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Elecciones en Italia 2022

El huracán Meloni impulsa a la extrema derecha en Europa: "Es un momento peligrosamente bueno para estos partidos"

  • La líder de Hermanos de Italia lleva a la ultraderecha a gobernar por primera vez la tercera economía de la UE
  • Su contundente victoria puede servir para "normalizar" a estas fuerzas en el resto del continente

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La líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, será previsiblemente primera ministra
La líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, será previsiblemente primera ministra

La contundente victoria de la ultraderechista Giorgia Meloni en las elecciones italianas de este domingo no solo augura un cambio de era en el país, sino también en Europa. Su éxito electoral es el último episodio del auge de la extrema derecha a lo largo y ancho del continente, un fenómeno que ya había comenzado hace años y que logra ahora en Italia una de las plazas más importantes del continente. La líder de Hermanos de Italia ha sido la más votada en el país, donde ha recibido uno de cada cuatro papeletas, y será probablemente la primera ministra procedente de la tradición política del posfacismo.

Su victoria ha supuesto todo un hito para la extrema derecha europea, que de Hungría a Francia se ha afanado en felicitar Mientras, en Bruselas la respuesta ha sido fría, y las instituciones europeas miran con preocupación cómo la tercera economía de la Unión estará en manos de una coalición de derechas soberanista y euroescéptica.

"En Europa tradicionalmente se han combinado dos estrategias hacia la extrema derecha, por un lado el cordón sanitario y por otro meterlos en el gobierno para moderarlos. Ahora la primera está en franco retroceso", asegura a RTVE.es Cesáreo Rodríguez-Aguilera de Prat, catedrático de Ciencia Política de la Universitat de Barcelona y experto en el estudio de la ultraderecha.

El cordón sanitario desaparece en Europa

El cordón sanitario, o bien el acuerdo entre los partidos de centroderecha a izquierda para no pactar con la derecha radical, apenas sobrevive en Alemania y Francia, señala el profesor. "El tercer país donde persistía el cordón era Suecia y ahí ya se ha roto el tabú", añade. En el país nórdico, los Demócratas Suecos, una formación nacionalista y antinmigración, arrebató hace apenas dos semanas la segunda plaza a la derecha moderada, y previsiblemente gobernáran juntos.

Para Pablo Del Hierro, profesor de Historia en la Universidad de Maastricht, "estamos viviendo un momento peligrosamente bueno para la extrema derecha en Europa". Aunque la situación es muy distinta en cada país, los partidos de esta ideología han logrado un ascenso incontestable respecto a la situación de hace 20 años, cuando parecían condenados a la irrelevancia.

Estamos viviendo un momento peligrosamente bueno para la extrema derecha en Europa

"A principios de los 2000 se consideraba que la extrema derecha era una opción política totalmente marginal, con poquísimo impacto en la política europea. Había discursos triunfalistas, en pleno auge de la economía, que decían que habíamos derrotado a los extremismos, que la democracia liberal había triunfado, etcétera", asegura este especialista en los movimientos de extrema derecha. Ahora la situación ha dado un giro, y "esta es una de las etapas importantes dentro del auge de la extrema derecha".

En aquella época ni siquiera tenían presencia en muchos parlamentos nacionales, como los de España, Portugal o Grecia. Hoy hay partidos ultranacionalistas con presencia parlamentaria en prácticamente todos los países importantes de la UE, salvo Irlanda, y en varios de ellos están en el gobierno.

Del "laboratorio" de Italia al faro extremista de Hungría

"Italia siempre es un laboratorio" para la política europea, señala Rodríguez-Aguilera de Prat. "Fue Berlusconi el primero que normalizó a la extrema derecha , recuerda. El ex primer ministro italiano se apoyó en dos formaciones de extrema derecha como eran la Liga y la Alianza Nacional -precursores de Hermanos de Italia- para impulsar su proyecto en los años 90, e incluso nombró a Meloni ministra cuando llegó al poder en su tercer Ejecutivo en 2008. La extrema derecha también estuvo en el Gobierno en 2018, cuando el líder de la Liga Matteo Salvini fue ministro de Interior.

Antes, ya en 1999, el partido ultranacionalisa austriaco FPÖ, dirigido por Jörg Haider, entraba por primera vez en el Gobierno junto a los conservadores tradicionales, lo que supuso un terremoto político en el continente. Pero para entender el éxito de la extrema derecha hay que mirar hacia el este. En Hungría, el ultranacionalista Viktor Orbán gobierna interrumpidamente desde 2010 y en las últimas elecciones, en abril de 2022, incluso amplió su ventaja, hasta conseguir una aplastante mayoría de dos tercios en el Parlamento.

El profesor de la UB se muestra contundente: "Hungría ha dejado de ser una democracia". El país ha mantenido una senda autoritaria y de recorte de los derechos sociales que se ha intensificado a lo largo de los años, con una sociedad húngara "totalmente anestesiada y comprada por las redes clientelares de Orbán, que lo hacen invencible", señala. Recientemente, Bruselas ha propuesto congelar parte de los fondos europeos a Hungría por la corrupción en el país y en un informa ha considerado que ha dejado de ser una democracia plena.

Del Hierro cree que el caso húngaro es sintomático del "problema" de los conservadores europeos, "que están normalizando cada vez más a la extrema derecha, y lo hacen además blanqueándola". "El Partido Popular Europeo es un claro ejemplo de esta tendencia, sobre todo por su problemática relación con Orbán, quien ha estado durante muchísimo tiempo formado parte del partido. No se le ha echado porque también hay miedo a perder sus votos", subraya. La salida de Fidesz, el partido del líder húngaro, del grupo parlamentario popular en el Parlamento Europeo se produjo en marzo de 2021 y fue por decisión del primer ministro.

"Italia no es Hungría", o por qué la Comisión no debe "aislar a Meloni"

La otra gran potencia conservadora en la UE es Polonia, quinta economía del euro, donde gobiernan los ultraconservadores de Ley y Justicia desde 2015. El partido, fundado por los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, ya había estado en el poder antes, y actualmente son la principal formación del grupo Conservadores y Reformistas Europeos, el partido donde están también Meloni y Vox.

Bruselas había tenido una tensa relación con Varsovia en los últimos años, hasta el punto que la Comisión tomó la decisión inédita de retener los fondos europeos por incumplir con la justicia comunitaria. La guerra en Ucrania, sin embargo, cambió las dinámicas geopolíticas del continente, y la ferozmente antirrusa Polonia se erigió como un pieza crucial para la UE en la frontera más inmediata con Rusia y con su eficaz acogida de los refugiados ucranianos. Aquello supuso que Bruselas desbloqueara los fondos que habían retenido y ahora los dos actores mantienen una especie de tregua de facto, aunque siguen presentes de fondo las tensiones previas.

La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, se refirió Hungría y Polonia para advertir al futuro Gobierno de Italia de que "si las cosas van en una dirección difícil", Europa tiene "herramientas", como la suspensión de la entrega de los fondos europeos. Para Gianluca Passarelli, profesor de Ciencia Política de la Universidad La Sapienza de Roma, "Italia no es Hungría, es uno de los países fundadores de la UE, su tercera economía", por lo que "la Comisión debe evitar el aislamiento de Meloni, debe incluirla".

Passarelli no espera grandes cambios en la relación entre Italia y la UE en los próximos meses, ya que los asuntos más urgentes para Meloni son "la situación económica y social" dentro del país, pero sí que augura, pasado un periodo inicial, una apuesta por el nacionalismo dentro de la Unión, en la línea de lo defendido por el partido de Marine Le Pen en Francia o Vox en España.

La victoria de Meloni, un impulso más "cultural" que "electoral"

La victoria de Hermanos de Italia en un país central para Europa como es Italia puede suponer un impulso hacia la "normalización de la extrema derecha, a que no se perciba como un peligro", sigue el politólogo italiano, que cree que este impulso para los partidos hermanados con Meloni será más "cultural" que "electoral, ya que eso depende del contexto nacional".

Del Hierro considera que conviene "relativizar" este ascenso de la extrema derecha en el continente, ya que si bien es cierto que su situación es mucho más ventajosa que a principios del siglo XXI, depende mucho de cada país. Alternativa por Alemania o Vox están en crisis tras un buen momento en las encuestas, Le Pen perdió en las elecciones presidenciales francesas y los ultraconservadores austriacos fueron expulsados del Gobierno en 2020. En Grecia, el partido neonazi Amanecer Dorado ha desaparecido.

Por el contrario, en los países nórdicos, como Suecia o Dinamarca, se está viviendo un un "auge sorprendente" de la ultraderecha, teniendo en cuenta que son "son las democracias de mayor calidad y con un estado de bienestar realmente protector", según Rodríguez-Aguilera de Prat.

En Países Bajos, tras un experimento fallido de gobernar con la ultraderecha de Gert Wilders, hay ahora un cordón sanitario en la práctica, y hace pocos días se vivió un movimiento "histórico", asegura Del Hierro, cuando el primer ministro Mark Rutte y sus parlamentarios salieron del hemiciclo durante la intervención del líder de la extrema derecha Thierry Baudet.

"Vienen momentos complicados y la extrema derecha sabe aprovecharlos"

Aquello avivó en el país el debate sobre cuál era la mejor estrategia frente a la extrema derecha y si mantener el cordón sanitario "es contraproducente porque les facilita su rol de víctimas", una discusión presente a nivel político y académico en toda Europa, apunta el profesor en Maastritch. Este debate no ha arrojado ninguna receta clara, ya que la situación es muy distinta según el contexto nacional y económico.

Mientras, la derecha radical busca crecer en la situación de crisis a varios niveles que vive Europa. "Vienen momentos complicados, de incertidumbre política, sobre todo con la guerra en Ucrania, e históricamente la extrema derecha ha tendido a aprovechar muy bien esos momentos para su propio beneficio", asegura Del Hierro. También sabe aprovechar momentos de "desafección con el sistema", como ha ocurrido en las elecciones italianas, con una abstención de récord. "Meloni lo ha sabido aprovechar muy bien. Era la coyuntura perfecta para ella, que estaba en el momento adecuado y en el lugar adecuado", algo que no está tan claro que ocurra en el caso de otras formaciones ultras en el resto del continente.