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Radiografía de la presión fiscal en España: por debajo de la media europea pero en máximos desde la crisis financiera

  • La ratio con respecto al PIB se situó en el 36,8 % en 2020, más de tres puntos por debajo del promedio europeo
  • España es uno de los países con los tipos máximos de IRPF y Sociedades más alto, pero que menos recauda

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Monedas y billetes de euro con una bandera de la Unión Europea de fondo

La presión fiscal en España se sitúa por debajo de la media de los países de la Unión Europea (UE). Ocupa el puesto 14 de 27. Un español paga menos impuestos que un francés, un italiano o un alemán, que se sitúan en lo alto de la tabla. Sin embargo, ha visto cómo sus obligaciones tributarias han crecido hasta niveles máximos desde la crisis financiera, cuando cayó hasta el 30,6 %, la cifra más baja desde que hay registros.

El debate sobre los impuestos ha vuelto a centrar la actualidad política después de que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, anunciase la supresión del impuesto de Patrimonio, siguiendo el camino marcado por Madrid. Las críticas de partidos como ERC, EH Bildu o Unidas Podemos no se hicieron esperar: acusaron a los populares de “dumping (competencia desleal) fiscal” y de situarse del lado de los que más tienen. Mientras, desde el Gobierno han tildado las rebajas fiscales de las autonomías gobernadas por el PP de "rivalidad inmoral" y, en contraposición, han avanzado que se encuentran trabajando en un nuevo impuesto temporal para las grandes fortunas, que entraría en vigor en 2023.

Presión fiscal: por debajo de la media de la UE…

Hablar de presión fiscal es hacerlo sobre el conjunto de los impuestos y contribuciones sociales en relación con el Producto Interior Bruto (PIB) de un país. En el caso de España, fue del 36,8 % en 2020, según los últimos datos de Eurostat. La cifra se sitúa lejos de los países de nuestro entorno como Francia o Italia, con un 45,6 % y un 42,7 %, respectivamente; aunque por encima de Portugal, que apenas supera el 35 %.

La presión fiscal en España es, por tanto, inferior a la media de la UE, que finalizó 2020 en el 40,2 %. Si se excluyen las cotizaciones sociales, España también queda por debajo del promedio de los Veintisiete: un 23,1 % frente al 26,7 %.

Se tiende a pensar que la partida que los españoles destinan a sus compromisos fiscales está en los primeros puestos de la UE, pero lo cierto es que España se sitúa a diez puntos de Dinamarca, el país con la presión fiscal más alta de los Veintisiete. En el otro extremo se coloca Irlanda, con una presión fiscal del 20,1 % en 2020.

…pero en máximos desde 2008

Los datos de Eurostat también reflejan los cambios que la presión fiscal en España ha venido desarrollando desde la Gran Recesión. Fue entonces cuando experimentó una caída de seis puntos, tocando fondo en 2009 en el 29,7 %. Desde entonces, la cifra no ha parado de crecer hasta hoy. Supone una diferencia de siete puntos.

Entre los principales motivos, cabe recordar que la deuda pública española cerró el año 2008 en el 39,7 % y escaló hasta niveles no vistos en 2021, superando el 125 %. Al mismo tiempo, el déficit público cayó al comienzo de la crisis financiera hasta el 11 % y, tras el paso de la COVID-19, se situó en 2021 en el 6,87 % o, lo que es lo mismo, España gastó casi 83.000 millones más de lo que ingresó. Esto ha llevado a los Gobiernos a subir sus impuestos con el fin de responder a sus acreedores y reducir sus compromisos financieros a los niveles exigidos por Bruselas.

En el caso de la UE, la cifra se ha mantenido estable, registrando únicamente pequeñas oscilaciones entre el 37 % y el 40 %.

El IRPF y el de Sociedades, entre los más altos…

En el lado de los ingresos, impuestos como el IRPF y el de Sociedades gravan en España a un nivel muy por encima de la media de la Unión Europea, que llega al 39 % y el 21,3 %, respectivamente.

En 2021, de acuerdo a los últimos datos ofrecidos por la Comisión Europea, España se situaba entre los países de la UE con un tipo marginal en el IRPF más elevado. Cabe destacar que el gravamen español sobre la renta difiere de unas comunidades a otras, siendo los madrileños los que poseen un tipo marginal máximo más bajo (45 %) y los valencianos, más alto (54 %). Hasta seis regiones superan el 50 %, además de la Comunidad Valencia: Cantabria (50 %), Canarias (50,5 %), Cataluña (50 %), La Rioja (51,5 %) y Navarra (52 %).

Por su parte, en Europa son ocho los países que superan la barrera del 50 % en el tipo marginal máximo del IRPF, siendo Dinamarca (55,9 %), Francia (55,4 %) y Austria (55 %) los que ocupan los primeros puestos. Y, en el otro lado de la tabla, Rumanía y Bulgaria (10 %) y Hungría (15 %) mantienen las tasas máximas de ingresos personales más bajas.

Esto, unido a las cotizaciones sociales, eleva la cuña fiscal española -es decir, la suma de las cotizaciones a la Seguridad Social y el IRPF- por encima también de la media de la OCDE: el 39,3 % del salario bruto de los trabajadores españoles solteros y sin hijos se destinó al pago de impuestos, frente a la media del 34,6 % para el conjunto de economías avanzadas. Así, España se mantuvo en el decimosexto puesto de los países con mayor cuña fiscal de la OCDE, en un ranking encabezado por Bélgica, donde a los trabajadores solteros y sin hijos se les retiene el 52,6 % de su salario.

En el caso del impuesto de Sociedades, y hasta que se aplique un tipo mínimo del 15 %, en España se sitúa en el 25 %, en línea con Austria, Bélgica y Países Bajos; aunque lejos de la media europea del 21,3 %.

Aunque oficialmente Malta es el país con un mayor gravamen de entre los Veintisiete (35 %), lo cierto es que el gobierno aplica bonificaciones a las empresas, que consiguen reducirlo hasta el 5 %. Le sigue Portugal, con un 31,5 %; y Alemania, cercana al 30 %. Los Estados con más ventajas fiscales en Europa para instalar una empresa son Hungría (9 %) y Bulgaria (10 %). Le siguen Irlanda, con el 12,5% (aunque cuenta con un tipo reducido del 6,25 % para las empresas centradas en I+D), así como Chipre.

…y el IVA, entre los más bajos

Por su parte, el IVA español –que grava la adquisición de servicios y bienes de consumo- es el único de los tres grandes impuestos que se ubica por debajo de la media de la UE: un 21 % frente al 21,5 % europeo. Así, España ocupa el mismo nivel que Bélgica, Países Bajos, Letonia, Lituania y la República Checa; y se coloca lejos de Hungría (27 %), con el gravamen más alto, o de Portugal (23 %).

Fue el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012 el que, en plena crisis económica, decidió elevar el tipo general del IVA del 16 % al 21 %. De esta forma, España pasó de tener entonces uno de los tipos más bajos de toda la UE a situarse en el rango medio-alto de la tabla.

La recaudación, por debajo de la media europea

Pese a que estos impuestos se sitúan por encima o muy cerca de la media europea, la realidad es que no repercuten en la misma medida en las arcas del Estado. Tanto en el caso del IRPF, de Sociedades como en el IVA, España recauda menos que el promedio de los Veintisiete. Y, en algunos casos, la cifra es mucho menor.

En el impuesto de Sociedades es donde se ilustra con mayor claridad. España mantiene un tipo nominal del 25 % y, sin embargo, solo logra recaudar el equivalente al 2 % de su PIB. Chipre es, en cambio, el país que más ingresa a través de este gravamen (5,9 %) pese a tener un tipo del 12,5 %, de los menores en el conjunto de la UE.

Por otro lado, la recaudación por IRPF en España es del 8,8 % del PIB, un punto menor que en la UE (9,9 %) y muy lejos de países como Dinamarca, que recauda más de una cuarta parte de su PIB a través de este tributo (26,9 %). No obstante, cabe recordar que no siempre tener un tipo superior en el IRPF significa que los contribuyentes paguen más: es necesario atender a los tramos. Por ejemplo, España y Países Bajos presentan un tipo máximo similar, alrededor del 49 % -en el caso de España es la media de los tramos máximos de las 17 comunidades autónomas-. Sin embargo, el porcentaje se aplica en el sistema español a partir de 300.000 euros y, en los Países Bajos, de los 69.398 euros.

Por último, en el caso del IVA, España es uno de los países europeos que menos ingresos logra: un 6,3 %, pese a compartir con sus socios un tipo general similar. El motivo, según la Comisión Europea, es que su tipo efectivo apenas llega al 9 %, inducido por los tipos reducidos (10 %) y superreducidos (4 %) que se aplican a determinados productos.

La propia Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ya ha advertido en varias ocasiones al Gobierno de la necesidad de revisar estos tributos, ya que en su opinión benefician principalmente a las rentas más altas y no logran el objetivo de facilitar el acceso a ciertos productos para las personas con menos ingresos.

España, Suiza o Noruega gravan el patrimonio

Los datos de la Comisión Europea también constatan que España es uno de los pocos países que mantiene el impuesto de patrimonio, que ha cobrado protagonismo esta semana. En los últimos años lo han suprimido en Dinamarca (1997), Finlandia (2006), Suecia (2007) o Países Bajos (2014). Si bien se mantiene en Noruega, Suiza o Luxemburgo.

En el caso de España, es un impuesto progresivo que grava a aquellos ciudadanos con un patrimonio superior a 700.000 euros, si bien existen diferencias entre las comunidades autónomas, como la Comunidad de Madrid o Andalucía, donde está bonificado al 100 %.

No obstante, hay otros países como Francia, Italia o Bélgica que también cobran algún tipo de impuesto a la riqueza, en este caso, sobre el patrimonio inmobiliario o determinados activos financieros.