Los cebos envenenados matan unos 10.000 animales cada año
- Animales carnívoros y aves rapaces carroñeras, principales víctimas de esta lacra
- El Seprona y los Agentes Rurales culpan a los malos gestores de cotos de caza y a algunos ganaderos de estar detrás de esta práctica
- El domingo, a las 22.30 horas, en el Canal 24 horas y en RTVE Play
"Más de 200 mil animales salvajes han muerto en los últimos 20 años. Y seguramente nos quedamos cortos", son las cifras tan contundentes que aportan los integrantes del Programa Antídoto, compuesto por organizaciones ecologistas y conservacionistas como SEO Birdlife o Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) para cuantificar la importancia del problema existente en España sobre el uso de cebos envenenados como método ilegal de control de fauna salvaje.
“En estos años apenas se ha condenado a nadie, y más del 90% de los casos han acabado en nada“
"Uno de los problemas graves que tiene el veneno es la impunidad: en estos años apenas se ha condenado a nadie. Más del 90 % de los casos han acabado en nada", afirma Ernesto Álvarez, naturalista director de GREFA, bregado en mil batallas contra el veneno.
"Tenemos muchísimas aves geolocalizadas con anillas dotadas de Sistema GPS, y sabemos al dedillo si han sido envenenadas… y es una vergüenza que con lo que nos cuesta recuperar y soltar a esta fauna, luego unos desaprensivos les causen la muerte de esta forma. Hay que endurecer las penas", reclama.
Conflicto hombre vs. fauna
Detrás del veneno suelen estar malos gestores de coto y ganaderos. "Se quieren quitar un problema de encima de forma rápida y discreta. Quieren eliminar a depredadores que se les comen los conejos y perdices del coto o que les atacan a las crías del rebaño", nos explica Silvia, agente rural de la Generalitat de Cataluña, perteneciente al grupo especial de veneno.
“"Es imprescindible contar con la colaboración ciudadana, porque en muchas zonas rurales se sabe quien usa esas técnicas y no se denuncia por mied", destaca Silvia.
Antonio Juan García, jefe del servicio de toxicología forense de la Universidad de Murcia, es uno de los pioneros en la investigación policial de este fenómeno: "El veneno siempre surge cuando hay un conflicto entre hombre y fauna".
En Murcia se logró trenzar la primera sentencia condenatoria en España por envenenamiento, allá por el año 1997. "Es muy difícil vincular el veneno que localiza el Seprona con la persona que lo ha colocado. De ahí la dificultad para condenar a nadie", explica García.
“"El problema además que tiene el veneno es que no es selectivo"“
Las cifras indican que el 35% de la fauna envenenada son aves carroñeras, sobre todo buitres y milanos. García alerta: "El problema además que tiene el veneno es que no es selectivo, porque igual que mata a un zorro, mata a una jineta, o a un animal doméstico, y de ahí pasa a la cadena trófica. Por eso hay tantas rapaces afectadas".
En el laboratorio que dirige García se pueden encontrar decenas de animales víctimas del veneno, muchos con síntomas evidentes de haber ingerido este producto: "Presentan agarrotamiento de garras, plumaje manchado por la diarrea, posturas imposibles a causa de los espasmos… Una atrocidad".
“Uno de los productos más utilizados es el Aldicard, un plaguicida prohibido desde hace un montón de años“
García guarda muestras de cebos envenenados, la gran mayoría productos fitosanitarios enmascarados en trozos de carne con forma de albóndiga o salchicha: "Parece mentira, pero uno de los productos más utilizados es el Aldicard, un plaguicida prohibido desde hace un montón de años y que causa una muerte inmediata con una cantidad muy, muy pequeña. Con 0,7 gramos es suficiente para matar a alguien de 70 kilos de peso".
Las federaciones de caza en busca de soluciones
Un equipo de Repor ha visitado un coto de caza en Extremadura que ha puesto en marcha un Proyecto pionero en España de control selectivo de fauna salvaje con métodos homologados, como el lazo sin muerte o las jaulas.
"Nadie defiende el uso de cebos envenenados porque son prácticas ilegales, antiguas y con resultados indeseados, pero lo que tampoco puede hacer la administración es dejar sin herramientas de control a los gestores de coto, porque tenemos sobrepoblación de zorros y urracas que acaban con la fauna cinegética, sea conejos o perdices, que tanto trabajo nos cuesta criar y repoblar para conseguir un equilibrio entre nuestra actividad y el hábitat", reclama José Mª Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza, impulsora de esta iniciativa en colaboración con la Fundación Artemisan.
"El Proyecto consiste en controlar durante dos años las poblaciones de zorro y urraca en una finca testigo, y comparar los resultados con otra finca aledaña donde no habrá ningún control humano. Ahí observaremos cómo influye la acción del hombre en beneficio de las poblaciones de especies cinegéticas. Si crecen o decrecen y qué papel juega este control selectivo", nos explica Luis Fernando Villanueva, director de la Fundación Artemisan.
El objetivo final es poder concluir si con herramientas de control homologadas, selectivas y sin crueldad, se puede dotar a los gestores de coto de métodos de control que garanticen prácticas responsables y en beneficio de todos, del hombre y su actividad y de la fauna.
España es uno de los países de la UE donde más se ha trabajado y trabaja en el control de los cebos envenenados, pero aún queda mucho camino por recorrer, comenzando por la concienciación social, para evitar que el veneno siga siendo impune.