Familiares de mayores reclaman a Garzón una alimentación más saludable en las residencias
- Piden que los menús estén diseñados por nutricionistas y cuenten con productos frescos
- Denuncian que hay un exceso de procesados en los menús de las residencias y que faltan inspecciones
Familiares de mayores reclaman al ministro de Consumo, Alberto Garzón, que regule la alimentación en las residencias para que se ofrezca a los usuarios de estos centros unos menús más saludables, en la línea de lo que se pretende hacer en los comedores escolares.
"Creemos que una alimentación correcta en el último ciclo vital podría incluso ralentizar algunas enfermedades o evitarlas", ha señalado la portavoz de Marea de Residencias, María Jesús Valero, en una entrevista en Las Mañanas de RNE.
Este martes la plataforma Marea de Residencias se reúne con el ministro de Consumo para tratar sobre la alimentación en las residencias, ya que, como denuncian, es uno de los problemas "más graves" de estos centros, y esperan que puedan arrancar un compromiso similar al que se ha establecido en los centros educativos.
El pasado jueves 15 de septiembre el Ministerio de Consumo sacó a audiencia pública un proyecto de Real Decreto, que prevé aprobar en el segundo semestre de 2023, para fomentar una alimentación saludable y sostenible en los centros educativos públicos, concertados y privados.
Carencias en los menús de las residencias
Para Valero, hay notables "carencias" en los menús de las residencias, y ha puesto de ejemplo la "falta de productos frescos" y el exceso de "procesados y fritos". También ha criticado que los menús en estos centros no están elaborados por nutricionistas.
Según la plataforma, este problema de la alimentación afecta a todo tipo de residencias, tanto públicas, como privadas y concertadas, y no es algo que se deba al actual contexto de crisis e inflación. De hecho, ha explicado que en una investigación que se realizó en 2019 a cinco residencias se detectó que la alimentación era "deficitaria".
A su juicio, el problema se debe, en parte, a que la cocina suele estar "subcontratada a otras empresas" y también a que faltan "inspecciones". "Si tuvieran una cocina propia, los gastos serían menores y se controlaría la calidad y cantidad de alimentos que se proporcionan a los mayores", ha sostenido Valero.
Menús diseñados por nutricionistas y más control
Por ello, destaca la conveniencia de regular la alimentación en las residencias de mayores, así como que se establezcan comisiones de alimentos en cada centro en las que se escuche a los residentes y familiares, y que se hagan "inspecciones exhaustivas sin previo aviso" a las cocinas para controlar la temperatura de los alimentos, la limpieza y el personal.
Asimismo este colectivo pide que los menús sean diseñados por nutricionistas, preparados con productos frescos de calidad, y personalizados y adaptados a las patologías de los mayores.