nada.

Los pasivos son como los fumadores. El mensaje que da la película

es muy elocuente. Querría hacer una venganza con Petra.

Venga. ¡Ay! ¡Ay!

Cuando me equivoco en las funciones...

-¡Ah, bueno! -Tiene el rostro impenetrable

que dice: "Te has equivocado, repite".

(RÍE) Durante la función.

Y le digo: "Pero si el público no se ha dado cuenta".

Dice: "Quién te dice que no venga uno mañana y te diga:

'Eso no es lo mismo que ayer'". Ahora acaba de decir,

y ella lo ha pensado, ha dicho: "Como los fumadores pasivos"

y no sabe por qué lo ha dicho. -¿Cómo que no lo sé?

-A ver, explícalo. -Los fumadores pasivos

que hagan lo que sea,

pero al ser pasivos te están jorobando a ti,

que no eres fumador. -Pero ese no es el pasivo,

es el otro. -¡No, no!

Tú eres fumador pasivo y te estoy diciendo

que si lo evitas... Tú me entiendes, ¿verdad?

Claro. Juan, a veces te cuesta entenderlo.

Hasta en eso me corriges. Puedo irme a vivir con vosotros

y os voy diciendo qué piensa el uno del otro.

No nos vendría mal un aviso de vez en cuando.

¡Un árbitro! Está muy bien. En la vida misma...

Mira, las cosas son muy relativas. Hay mucha gente que dice:

"No, no me meto en política, no soy de..."

Te estás metiendo en política, que la política es incluso decir

"no me meto en política" porque dejas correr las cosas.

Entonces, en ese sentido,

Flora, por una mujer tan buena

como el personaje de Adriana,

le deja que se vaya a la residencia.

Pues en ese momento tiene una maldad. Claro, por eso es

muy elocuente la película y habla de valores.

Detrás de las anécdotas, se habla de cosas muy gordas:

De cómo manipulamos a los seres humanos

por nuestros intereses; de cómo hacemos culpable al otro

por un simple comentario. Efectivamente.

Esa niña se siente culpable todo el rato y constantemente

por comentarios o de Flora o de su familia

o de las vecinas. Sí.

Pido un muy fuerte aplauso

para el primer matrimonio gay de este pueblo.

¡Flora y Purita!

¡Ay!

¡Ay!

Antes de empezar con vuestra trayectoria,

me gustaría ver una pequeña pieza con alguno de vuestros trabajos

para situar al espectador y a vuestros corazones

en este momento. Venga.

Señoras y señores, aquí estamos

para hacerles más agradable la velada.

(Música)

¿Allí fue donde le concedieron el saludo de alférez de los Tercios?

Que todos los hijos de Dios, como hermanos que somos,

en algo habíamos de parecernos.

Por famoso capeador y por delitos más grandes

le dieron justo castigo, por eso es delito estable.

¡Oh!

Los cosmonautas informan, los senadores informan,

los agentes de bolsa informan también.

(TODAS) En torno a los altares chorreaba la lanza que tenía.

Dormidos, entre el silencio oscuro,

nos degollaron los esposos.

Piensas que Dios habla a los hombres para escuchar su voz

como el perro la voz de su amo.

A todos los que él ha elegido ha querido lucirlos

desde la cabeza a los pies.

Yo mismo. -No, tú no.

Felipe, que ha sido el novio de la Katy.

¿Qué hay que hacer? -Pisársela al Andrés.

¿Y qué es una radio?

Mira, te la voy a poner y así lo comprendes.

Sí, tengo dos hijos en el colegio y cuando estudian,

se pasan todo el tiempo con el diccionario en la mano.

Muchas veces me han pedido que les compre uno más grande,

pero les he dicho que esperasen a que las cosas nos fueran mejor.

¿Es usted Enrique Goded? -Sí.

Soy la madre de Ignacio.

Como hombre la comprendo,

como sacerdote, ¿qué quiere usted que le diga?

Vaya, ¿hoy hemos bajado sin Roció? -Sí.

La pobre está un poco indispuesta.

No sé, ha debido comer alguna cosa y tiene una diarrea terrible.

Lo siento, señor.

Ella me pidió que la dejase sola.

Su comportamiento era bastante extraño.

No, Elena, a Manolo no pienso pedirle nada.

¿Por qué no?

Porque ya tiene bastante con soportarme a mí.

Y encima voy a hacer que pague los caprichitos de mis hijas...

Joder con el Séptimo Mandamiento.

El Séptimo Mandamiento prohibía la entrada a toda persona

que hubiera mantenido cualquier tipo de contacto

con el cine o la televisión.

¿Hay algo de lo que queráis arrepentiros,

pedir perdón o justificaros ante el público?

-Sí.

¿Tú sabes que en 1965

estuve viviendo de la canción en Londres?

Pero ¿tú cantas? -Como un perro.

Alma para conquistar,

corazón para quererte

y vida para vivirla...

junto a ti.

Fuera.

Así es la vida

o, mejor dicho, el teatro.

(RÍE) ¡Juan!

Han salido cosas que no recordaba para nada.

Insólitas, ¿verdad? No sé, no recordaba.

No sé de qué obra ni cuándo. Todo esto ya sé por qué es.

¿Por qué? Porque todo hace más de 30 o 40 años.

¡Eso debe ser! Es lo que le pasa a TVE,

que tiene un archivo que es la vida de nuestros grandes actores.

No lo tiene nadie más que TVE. ¿Qué obra era esa, con barba?

No me acuerdo. Lo primero que quiero saber

es qué virtudes únicas,

qué fortalezas escénicas e interpretativas

ves en Juan y viceversa, el uno del otro.

Yo Juan para mí en el escenario es lo mejor

que me puede pasar porque tenemos una complicidad

tan absoluta que es muy divertido trabajar con él.

Y ya en general, como actor, que tiene que ver con su vida,

él es muy activo, yo no soy tan activa.

¿Sabes lo que es vivir con una persona

tan activa, tan activa? Es maravilloso.

Y esa actividad también la tiene en el escenario

como director, como actor.

A mí muchas veces me dice: "No, vienes a trabajar y tal".

Yo en cine y televisión lo que queráis,

pero, como en la película, yo sin mi Juan en el teatro, no.

Para mí él es el compañero ideal en el escenario

y por supuesto después de 50 años, en la vida.

Don Juan Margallo, intente igualar o superar

las palabras de su mujer. Es muy fácil.

Petra, al margen de buena actriz, tiene una cosa,

que es para que le dé rabia a uno. Antes de interpretar,

sale al escenario y tiene una simpatía con el público

que no hace falta y dices: "Se ha ganado al público".

Pero ¿por mayor o por actriz? -No, por actriz.

Por simpatía. -Ah, vale.

Que generas una empatía en el espectador que te quiere

porque eres comestible, ¿verdad? Ya te quiere, no hay un rechazo.

Al margen de buena o mala actriz, es que tiene, eso que dices,

una empatía con el público que se lo gana desde el principio.

Y luego el rostro impenetrable que tiene. Es decir,

en el escenario un día dijo: "¿Para qué ponernos nerviosos

si han venido tu hermano y tal y cual y están tomándose un café

tan tranquilos? Que se vayan a la mierda todos".

Y desde ese día no nos ponemos nerviosos.

(EMITE SONIDOS)

¡Es extraordinario!

(Risas)

Es la viva imagen del papamóvil.

Siempre he pensado, Cayetana, que el teatro es un hecho único.

El día que vas a hacer una obra es única,

no es como el cine y la televisión. Y al ser único

tienes que trabajar con esa... Y tú lo sabes,

cuando una obra, por el público, por ti, es que te pesa.

Dices: "Una hora y pico no lo voy a aguantar".

Yo les he dicho dos veces solo: "Perdonen, ni ustedes

se lo están pasando bien ni yo. Vamos a empezar otra vez,

que seguramente ya con esto... Y si no nos lo pasamos bien,

no pasa nada, les devuelven el dinero y si quieren nos vamos..."

A tomar una caña. Y entonces funciona muy bien.

Tú sigue afirmando tonterías, que al final nos va a pasar

como a los funcionarios, que nos vamos a quedar

sin paga extraordinaria. -Semiextraordinaria.

El nuestro es un teatro multirriesgo. -Como los seguros.

-Pero menos seguro.

Debe darse la sensación de primera vez

y lo que está ocurriendo, está ocurriendo ahora únicamente.

Y eso, cuando se lleva de manera desacerbada es al revés.

Tú entras en el teatro y una de las cosas que nos ocurre

es que se crean unas carencias que al rato ya sabes

dónde va a acabar la frase. Hay un momento determinado

que bromeamos incluso sobre ello. Dices: "Aquí no pone eso".

"¿Cómo dices?" "Que aquí no pone eso".

Y el otro lee: "Aquí pone que aquí no pone eso".

Y todo lo que decimos está escrito de antemano.

Estamos bromeando sobre el teatro, sobre lo que está hecho.

Muchas veces el método lleva a caer en unos vicios

y se convierte en algo un poco repetitivo.

-Eso cada vez menos. Antinatural.

Sí, antinatural. Recuerdo que Layton decía:

"El público no es que no está allí, es como si no estuviera.

Y no me tengo que preocupar de él, sino concentrarme en lo que hago".

Pero no tengo que decir: "No está, no está"

porque lo hago presente como diga eso.

Me decía: "Oculta el sufrimiento. Crea un gran estado de ánimo,

pero procura que no se note. Lucha contra ello".

Es muy bonito eso. Nadie quiere que se le vea llorar.

No. Y sin embargo, está sobrevalorada

la lágrima hoy día en nuestra interpretación.

A no ser que quieras hacer culpable al otro.

Claro. ¡Claro, efectivamente! Oye, muy bueno porque es así.

Claro que sí. A no ser que quieras decir:

"Mira cómo estoy sufriendo". Claro.

"Que eres un cabrito de mucho cuidado".

Pero mientras no sea eso, no quieres que te vean llorar.

Y se ve en las televisiones. Había un programa

que se ponían seis personas que le decían: "Esto es un máster

de interpretación" y entonces contaban sus vidas.

"Ana no sé qué". ¡Oh, total!

¿Te acuerdas? Sí.

Y yo lo veía porque decía: "Esta mujer se va a romper

de un momento a otro, pero que no se rompe,

que está a punto". Eso es lo más emocionante

que hay en el mundo, no que te salgan las lágrimas.

¿Usted viene también por lo de la película?

¿Usted sabe cómo se llama la película?

Se llama algo así como "Chimpum"...

¡"Chimpón"!

¿Cómo empezó todo?

¿A nivel personal? (RÍEN)

¡Por donde queráis cogerlo! Con Adán y Eva.

-No, digo, ¿a nivel profesional? ¿Cómo empieza todo?

¿Cómo empieza...? ¿Cómo nos conocemos?

Cómo os dais la mano y empezáis a andar.

Voy a contar una cosa que a él le encanta que lo cuente.

Yo estoy un poco cansada, pero él disfruta tanto

que por amor se lo voy a contar. ¿Vale?

Vale. Ya lo estropeas diciendo... -Perdona, sabes lo que voy a decir.

Me fui a Londres con 16 años a estudiar inglés.

Y me gustaba mucho leer, siempre me ha gustado leer.

Pero no podía leer porque no tenía suficiente conocimiento

para la lectura de novelas. Y mi hermana me dijo:

"¿Por qué no lees teatro, que como vienen los nombres

es más fácil que lo comprendas?". Y, Cayetana, me leí a Ibsen,

a Priestley, a Chéjov. ¿Quién no se enamora del teatro

y quién no quiere ser actriz para hacer eso?

Y vine sin saber mucho inglés, pero enamorada del teatro.

Entonces vine a España a ser actriz para esas obras.

Me encontré que estaban rodando una película, "Megatón Ye-Ye",

y le pregunté a uno: "Quiero ser actriz, ¿qué hago?".

Y me mando al TEM, al Teatro Estudio de Madrid

del señor Layton, tan cariñoso. Fíjate.

Luego fui al teatro a ver "Calígula"

y vi a Juan que hacía de Escipión.

Juan tiene unas piernas que son dignas de... De verdad,

lo mejor. Pero ¿por bonitas?

Por bonitas. Tienes unas buenas piernas.

Sí. -¡Pero bueno!

¿Te enamoraste de sus piernas? Sí.

¡Qué maravilla! Bueno, del todo.

Y a la escuela donde yo iba, el TEM, estaba un día

con la profesora y tal, me doy la vuelta y estaba él.

Y ese fue mi primer contacto. ¿Estabas como alumno también?

Sí. -Y ya no nos hemos separado nunca.

(Música)

Irrumpís en una sociedad sin libertad,

sin oxígeno, llena de miedo. Entrecomillado es esto:

"Unas ganas ilimitadas de divertirnos

y de mofarnos de todo lo risible, empezando por nosotros mismos".

Da la impresión de que a muchos Tábano les cambió la vida,

os cambió la vida. ¿Qué significó Tábano?

Uf. -Más que mérito nuestro...

Intentad sintetizar. Más que mérito nuestro

era el ambiente. Había tal deseo de escuchar algo

porque estaba prohibido debido a la censura,

que el público iba al teatro, que era el sitio donde no había

partidos políticos, la gente se reunía.

Recuerdo un día al salir de "Castañuelas 70"...

Hacíamos una broma sobre "Don Álvaro o la fuerza del sino"

y sacábamos a uno vestido como de franciscano,

pero era una broma sobre un drama romántico.

Y uno así muy cómplice me dijo: "He visto clarísimo lo del Opus".

¡No estaba previsto! -"¿Dónde lo habrá visto?".

No teníamos ni intención. Entonces, la gente entendía más

de lo que decíamos.

"Good evening, ladies and gentlemen".

"Bonsoir, messieurs et dames". Buenas noches, señoras y señores.

Espectáculos internacionales Tábano y las madres del cordero,

tiene el placer de invitarles a presenciar

el espectáculo que le ha hecho famoso en cinco continentes.

Para todos ustedes, "Castañuelas 70".

(Castañuelas)

¡Venga, morena!

A pesar de todo,

todo sigue igual.

Si se vive bien,

¿para qué cambiar?

Y si acaso alguno

lo pasara mal,

con la quiniela se puede arreglar.

Yo creo que lo más nos influyó fue "Castañuelas 70", mucho.

Estábamos politizados, pero no demasiado.

Ya. Éramos más bien jipis.

-Éramos muy jipis. Exacto.

¿Sabes lo que es cuando te prohíben una obra como "Castañuelas"

en pleno éxito en el Teatro de la Comedia?

Nos lo prohibieron porque fue un montaje tremendo

de los Guerrilleros de Cristo Rey, bueno, muy tremendo.

Pero tuvimos que emigrar para hacer teatro fuera.

Claro. ¿Sabes lo que es hablar...?

Por ahí fuera hacíamos la obra y entre el público había gente

que nos decía: "En mi casa pueden dormir dos".

"Yo tres". Entonces nos escogían

y te ibas por la noche a hablar con gente,

emigrantes económicos, que te contaban cosas impresionantes,

y exiliados; que yo no había hablado nunca con un anarquista

que me lo dijera. Sí, en Madrid, pero no sabía que fuera anarquista.

Con comunistas fundamentalmente, porque hay que reconocer

que la negación era mucho del partido comunista.

¿Tú sabes lo que nos enriqueció eso? Eso fue lo más maravilloso

que para mí como persona me ha dado el teatro.

Respecto a "Castañuelas 70", el día del ensayo general

había un telón que bajaba al final y era un torero, una monja,

un ejecutivo y tal y alguien entró y dijo:

"No, ese telón con la monja, el cura..."

"¿Qué quiere usted que cortemos?". Y ese telón lo tachamos.

Lo tachamos como se tachan las cosas subversivas de las paredes.

-Las pintadas. -Las pintadas.

Y cuando bajaba el telón era peor porque la gente empezaba:

"Censura, censura". Todo lo que hizo la censura...

-Era tremendo. -Era contraproducente.

Nos cortaban una canción, pues hacíamos...

(TARAREA)

Y la gente: "Censura, censura". Se armaban escándalos todos los días.

Me gustaría decir una cosa. Nosotros, y tu padre y tu madre,

hemos tenido mucha suerte porque hemos vivido una época

que ya no era la dictadura dura, era la "dictablanda", un poquito.

Sobre todo con la gente como nosotros, jipis, actores.

Entonces, hemos vivido esa época y la hemos vivido

con toda nuestra pasión de juventud. Tus padres haciendo obras

en un teatro más establecido, pero obras muy buenas.

Nosotros con el teatro independiente pa' arriba, pa' abajo, pa' el medio.

Luego vino la transición, también vivimos esa época

con mucha pasión: trabajando, las manifestaciones, el rollo.

Ahora estamos viviendo un momento un poco triste,

teatralmente también, pero ya están saliendo

cosas muy interesantes en el teatro y en el cine.

Pero nuestra generación, con todos nuestros problemas,

ha tenido muchas satisfacciones. Y yo ahora me río y digo:

"Incluso cobramos la jubilación". (RÍE)

"Un día surgió la idea general:

seguir a un grupo de teatro español en un festival internacional".

Con vuestra compañía recorréis Europa.

Giras por la emigración, en una furgoneta

que se llamaba Margarita. (PETRA RÍE)

Una furgoneta que os la vende García Pelayo.

La furgoneta era de los Smash.

Quería que recordarais un poquito de esa aventura,

de esa furgoneta para ir por partes.

La furgoneta nos la venden por 6000 pesetas

y estaba gripada en una carretera que tuve que ir a por ella.

Y nos tiramos toda la gira, Francia, Bélgica, Holanda,

Alemania, Suiza empujando -Suiza.

-Que íbamos 14: cinco en un coche

y nueve en la furgoneta. Con todo el decorado encima.

Con ocho o diez funciones y luego nos salían:

"Oye, que hay un pueblo con un centro cultural de españoles".

"Que ha salido una en la Universidad de Burdeos".

Dos meses por Europa en pleno invierno.

¡Uy! Terrible.

-Lo jodido es que los Smash había puesto un váter

y al quitarlo había un agujero y entraba el humo dentro

de la furgoneta. Teníamos que ir con mantas

porque nos intoxicábamos y las ventanas abiertas

en pleno invierno.

"Ahora hay que montar en el teatro todo el tinglado escénico

y comenzar los ensayos."

¡Cómo lo pasábamos! -Pero nos lo pasábamos muy bien.

Era todo tan emocionante, todo tan vivo.

Aquello no lo dejaría por trabajar en el Real.

Son cosas muy bonitas. Experiencias.

Y luego, Juan, formaste parte de la Comisión de los 11 en 1975.

Otarriza. Impulsora de la huelga general

de actores que pedía derechos fundamentales

como un día de descanso a la semana, que hasta entonces no había.

Había 14 funciones semanales, dos al día,

y no había día de descanso.

¿Qué importancia tuvo aquella huelga?

Te cuento. Roberto haciendo 14 funciones a la semana

un día estaba que se caía, se quedó así.

Entonces, subió a pedirle a Tamayo que le dejara no un día de descanso,

hacer una función el lunes. Y subió con la túnica de Calígula

y desnudo y le dijo: "Un día de descanso".

Y el otro dijo: "No pue' ze".

Y le dijo: "Mira cómo me estoy quedando".

Y no se le ocurrió otra cosa que decirle: "Tápate".

Así era esa vida. Claro.

Eso era para hacer una función al día,

hacer 13 en vez de 14. 13 en vez de 14.

Juan Diego y Conchita Velasco fueron los primeros

en el Teatro Lara con el día de descanso.

Nos encerramos en el Sindicato del Cine.

Luego se empezaron a hacer las asambleas;

Comisión de los 11.

"El motivo inmediato de esta huelga es un desacuerdo

con el ministro de Relaciones Sindicales

sobre quién debe negociar el convenio:

los vocales del Sindicato Vertical, como está establecido

y como exige el Gobierno, o una comisión de 11 personas

que ha sido elegida por una asamblea de actores

para que defiendan el convenio por ellos.

Cosa a la que el Gobierno se niega".

Fueron cosas que creo que como personas, actores

y compañeros nos sirvió de mucho.

Yo ahora que trabajo con gente joven,

que me parece que son geniales todos, cómo trabajan, cómo luchan,

me da un poco de pena. Es que digo: "No habéis pasado casi nada

de circunstancias como importantes para la profesión".

O sea, de decir pues una huelga de actores,

pero huelga de verdad. Huelga de estar allí encerrados

en el sindicato. -Dos, la del 74

y la de la libertad de expresión. -Estamos mucho mejor ahora, ¿eh?

Cuando detuvieron a Els Joglars, claro que sí.

No, si hay para dar y tomar, desde luego.

Creo que vuestros hijos, cuando eran niños,

odiaban el teatro, pero eso se pasó

porque después de Tábano y las madres del cordero

llega El Búho; llega El Gayo Vallecano,

que dura hasta el 83.

Europe Teatro, que es una empresa casi familiar, en plan cooperativa.

¿Te importa venir aquí voluntariamente o a la fuerza?

(RÍEN) Sí.

En la que participa vuestra hija Olga y vuestro yerno,

Antonio Muñoz de Mesa. Es una saga familiar

dedicada entera al teatro y dedicada a los escenarios

sin que haya ascendencia que se dedique a lo mismo, ¿no?

De cada cien hombres que te lleves a la cama,

79 van a amargarte la vida. (EL PÚBLICO RÍE)

Vuestra hija Olga os ha dirigido en varias ocasiones.

¿Cómo es esto tan intenso cuando estáis todos ahí?

¿Cómo se vive? Es que no es muy difícil

en el sentido de que... Cuando decimos Juan y yo,

nos lo decimos el uno al otro y el otro al uno,

que tenemos la sensación de que va a venir alguien

y nos va a decir: "Se acabó lo que se daba,

ahora a trabajar". (RÍE)

Tenemos esa sensación. Porque os lo pasáis muy bien

y disfrutáis mucho. Nuestra vida...

O sea, ahora sí noto que trabajo cuando voy a televisión,

cuando hago una película. Pero el teatro es todo tan casual.

Nosotros hablamos de una obra, una obra que vamos a escribir.

"¿Ensayamos esta tarde? -¿A qué hora?

-A las cuatro. -No, que viene el nieto".

Es todo tan fácil. Olga cuando viene a dirigir

sabe que nosotros sabemos más que ella.

Claro. Y entonces ella sabe

lo que nos puede dirigir. Hace de árbitro también, ¿no?

Y ella sabe mucho de movimientos. Con su lapicero

prepara las salidas, la escenografía, las luces,

cómo podemos estar mejor en este lado.

Entonces es todo como muy fácil. -Es que contamos cosas, además,

de nuestra vida. El 90% de lo que sale en la obra

son cosas reales, que la gente cree a veces que son bromas,

pero son verdad. Nuestra hija se lo sabe de memoria.

Es un poco lo que hacen los youtubers.

Claro. Está muy bien eso.

La siguiente pregunta no os la voy a hacer yo.

Vamos a ver quién la hace.

Tengo una pregunta que haceros, que casualmente sois mis padres:

¿cómo lleváis el nuevo papel que tenéis de youtuber?

¿Y cómo os manejáis con las nuevas tecnologías?

Que sé que bien porque os habéis comprado

un teléfono con una cámara buena para grabar.

Habladnos un poquito de cómo os manejáis

como youtubers que sois.

¡Ay, Dios mío, gracias! ¡Qué cosa más bonita!

¡Respuesta! Venga, vuestra hija os plantea eso.

O sea, ha dicho, nada más lejano, de buen youtuber.

La que armamos para hacer un Sky. "¿Dónde se da?" "Que no sale"...

Nos hemos comprado un último modelo para mandarle a ella

que tiene un youtuber que se llama "Olga y Antuan".

¡Ay, qué rica eres! Que ha tenido mucho éxito.

Para eso. ¡Pero somos más malos! Ah, que sois malos.

Es una cosa generacional, ¿no? De verdad que no somos malos.

-Malos tecnológicamente. Hacemos unos vídeos de maravilla.

Hacemos lo que podemos Y al que hace lo que puede,

no se le puede decir que lo hace mal. Eso es verdad.

(HABLAN INGLÉS)

Ay. -Que corten ¿verdad?

(Música)

Me gustaría cerrar con el humor. ¿Qué lugar ocupa el humor

en vuestras vidas y qué límites hay que poner

al sentido del humor que me parece

muy de los Martínez y Margallo? Cómo gusta que digas

Martínez y Margallo. Exactamente.

Lo de Martínez y Margallo me gusta mucho.

Que acabamos con el humor, venga. El humor no tiene límites.

A no ser que perjudique mucho al prójimo.

Entonces hay que tener cuidado.

Pero el humor es una maravilla, por Dios.

Hay que tocarlo todo con el humor.

Creo que el mundo iría mucho mejor si en el Congreso

y en todos los sitios hubiera humor. -Se toma el humor por uno mismo.

La próxima obra que pensamos hacer, si llegamos,

se llama "Cerrado por defunción". -¡Juan, no digas eso!

-¡Sí! -Te cuento una cosa muy divertida.

Cuando nos dieron ese premio, ¿cómo se llama?

-La Medalla de... La Medalla de Oro al Mérito

en las Bellas Artes. Yo sí fui, Juan no quiso ir

porque es muy republicano y dijo no sé qué.

Cada uno a lo suyo. Pues yo fui porque quería ir.

Entonces vino mi nieta y decían:

"Ahora, por favor, que suba a recoger el premio

el excelentísimo señor Fulano. Que suba la excelentísima..."

Y mi nieta se meaba de risa. Y Antonio, su padre, decía:

"¿De qué te ríes?". Luego nos dimos cuenta

que la pobre entendía en vez de:

"Que suba a recoger el premio el excelentísimo señor tal",

ella entendía:

"Que suba a recoger el premio ese lentísimo señor Fulano".

¡Qué maravilla! Pues eso, tal cual.

Es un bonito ejemplo,

hay que reírse de uno mismo. Reírse de un mismo.

¿Ese sería el mensaje que daríais a nuestros espectadores?

Un consejo, un mensajillo.

Que tengan sentido del humor. -No ofender con el humor.

Entonces, si te ríes primero de ti,

ya tienes bula para reírte de todos. Vamos a reírnos

que no está la cosa pa' menos. -Nos lo hemos pasado muy bien.

Muchas gracias, pareja. Muchas gracias a todos vosotros.

Por compartir vuestra vida con nosotros;

por darnos esos consejos tan bonitos y por la película que hemos visto

que ha sido una maravilla. Efectivamente.

Muchas gracias. A ti.

Y a vosotros no os despido, que ya sabéis que llega la hora

del cortometraje en "Versión Española".

(Música)

Hoy vamos a ver el último de los trabajos seleccionados

en esta edición del Concurso de Cortos

Versión Española/SGAE.

La próxima semana os ofreceremos los tres cortos ganadores

en un programa especial en el que podremos conocer

a sus directores.

Ahora os dejamos con "Laborable", de Alejandro Marín.

Un encuentro casual que puede dar sentido

al desconcierto. Que os guste mucho.

(Megafonía)

(Tren)

Era el último ¿eh?

Ese tren era el último.

¿Estás bien?

No, no ha venido.

¿Y por qué no me llama a mí?

No, mañana estaré en casa, tío.

Pues porque tengo planes.

Ya lo verá cuando vuelva, tío.

Mira, Frank, no me rayes.

Ha sido él.

Claro, cobarde y egoísta, lo que tú digas.

Venga, tío. Adiós.

Buenas.

Buenas noches.

¿Me puede dar una botella de ginebra, por favor?

-Ya no vendemos alcohol.

Pero si son...

-Mas de las doce.

Vale, pues...

Oye, se la puede meter en el bolso.

Venga, tío, no hay polis.

Va, yo vigilo.

¡Va!

No hay nadie.

Dentro del bolso. -Sí. Perdona.

¿Cuánto es? -13 euros.

Muy bien, toma. Muchas gracias.

¡Eh! Gracias.

¿Ves qué fácil?

Bueno.

Gracias igualmente.

Me voy para arriba, que me está esperando un taxi

ahí detrás. -¿Subes para allá? Yo también.

¿Tú adónde vas?

A Sarriá. -A Sarriá.

Bueno.

Ahí está mi taxi.

Pues sí. -Encantada, ¿eh?

Igualmente.

Oye, que si vas para allí,

podemos compartirlo si quieres.

-Pero es que estoy a cero, no tengo un duro.

Me cuesta lo mismo. Cómo veas, ¿eh?

A ver, me viene de coña,

voy para allá.

(Música)

Miguel.

(RÍEN)

Andrea.

¿Vives en el Sarriá?

No, vivo en Madrid.

Pero soy de Barcelona.

Entonces, ¿de visita?

Sí.

Supongo que vas para el hotel.

No, para casa de mis padres.

Está dando muchas vueltas. -¿Tú crees?

Debió tirar por la Avenida de Chile.

-La Avenida de Chile está cortada.

Hay que ir por aquí.

Nos está timando.

-Hace más de un año que está cortada por las obras del metro.

No sé.

¿No te lo crees?

Eh, ya está, da igual.

No pasa nada.

Mira, tres calles más para allá está la avenida.

Si no lo veis claro, os bajáis,

buscáis un taxi por allí y ya está, que os lleve.

-Que da igual, da igual.

-Vamos a ver, ¿sigo?

No, no.

Me bajo aquí, gracias.

¿Cómo que te bajas?

Perdona, ¿eh?

Oye, ¿estás bien?

Si molesto, me piro, ¿eh?

Tranquilo, ya sé dónde estamos. -Ah.

¿Tú dónde vives exactamente?

Pues...

Por Sant Andreu.

Y...

¿por qué te has subido al taxi

si vamos para la otra punta? -Ya, bueno...

Pensaba que...

Bueno, tranqui.

¿Qué vas a hacer ahora?

Seguro que encuentro una parada de autobús nocturno por aquí.

Y me bajo para el centro en un momento.

¿Quieres uno?

No sé liar.

¡No sabes liar! -No.

Bueno, yo te lo lío.

Es fácil. Además, soy ultrarrápido.

Mira.

Este para ti.

Gracias.

(RESOPLA)

¿No te lleva? -Sí, sí me lleva,

pero una hora y media. Pero tranquila, tú te vas.

¿Seguro? -Sí.

Es el M-7, ¿no?

Eh... Sí.

Hay una parada al lado de mi casa.

Si quieres, me acompañas

y lo pillas allí.

¿A tu casa? -Bueno,

al portal. -Vale.

Pero sin taxis. -Claro.

Por ahí.

¿Y mañana no madrugas?

Bueno, tengo un currillo, por las tardes en un bar.

¿Vives solo?

Con los padres, pero...

¿Te va bien?

Movidas.

Se están divorciando.

Un puto coñazo.

Y tú, ¿de qué curras?

Trabajo en un estudio de arquitectura

allí en Madrid. -¡Joder!

-Sí, no me puedo quejar. -No, ya veo.

Y de lo demás, ¿te puedes quejar?

Puf, bien.

Pues a mí nunca me han caído bien los arquitectos.

¿Conoces a muchos?

Creo que habéis llevado los humos un poco lejos quizá.

¡Debe ser que los siux me encantaban de pequeña!

Pero ¿cuando eras pequeña existían los siux?

¡Oye, mira, no soy tan mayor!

La parada está justo en esa calle, allí al final.

Vale.

Bueno, ¿te hace un piti antes de que me vaya?

Tengo que enseñarte.

Bueno, vale.

¿Te lo haces tú? -Pero soy muy mala.

Aguanta.

No, espera.

-Este no está bien. -Aguanta, aguanta.

¡Andrea, guapa! -Hola, Lucía.

Hola, cariño. ¡Ay!

Tía, siento mucho lo de tu padre.

¿Cómo estás?

Ahí vamos. Ya sabes, fatal. ¿Y tu madre cómo está?

-Regular.

Bueno, poquito a poco.

Daos tiempo.

¿Y tú qué tal estás? Estás muy guapa. -¡Gracias!

Nosotros bien. Nos vamos a celebrar el cumpleaños de mi madre

y nos vamos, que se nos hace tardísimo

y él mañana trabaja.

Bueno, él es Jorge. Jorge, Andrea.

Encantada. -Encantado.

Lo siento. -Gracias.

Bueno, ¿y vosotros? ¿Os marchabais, llegabais?

Eh... No, subimos, subimos. -Bueno, vale.

Pues nada, guapa. Mucha fuerza, ¿vale? Muchos ánimos.

Gracias. -Venga.

Chao. -Adiós.

Mejor me voy.

Ya que estás aquí, espérate aquí.

Ya ves, es que no sabía lo de tu padre.

Bueno, ¿cómo lo vas a saber?

Dame la chaqueta, que te la guardo aquí.

¿Quieres una copa?

Gracias.

¿Tan mal están las cosas en tu casa?

Mi padre se va de casa.

Se va a Galicia.

¿Sí? -Sí.

Se ha echado una nueva novia.

¿Y no te vas a despedir?

Sí. No sé, un egoísta, tú sabes.

Bueno, no soy la más indicada para decirte nada.

¿Desde cuándo no vives aquí?

Me fui a estudiar la carrera a Madrid y ya me quedé a vivir.

¿Y tu madre?

Ahora está...

viviendo en casa con mi abuela.

Yo vengo de allí ahora.

He discutido con ella hoy,

por lo de la venta del piso.

No quiero que lo venda.

No sé,

tenía la necesidad de venir.

Con una botella de ginebra.

La verdad es que no me apetece nada. -A mí tampoco.

Además, está súper fuerte.

Mi tía se hará cargo de la venta, tiene una inmobiliaria.

Joder.

Pero quería coger algunas cosas para llevármelas a Madrid.

Luego con la mudanza... -Eh.

Perdona. -No.

No pasa nada. -Perdona.

¿Y qué?

¿Tendrás mucho curro cuando vuelvas?

(ASIENTE)

Claro. -¿Sabes si volverás?

No lo sé.

Yo me voy.

Eres un encanto.

Fueron los vapores de la luz artificial.

O quizá fueran los ardores

del verano en la ciudad.

Lo cierto es que esa madrugada

dos adultos procrearon.

La pena es que dos rombos

censuraron lo mejor.

Un reto realmente arriesgado este paseo nocturno

que lo puede cambiar todo.

Enhorabuena, Alejandro Marín,

por su extraordinario pulso y a sus magníficos protagonistas:

Liliana Pérez y Toujours Argerich.

Y por supuesto también a todo el equipo de "Laborable".

Y nada más, la próxima semana os esperamos

con un programa especial en el que conoceréis

el palmarés de esta edición de nuestro Concurso Iberoamericano

de Cortometrajes Versión Española/SGAE.

Un beso muy fuerte. Chao.

(Música)

Versión española - Nacidas para sufrir (Presentación y coloquio) - ver ahora

Juan Margallo comenzó su trayectoria escénica a comienzos de los años 60 con obras como Dulce pájaro de juventud y en compañías históricas como la del Teatro María Guerrero, la Lope de Vega y la del Teatro Español, con las que participó en diversos montajes (La belle malmariee; La bella malmaridada, Calígula, El caballero de las espuelas de oro, El villano en su rincón; Los milagros del jornal o El alcalde de Zalamea, entre otras).

Por su parte, Petra Martínez se inició en el teatro a finales de esa misma década vinculada a Teatro Estudio de Madrid con obras como Cuento para la hora de acostarse y Noche de Reyes, o lo que queráis; donde conoció a quien se convertiría en su compañero artístico y personal. Petra Martínez también cuenta con una amplia trayectoria en televisión y cine, donde ha sido dirigida por directores como José Luís García Sánchez, Manuel Gutiérrez Aragón, Jaime Rosales y Pedro Almodóvar.

Entre sus reconocimientos, destaca la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2011) al grupo de teatro Uroc. Asimismo, Margallo ha sido galardonado en dos ocasiones con el Premio Max de las Artes Escénicas y Martínez con el Premio Feroz como Mejor actriz protagonista por su último trabajo cinematográfico La vida era esto, de David Martín de los Santos.

El Premio Nacional de Teatro se concede como recompensa y reconocimiento a la labor de una persona o entidad en el ámbito teatral, puesta de manifiesto preferentemente a través de una obra o actuación hecha pública o representada durante el año 2021.