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Análisis | Elecciones en Italia

Claves del giro de Italia hacia la ultraderecha: el efecto Meloni, la división de la izquierda y una abstención récord

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Portadas de la prensa italiana tras las elecciones del 25 de septiembre de 2022. Foto: Vincenzo PINTO / AFP
Portadas de la prensa italiana tras las elecciones del 25 de septiembre de 2022.

El resultado de las elecciones en Italia celebradas este domingo apunta a que el país tendrá un gobierno formado por derecha y la extrema derecha y que por primera vez una mujer, Giorgia Meloni, la líder del partido más votado, Hermanos de Italia, será primera ministra.

El traspaso de votos de los socios de la coalición de derecha al partido de Meloni, la alta abstención, la caída de la Liga, el fracaso del Partido Democrático (PD) y la resistencia del Movimiento 5 Estrellas (M5S) en el sur son algunas de las claves de estos comicios.

Alta abstención: hartazgo y falta de alternativa

Antes de analizar los resultados políticos del voto hay que destacar el hecho que marca estas elecciones: la abstención ha sido la mayor en la historia de la República italiana. Un 36 % de los electores ha decidido quedarse en casa, 10 puntos más que en 2018 y una proporción superior a los resultados obtenidos individualmente por cualquier partido. El récord de abstención culmina una tendencia de los últimos años que revela un problema de fondo en el sistema político italiano.

"Los italianos ven a los partidos como indignos de confianza, oportunistas y que no rinden cuentas, y al final indistinguibles unos de otros", explica a RTVE.es Riccardo Alcaro, investigador del Istituto Affari Internazionali de Roma. "No ven que su situación mejore; no tienen una fascinación específica con ningún líder, salvo excepciones en algunos sectores; hay la impresión de que importa más la política de partido que la política democrática, y que quien está en el poder se preocupa por conservarlo y no por solucionar los problemas de los ciudadanos".

Jorge del Palacio, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, destaca que "elección tras elección, la abstención es mayor" y "los partidos y los parlamentos son las instituciones menos creíbles y peor valoradas".

"Desde 2013, además, los italianos votan como primera y segunda opción de gobierno a fuerzas con un carácter anti-establishment, el M5S en 2013 y 2018, con la Liga como segundo partido, y ahora a Hermanos de Italia. Son distintas maneras de expresar cierta posición crítica con los políticos tradicionales", añade el profesor de la URJC.

En estas elecciones, además, ha podido pesar también la falta de una alternativa clara a la victoria de la coalición de derecha que auguraban los sondeos y todos los análisis, lo que ha podido llevar a muchos votantes de izquierda a abstenerse.

El voto de derechas apuesta por Meloni

Las encuestas preveían la victoria del bloque de derecha porque se presentaba unido y la ley electoral, con un sistema mixto proporcional y mayoritario, beneficia a las coaliciones. Sin embargo, los resultados de cada partido dentro de la coalición han sido muy desiguales: Hermanos de Italia se ha convertido en primera fuerza en el país con el 26 % (frente al 4,35 % obtenido en 2018), mientras la Liga de Matteo Salvini cae del 17,35 % al 8,8 % y Forza Italia de Silvio Berlusconi baja del 14 al 8 %.

Los analistas consultados señalan que, en líneas generales, el porcentaje de italianos que se sitúan a la derecha del espectro político no ha cambiado, pero sí lo ha hecho la distribución entre las distintas formaciones.

"En 2013 votaban a Berlusconi, en 2018 apostaron por Salvini y ahora va a ser Meloni quien lleve el testigo", explica Del Palacio. "Un gran número de votos del centroderecha, liberal-conservadores, no se identifican con el partido de Meloni, pero han apostado al caballo ganador para llevar a la derecha de nuevo al poder, de donde fue desalojada en 2011".

Alcaro recuerda el desfile de gobiernos y líderes políticos en Italia, donde los Ejecutivos no llegan a los dos años. "Meloni es la líder política a los que los italianos aún no han probado. Va a tener las ventajas de una mayoría amplia e ideológicamente más homogénea, las diferencias serán tácticas", afirma.

El investigador del IAI señala también que Meloni ha podido captar apoyos del ala más derechista y antisistema del M5S.

Salvini pierde, Berlusconi vuelve a contar

Si Meloni es la vencedora de la noche, Salvini es uno de los derrotados y sale muy debilitado. El experimento de convertir a la Liga en un partido nacional y de gobierno, en lugar de en la voz antisistema y regionalista del norte del país, ha tenido como resultado regalar votos a Hermanos de Italia.

"Esencialmente, en el Norte el éxito de Meloni está relacionado con una caída dramática del apoyo a la Liga", confirma a RTVE.es Donatella della Porta, politóloga y directora del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Escuela Normal Superior de Florencia.

La Liga contaba con obtener entre un 12-15 %, pero en lugar de eso ha quedado casi empatada con Forza Italia, a la que las encuestas daban un 6%,

"Berlusconi es otro de los ganadores, porque ha logrado dejar casi en nada la distancia con la Liga", considera Jorge del Palacio. "Vamos a ver cómo se equilibran esas fuerzas. El incentivo de llegar al poder es muy grande y eso lima cualquier tipo de aspereza, pero la posición de debilidad de la Liga puede ser un elemento distorsionador en la coalición".

Fracaso del Partido Democrático y de Letta

Los peores temores del PD de Enrico Letta se han cumplido: ha perdido votos hacia su derecha, donde se situaba el Tercer Polo de Matteo Renzi y Carlo Calenda (que han obtenido más del 7 %), y hacia su izquierda, espacio que ha sabido ocupar el M5S.

Los programas de las tres formaciones se solapaban en algunos aspectos, sobre todo en cuanto a derechos sociales, pero el partido de Letta se ha convertido en el "partido débil, con líderes sin carisma" al que todo el mundo ha atacado en la campaña, describe Riccardo Alcaro.

"La derrota del PD ha sido extrema porque ha perdido mandatos directos que consideraba seguros, por ejemplo en la Toscana", comenta por su parte Donatella della Porta.

La politóloga afincada en Florencia carga toda la responsabilidad en Letta por no reconocer que, con la ley electoral, "necesitaba una alianza fuerte, y no ha querido aliarse con el M5S". "Tácticamente, debiera haber sabido que el M5S es muy fuerte en el sur, donde es el primer partido y podía obtener mandatos directos. Podría haber sido una historia completamente diferente", subraya.

Letta ya ha asumido la responsabilidad y ha anunciado su intención de dimitir en el próximo congreso del PD.

M5S resiste y agranda la distancia Norte-Sur

Si Letta ha conducido al PD a la derrota y a una nueva travesía del desierto, Giuseppe Conte, en cambio, ha llevado al M5S a buen puerto, teniendo en cuenta las aguas que le ha tocado navegar. Los stellati han celebrado los resultados pese a haber pasado de primera a tercera fuerza y haberse dejado casi la mitad de votos (del 32,66 % en 2018 al 15,25 %, cuando las encuestas le daban un 10 %).

Jorge del Palacio no duda en calificar a Conte como "el segundo ganador de la noche". "La decisión de dejar caer a Mario Draghi ha parado el proceso de absorción de su electorado por parte del PD. Ha recuperado su perfil anti-establishment; se ha apoyado en la Renta de Ciudadanía, que le da un perfil más social; y ha encontrado un arraigo brutal en el sur de Italia".

"El partido que obtuvo el 33 % del voto en 2018 tenía una parte derecha y otra izquierda - reflexiona Della Porta - Ahora los que han permanecido fieles son de izquierda, principalmente desde el punto de vista de la economía, apoyan el estado del bienestar, etc".

El apoyo masivo a los stellati en el Sur, donde antaño también se registraba apoyo a la extrema derecha de Meloni, dibuja un mapa político de Italia más polarizado territorialmente.

Para Daniella della Porta, en Italia afloran tres áreas diferenciadas: una reducida, en el centro del país, donde el centro-izquierda del PD resiste pero mengua; el Sur, donde el M5S es el primer partido pero necesitaría alianzas para optar al Gobierno; y el resto, en particular el Norte, orientado a la derecha.

"Puede darse la paradoja de que ahora el núcleo de poder de Hermanos de Italia haya pasado del Sur al Norte - considera Del Palacio - Es una revolución en sí misma y un indicativo de las políticas que puede hacer Meloni, porque el Norte piden menos ayudas sociales, menos impuestos y gestión de las políticas europeas"

Ahora qué: a la espera de conocer el Gobierno

Lo más probable es que el presidente italiano, Sergio Mattarella, encargue a Meloni la formación del nuevo Ejecutivo. A partir de ese momento se podrán interpretar sus nombramientos como una señal del reparto de poder en la coalición y de la orientación de sus políticas. Sobre todo, si mantiene, como ha prometido, la relación respecto a la Unión Europea.

Del Palacio advierte de que no todos los que han votado por Meloni se identifican con el perfil "más radical e identitario" de los militantes tradicionales de Hermanos de Italia. "Lo que ahora haga con eso es un misterio, puede capitalizarlo o echarlo por la borda", apunta.

"Meloni tendrá una mayoría más grande e ideológicamente homogénea, pero tendrá el viento en contra de la situación económica, que restringe su margen de maniobra", explica Riccardo Alcaro. "Europa está dando dinero a Italia pero Draghi hizo compromisos para obtener ese dinero. Espero que Meloni lo sepa bien".

Alcaro no descarta además problemas entre los socios de coalición "porque ni Salvini ni Berlusconi están contentos con que Meloni sea primera ministra, la relación no es buena".

No hay que olvidar tampoco el efecto moderador del jefe del Estado, una figura que en la República Italiana tiene mucho que decir. Mattarella puede vetar nombramientos de Gobierno, y por tanto, constituirse en el guardián de los consensos políticos tradicionales y en un freno a la posible radicalización de la extrema derecha.