El giro del M5S: apuesta por un perfil de izquierda y la popularidad de Conte para remontar las encuestas
- Las encuestas apuntan a que no repetirá sus resultados de 2013 y 2018, cuando fue el partido más votado
- El paso por el Gobierno le pasa factura a una fuerza que nació como movimiento anti-sistema
El Movimiento 5 Estrellas (M5S) comparece en solitario en las elecciones del próximo 25 de septiembre en Italia. Las encuestas le dan en torno a un 12% de los votos, muy por debajo de los resultados de 2018, cuando fue el partido más votado.
Sin embargo, su tendencia durante la campaña ha sido la de remontar a costa del Partido Democrático (PD), y su líder y candidato, el ex primer ministro Giuseppe Conte, es muy popular, por lo que no hay que descartar que dé la sorpresa y pase a estar entre los partidos más votados.
El M5S que se presenta a estas elecciones ha cambiado mucho tras su paso por el Gobierno en esta legislatura, en la que primero se alió con la Liga de Matteo Salvini, después con el PD de Enrico Letta, y finalmente sostuvo al Ejecutivo "técnico" de Mario Draghi. La retirada del apoyo de los stellati a Draghi forzó su dimisión.
El día 25, los votantes decidirán si recompensan a Conte por su labor al frente del Gobierno en plena pandemia, y si les convence la conversión del M5S de movimiento contestatario en partido de gobierno.
El M5S: de "anti-sistema" a partido de gobierno
El M5S nació en 2009 de la mano del cómico Beppe Grillo con la promesa de cambiar de raíz la política italiana. Su ascenso electoral fue fulgurante: tras una serie de victorias locales y regionales, fue el partido más votado en las generales de 2013 (25 %). Entonces renunció a formar alianzas y a entrar en el Ejecutivo, fiel a sus principios fundacionales.
En 2018, con un resultado aún mejor (32 %, casi 11 millones de votos) decidió dar el paso de gobernar, y ahí empezaron las contradicciones. Primero se alió con la Liga, con la que compartía el discurso anti-política, pero con la que chocó en medidas económicas y de inmigración. Después, con el PD, al que poco antes despreciaba como máximo representante de la política tradicional. Y finalmente apoyó a Draghi como alternativa para salir de la crisis causada por la pandemia, como hicieron todos los partidos, salvo los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni.
Todos estos giros le han pasado factura en forma de escisiones, abandonos y pérdida de apoyo electoral.
"Le ha pasado lo que les pasa a los movimientos populistas cuando llegan al poder -considera, en declaraciones a RTVE.es, Jorge del Palacio, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos- Tienen que empezar a hacer todo lo que imputaban como el mal absoluto en los partidos de la casta, los partidos normales. Su atractivo de partido disruptor se pierde completamente. Su capacidad para capitalizar el voto de oposición al sistema se ha visto muy desacreditada, y lo paga".
"Ocurre siempre en los partidos nacidos dentro de movimientos que entran en el Parlamento", alega por su parte Donatella della Porta, socióloga y politóloga italiana, directora del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales (Cosmos) de la Escuela Normal Superior de Florencia.
"Hay una tendencia hacia la institucionalización. Pienso por ejemplo en Los Verdes alemanes - añade Della Porta - Pero todavía quieren cambiar algunos elementos. Por ejemplo, son más participativos en la toma de decisiones interna. Si hay que comparar, en España Podemos está más preocupado por intentar desarrollar estructuras de partido que el M5S".
De la escisión de Luigi di Maio a la renovación de cargos
"El 50% de los diputados y senadores del M5S han dejado el grupo parlamentario, se han dejado un enorme capital humano, social y económico", explica a RTVE.es el politólogo Daniel Guisado.
En el capítulo de escisiones, la más sonada ha sido la encabezada por su antiguo líder, el ministro de Exteriores Luigi Di Maio. Descontento por la retirada del apoyo a Draghi, Di Maio ha creado Compromiso Cívico, una formación que se presenta como centrista, pero a la que las encuestas no dan ni el 1% de voto.
Por el ala derecha se ha separado Gianluigi Paragone, que ha fundado Italexit, un partido que, como su nombre indica, propone la salida de la UE, y que podría obtener en torno al 3%.
Además, el M5S establece un tope máximo de dos mandatos para sus cargos políticos, por lo que muchos parlamentarios no podían presentarse de nuevo, pese a haber acumulado experiencia. Es el caso, señala Daniel Guisado, de Danilo Toninelli, ministro de Infraestructuras con Conte, o de Roberto Fico, presidente de la Cámara de Diputados.
Entre quienes se han ido a otros partidos, asegura Jorge del Palacio, muchos lo hacen precisamente para evitar la limitación de mandatos y continuar en política.
"Mucha gente se ha ido, han cambiado mucho", confirma Della Porta. La politóloga italiana vuelve a compararlo con lo ocurrido en Los Verdes en Alemania. "Allí se decía que había dos facciones: los realistas y los fundamentalistas. En el M5S, ahora hay más realistas".
El M5S gira a la izquierda
No son solo las caras nuevas. Las escisiones y la experiencia de gobierno han provocado un cambio en el discurso del M5S y en sus electores.
"Su perfil en estas elecciones es más claro, casi socialdemócrata", explica Della Porta, mientras que su electorado "es ahora más de izquierda, cuando en el pasado era más mixto".
Ese electorado es, según Daniel Guisado, "mayoritariamente progresista, muy joven, sobre todo del sur del país, enormemente precarizado, tanto con muchos estudios como con pocos estudios. Esto les impide crecer por la derecha".
Los dirigentes stellati intentan competir con el PD y situarse como el polo opuesto a Salvini y Meloni. "Usan la retórica populista, pero intentan ser un partido de tipo verde-laborista. Han leído bien la situación actual y lo están aprovechando", opina Guisado.
Della Porta cree que el M5S puede beneficiarse del impacto de las medidas sociales adoptadas por el gobierno de Conte durante la pandemia, sobre todo la "renta de ciudadanía", similar al Ingreso Mínimo Vital en España.
El programa para estas elecciones promete establecer un salario mínimo de nueve euros brutos a la hora y limitar la contratación temporal; ayudas a los jóvenes para la vivienda; defender la paridad salarial para las mujeres y recuperar la gestión estatal de la Sanidad. También incluye el matrimonio igualitario o la transición ecológica.
Las bazas electorales: implantación en el sur de Italia y popularidad de Conte
El sistema electoral italiano perjudica a los partidos que, como el M5S, compiten en solitario. Una parte de los escaños se reparte de forma proporcional a los resultados, pero otra se asigna por sistema mayoritario (se lleva los escaños el partido o coalición con más votos), lo que beneficia a las coaliciones.
No obstante, el M5S cuenta con dos bazas: su fuerte implantación en el sur de Italia y la popularidad de Conte, que compite en estimación popular con Mario Draghi y con el presidente, Sergio Mattarella. La campaña se está centrando en su figura, prescindiendo incluso de los símbolos y colores habituales del partido.
Además, el M5S ha demostrado en anteriores convocatorias que es capaz de atraer en el último momento votos de los indecisos, que, según las encuestas, en estas elecciones suponen un 40 %.
"No creo que M5S obtengan los resultados de las últimas elecciones, pero no me sorprendería si aumentaran más de lo que le dan los sondeos y obtuvieran en torno al 20%", declara Della Porta.
La politóloga destaca que las encuestas siempre se han equivocado con los stellati, que sistemáticamente han obtenido en las urnas un 5 % más de lo que le daban los sondeos.
Pocas posibilidades de que el M5S entre en el Gobierno
Pero incluso con un buen resultado en votos, es poco probable que los de Conte consigan entrar de nuevo en el Gobierno.
En primer lugar, por el ya mencionado sistema electoral, que premia a las coaliciones. El bloque de derecha (Fratelli de Italia, Liga y Forza Italia) es el único que se presenta unido, y por eso todos los sondeos y los analistas políticos prevén que dominará el Parlamento con un amplio margen. Giorgia Meloni será primera ministra, según todas las quinielas.
No obstante, el presidente de la República tiene la potestad de encargar la formación del Gobierno al partido más votado, en lugar de a la coalición más votada. Si el Partido Democrático obtuviera más votos que Hermanos de Italia, Sergio Matarella podría encargar a su líder, Enrico Letta, que intentara constituir un Ejecutivo. Y ahí necesitaría al M5S.
"Lo tiene muy difícil, porque Letta se ha presentado como el partido de la responsabilidad, que había apoyado a Draghi - asegura Jorge del Palacio - Esto le obliga a no presentarse en coalición con el partido que le retiró su apoyo". "¿Cómo te presentas como partido europeísta que sigue las políticas de Draghi, y después formas coalición con el M5S? Difícil", insiste.
Della Porta cree que el M5S no tendría ningún problema en volver a aliarse con el PD. "Los que estaban abiertos a las alianzas con la Liga se han ido. No hay más opciones para ellos que aliarse con el centroizquierda. De momento, han rechazado cualquier opción de gobierno de emergencia o de salvación nacional, como el de Draghi".
Daniel Guisado está convencido de que los números no van a dar para ningún gobierno que no sea el de la derecha, pero recuerda que la política italiana es impredecible. "Si se diera la posibilidad, ¿podría haber acuerdo Conte-Letta? Rotundamente sí, porque ha ocurrido en el pasado. Fue una experiencia trascendental para el M5S y para sus dirigentes, porque le decidió a ser un partido más de izquierdas".