Claves de las fugas en los gasoductos Nord Stream: qué ha pasado, qué consecuencias tiene y quién puede estar detrás
- Tanto los expertos como los datos disponibles apuntan a que ha sido un acto de sabotaje
- Los gasoductos se han convertido en una baza en la dimensión energética de la guerra de Ucrania
Las fugas de gas natural de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, cuatro en total, solo han podido ser causadas por un sabotaje, según los expertos y los datos que se conocen. Un incidente que puede tener graves consecuencias y que se enmarca en la guerra energética entre Rusia y Europa por la invasión de Ucrania.
Moscú había reducido paulatinamente, hasta detener por completo, el suministro de gas a Alemania a través de estas tuberías, como forma de influir en la postura europea ante la guerra y responder a las sanciones en su contra, pero los gasoductos aún contienen gas a presión para su mantenimiento, y es este gas el que se ha filtrado a la superficie.
Analizamos las claves y teorías sobre lo que ha ocurrido.
¿Qué son los gasoductos Nord Stream?
Se trata de tuberías submarinas que llevan gas desde Rusia a Alemania. El Nord Stream 1 parte de Viborg y el Nord Stream 2 desde Ust-Luga, ambas localidades rusas en el Báltico, y circulan paralelos bajo el agua a unos 50-100 metros de profundidad para recorrer unos 1.200 kilómetros hasta la localidad alemana de Lubmin, cerca de Greifswald. En esta última localidad conecta con otras conducciones que distribuyen el gas a Alemania y conectan con la red europea. La tubería es de acero reforzado y tiene un metro de diámetro.
La ruta pasa cerca de las aguas territoriales de varios países que forman parte de la OTAN (Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Dinamarca y la propia Alemania) o que han solicitado el ingreso en la Alianza (Suecia y Finlandia). La flota rusa también navega habitualmente por el Báltico, donde Rusia tiene además el enclave de Kaliningrado.
El gas lo suministra la gasística rusa Gazprom, participada por el Estado ruso. El operador es Nord Stream AG, y tiene su sede en Suiza.
El Nord Stream 1 entró en funcionamiento en 2011 y tiene una capacidad anual de 55.000 millones de metros cúbicos. Es la mayor infraestructura gasística entre Rusia y Europa.
La construcción del Nord Stream 2 se decidió ese mismo año y su capacidad es la misma. El proyecto continuó incluso después de que Rusia anexionara unilateralmente Crimea en 2014 (lo que le valió las críticas estadounidenses a la entonces canciller alemana, Angela Merkel) y se completó en 2021, pero nunca ha llegado a estar operativo. Alemania contaba con este segundo ramal para asegurarse el suministro energético y poder prescindir de la energía nuclear y del carbón.
Pese a que ninguno de los dos gasoductos está activo en este momento, ambos contienen gas bajo presión, que es lo que se ha filtrado a la superficie.
¿Cuál es la relación de los gasoductos con la guerra de Ucrania?
Los gasoductos no están en activo porque, desde el inicio de la guerra de Ucrania, las tuberías se han convertido en un elemento clave en la guerra energética entre Europa y Rusia.
En el caso del Nord Stream 1, Rusia ha reducido progresivamente el suministro hacia el oeste. Primero, a comienzos de julio, Gazprom suspendió el suministro durante 11 días, en lo que calificó como una parada técnica planificada.
Después, el mismo mes, alegando de nuevo problemas técnicos (la reparación de unas turbinas dificultada, decía, por las sanciones) para reducir el flujo hasta el 20 % de su capacidad. Finalmente, Gazprom suspendió todo el flujo y Putin aseguró que no se reanudaría hasta que se levanten las sanciones.
La guerra también ha paralizado la entrada en funcionamiento del Nord Stream 2. La certificación necesaria fue bloqueada por Berlín como respuesta al reconocimiento por parte de Moscú de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, paso previo a la invasión del 24 de febrero.
Estados Unidos ha trasladado en varias ocasiones a Alemania su oposición a una infraestructura que aumentaba la dependencia energética de Rusia. El pasado 8 de febrero, antes de la invasión, Joe Biden aseguró tajante que se "pondría fin" al Nord Stream 2 si Rusia invadía Ucrania. "La idea de que Nord Stream 2 va a seguir adelante con una invasión de los rusos... Eso no va a ocurrir", dijo Biden en rueda de prensa conjunta con Olaf Scholz.
Rusia también ha interrumpido el suministro de gas a Polonia y Bulgaria a través del gasoducto Yamal, que pasa por Polonia, como represalia por negarse a pagar en rublos.
Con estos gasoductos fuera de juego, el suministro terrestre de gas ruso a Europa se realiza principalmente por las tuberías que atraviesan suelo ucraniano, por donde pasa un tercio del gas ruso.
Se da la circunstancia de que este mismo martes se ha abierto un nuevo gasoducto, el llamado "Báltico", que va a transportar gas desde Noruega a Polonia, y que ayudará a prescindir más aún del petróleo ruso.
¿Qué ha ocurrido?
El lunes, Nord Stream AG registró una bajada de presión en las tuberías. Las autoridades danesas detectaron una fuga de gas a unos 20 kilómetros al sureste de la isla de Bornholm, en un punto por donde pasa el Nord Stream 2. El lugar de la fuga está en aguas internacionales pero dentro del área económica exclusiva de Dinamarca.
Posteriormente se detectaron otras dos fugas, esta vez en el Nord Stream 1, más al norte, a la altura de Simrishamn (Suecia). Estas roturas casi paralelas están también en aguas internacionales pero de influencia económica danesa y sueca. Ambos países han descartado considerar lo ocurrido como un ataque contra su territorio, porque ha ocurrido fuera de sus fronteras.
El martes se estableció un área de seguridad en la que se prohíben la navegación y el sobrevuelo. Las burbujas de gas que empezaron a aflorar (algunas de un kilómetro de diámetro) pueden suponer un peligro para la flotabilidad de los barcos e incendiarse. Dinamarca y Suecia declararon la alerta energética para garantizar el suministro y se pusieron a investigar lo sucedido.
El miércoles, uno de los barcos que investigaban lo ocurrido detectó otra fuga, la cuarta, situada en zona económica sueca cerca de las dos roturas del Nord Stream 1 (a la altura de la costa sueca de Simrishamn, recordemos) pero en la tubería del Nord Stream 2.
Los daños en los conductos aún no se han evaluado, pero si son muy importantes es posible que el Nord Stream no se pueda volver a usar este invierno, en caso de que Rusia quisiera reanudar el suministro. El daño podría ser incluso mayor: las autoridades alemanas temen que los tubos queden totalmente inservibles si no se reparan con rapidez, ya que la entrada de agua de mar los corroe, informa el diario Tagesspiegel.
¿Por qué ha ocurrido?
Es lo que están investigando los países nórdicos. Dos hechos apuntan a que la rotura ha podido ser provocada intencionadamente, es decir, que se trata de un sabotaje.
En primer lugar, tanto la agencia de la energía danesa como Nord Stream AG han señalado que roturas de este tipo ocurren "rara vez", por lo que tres fugas es aún más raro, y que los daños no tienen precedentes.
En segundo lugar, los institutos de sismografía de Dinamarca y Suecia han confirmado haber detectado explosiones en el fondo marino antes de las fugas.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, aseguró que las fugas eran consecuencia de "acciones deliberadas", mientras el ministro de Clima y Energía, Dan Jørgensen, argumentó que, por la extensión de las burbujas que salen a la superficie, el tamaño de las roturas es considerable ("un agujero muy grande", dijo) y por tanto "no han podido haber sido causados por un accidente como el golpe con un ancla".
Rusia mostró su preocupación, pidió una investigación y aseguró que no podía descartarse un sabotaje.
La prensa alemana recogió la opinión de fuentes de seguridad anónimas que también apuntaban a una acción deliberada. "Nuestra imaginación ya no puede concebir un escenario que no sea un ataque dirigido", decían estas fuentes.
"No es un acto natural y no es casual - ha explicado en La Hora de La 1 de TVE Jorge Morales de Labra, experto en energía - No hay precedentes en fugas y menos de este tamaño. Tres en una sola noche es imposible". "Es clarísimo que se trata de un sabotaje", ha añadido.
Gonzalo Escribano, investigador del Real Instituto Elcano, puntualiza que aún es pronto para conocer exactamente qué ha pasado y pide prudencia. "Hay mucha incertidumbre, pero todo apunta un sabotaje, parece que los accidentes ahí son muy raros", ha afirmado en declaraciones a RTVE.es.
Y si se trata de un sabotaje, ¿quién ha sido?
De momento, todo son especulaciones y cruce de acusaciones. En esta ocasión no ha habido ningún silencio que atraiga sobre sí las sospechas. Rusia fue la primera en no descartar un sabotaje y en pedir una investigación, mientras Ucrania y Polonia no han dudado en apuntar a Moscú.
Mijailo Podoliak, consejero del presidente ucraniano Volodímir Zelenski, ha acusado a Rusia de planificar un "acto terrorista" para "desestabilizar la situación económica en Europa y causar pánico pre-invernal".
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha tachado estas acusaciones de "absurdas" y "predecibles". El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha asegurado que la zona está bajo el radar de la inteligencia estadounidense.
La Unión Europea no ha señalado a nadie pero ha advertido que la respuesta será "la más fuerte posible".
Por su parte, el Secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, ha ofrecido a Dinamarca y Suecia ayuda en la investigación.
Una fuente de seguridad europea, que habló con Reuters bajo condición de anonimato, animó a preguntarse "a quién beneficia".
"El más beneficiado de esto es Estados Unidos -ha argumentado Morales de Labra- porque todo el gas que no entre por gasoducto debe entrar por barco, que viene de EE.UU. Y después de lo de este martes los expertos ya están diciendo que ningún gasoducto es fiable". "Ahora mismo, los barcos estadounidenses están ganando un 20 % más", lo que abona las sospechas en los mercados de que Washington haya tenido algo que ver, ha añadido el experto.
"EE.UU. tiene capacidad para hacerlo, pero no creo que haya mucho interés en unos tubos que están cerrados - considera Gonzao Escribano - EE.UU. es ya y va a seguir siendo el principal suministrador de Europa, no veo que vayan a exportar una gota más de gas".
Morales de Labra ha recordado que Rusia ha invertido 20.000 millones de euros en los dos gasoductos, por lo que es "un poco raro" que bombardee infraestructuras de su interés. No obstante, existen también argumentos que pueden apoyar la hipótesis de la autoría rusa.
"Uno de los argumentos es que vendría a desestabilizar la zona por un gasoducto que pasa al lado [el Báltico], que se acaba de inaugurar. Estaría advirtiendo que tiene capacidad para volar el gasoducto nuevo".
Esta tesis es la defendida también por Javier Blas, columnista sobre energía de Bloomberg News en Londres. "El presidente ruso da a entender que puede atacar la infraestructura que desee en el mar del Norte", ha declarado en RNE.
Escribano asegura que, si las pruebas finalmente apuntan en esa dirección, supondría "una escalada muy grave" porque "no se sabe qué límites se podrían alcanzar".
Una segunda razón para Rusia sería provocar una subida del precio del gas en los mercados mundiales. Una parte muy importante de la economía rusa, y por tanto de la financiación del esfuerzo de guerra en Ucrania, depende de la exportación de hidrocarburos. El precio se había reducido a la mitad en el último mes pero ha aumentado de nuevo este martes, tras conocerse las fugas.
Una tercera motivación, señala Morales de Labra, sería que Rusia ahora tiene argumentos reales para justificar la suspensión del suministro a Alemania. "Ahora tiene un argumento potente, no puede cumplir los contratos, y esto influye en las penalizaciones por incumplimiento", ha subrayado.
Qué consecuencias tiene
Las fugas no afectan de manera inmediata al suministro de gas a Europa en este momento porque, como hemos dicho, los gasoductos no estaban operativos.
Alemania ha estado acumulando reservas de gas de cara al invierno, recibiendo gas primero a través del Nord Stream 1, hasta que Rusia cerró el grifo, pero también por barco. El combustible es transportado en buques metaneros en forma de gas natural licuado (GNL), que al llegar a puerto debe ser regasificado. El transporte por mar y el procedimiento de regasificación es más caro que recibir el gas por tubería.
Todas las tensiones que aumenten los precios del gas pueden empujar al alza la inflación y perjudicar la economía. Gonzalo Escribano no ha detectado un efecto inmediato, pero cree que hay que esperar a ver cómo se comportan los precios a medio o largo plazo, en especial si se conoce el resultado de las investigaciones.
"Puede elevar la prima de riesgo o la vigilancia de las aguas y de las infraestructuras criticas off-shore [en el mar], no solo gasoductos, sino los buques metaneros y las plantas de regasificación", explica el investigador del RIE, que añade que ya existen planes de contingencia en este sentido.
Este mismo miércoles, Noruega ha anunciado un refuerzo de la seguridad en su sector y sus instalaciones energéticas.
Para Escribano, lo sucedido en el Báltico muestra una vez más "la vulnerabilidad y falta de autonomía de Europa", que debería enmendarse lo antes posible con "eficiencia energética y reducción del consumo".
Otro aspecto es el daño medioambiental. Greenpeace ha llevado a cabo un cálculo preliminar a partir de la cantidad de combustible presente en las tuberías afectadas. Su conclusión es que los escapes emitirán en total 150.000 toneladas de metano, el equivalente a 30 millones de toneladas de dióxido de carbono, o lo que es lo mismo, a las emisiones anuales de 20 millones de turismos en la Unión Europea