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Villarejo asegura que es víctima de un "código rojo" con el que el CNI quiso "silenciarlo" por denunciar ilegalidades

  • Ha señalado que a Sanz Roldán le preocupaba el "botín" de su "archivo personal" de audios
  • El excomisario está acusado de valerse de su cargo para obtener datos confidenciales de terceros y lucrarse

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El excomisario José Villarejo a su llegada a la Audiencia Nacional
El excomisario José Villarejo a su llegada a la Audiencia Nacional

El excomisario José Manuel Villarejo ha puesto este martes el broche al primer juicio celebrado por el caso 'Tándem', la macrocausa donde se investigan sus negocios privados, en el que se ha mostrado como la víctima de un caso que asegura que fabricó el exjefe del CNI Félix Sanz Roldán para "silenciarlo" a modo de "venganza" por las denuncias que había hecho sobre el "uso y abuso de las instituciones del Estado".

Villarejo, ataviado con toga y parche, ha tomado la palabra en la sesión para terminar el informe iniciado el día anterior por su abogado defensor, Antonio José García Cabrera, para alicatar la tesis que ha dominado su estrategia de defensa a lo largo de los casi doce meses que suma ya esta vista oral.

El excomisario está acusado de delitos como cohecho o revelación de secretos por valerse presuntamente de su cargo para lucrarse mediante tres proyectos –'Iron', 'Land' y 'Pintor'– en los que habría obtenido datos confidenciales de terceros, hechos por los que la Fiscalía pide unos 83 años de cárcel para él.

"La causa Villarejo es un código rojo"

"La causa Villarejo es un código rojo", ha arrancado aludiendo a la película Algunos hombres buenos, donde "se ordenó eliminar" a uno de ellos y, aunque "todos lo negaron" porque aplicarlo era "ilegal", en el juicio se descubrió. "Siguiendo las órdenes del jefe del CNI aplicaron ese código rojo a uno de los suyos porque creían que con su conducta ponía en peligro los pactos y componendas con los que se mantenía el equilibrio de las instituciones del Estado", ha completado.

Así, una vez más ha situado a Sanz Roldán como el principal responsable de sus problemas judiciales porque -ha dicho- se atrevió a denunciarle a él y a "tantos poderosos de este país" para alertar sobre "el atropello" de "quien ha permitido que se usara y abusara de las instituciones del Estado", al tiempo que ha acusado a los fiscales de tener "animadversión personal" hacia él.

Al margen de las vendettas personales, el comisario ha señalado que Sanz Roldán tenía en mente otro objetivo: el "botín" de su "archivo personal" de audios, los de las converle preocupaba eran los audios", ha enfatizado.saciones que ha ido grabando durante años de todos aquellos con los que se ha reunido. "Lo que le importaba, lo que le obsesionaba, lo que

En este "montaje", Villarejo también ha incluido a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción como "confabulados", insistiendo en este sentido en que la "patraña" de denuncia anónima de la que partió el caso nunca fue tal porque todos ellos habrían sabido desde el principio que quien la envió fue un "agente del CNI", David Vidal.

Se presenta como un agente de inteligencia al servicio de los gobiernos

También ha vuelto a presentarse como un agente de inteligencia que usaba sus empresas como cobertura de las operaciones que dice haber realizado para el Estado. En este punto, ha afirmado que todos los gobiernos desde 1995 "emplearon sus servicios durante años y le ordenaron actuar en numerosas operaciones". "¿Abrimos ese melón?", ha retado, si bien el supuesto rol de agente de inteligencia o colaborador del CNI no es algo que la Fiscalía cuestione, pues de lo que le acusa es de lucrarse valiéndose de su cargo de policía.

Hablando de sí mismo en tercera persona, el expolicía ha denunciado la existencia de un "relato demagógico y populista" para presentarle como un "sujeto odioso y despreciable" a quien "solo le importa el dinero y que todo lo que hizo en labores de inteligencia fue para enriquecerse"."Todo es mentira", ha asegurado.

A este respecto, ha reiterado que su grupo empresarial CENYT facturaba porque era la única forma de mantener viva la "tapadera", cuestionando si había otra forma de sostener "esas empresas de cobertura si el Estado no las financiaba de ninguna manera". Por contra, ha reivindicado que era su grupo "el que siempre pagaba todo", aunque no haya recibos firmados".

A ello ha añadido que como se habría hecho "verdaderamente de oro" es vendiendo al mejor postor la información que obtenía de sus tratos con terroristas y traficantes de drogas y armas, entre otros.

Asegura que no "podrá restituirse una reputación personal y profesional"

Con todo, no ha dudado al volver a calificar esta causa de "general y prospectiva" porque se ha investigado "toda su vida, durante más de 30 años, para ver qué se puede encontrar" bajo la supuesta excusa de los "hallazgos causales".

Un "profundo quebranto" tras el cual dice que "difícilmente podrá restituirse una reputación personal y profesional, que era intachable hasta que Sanz Roldán decidió aplicar el 'código rojo'".

Antes que él, su abogado Antonio José Cabrera ha advertido de que la sentencia que dicte el tribunal "va a afectar a mucha gente" y también a las decenas de piezas que mantiene abiertas la Audiencia Nacional.