El corazón roto de Francisco vuelve a latir entero: un equipo médico malagueño le salva la vida gracias a una vaca
- El impacto del volante contra su pecho en un accidente le provocó una fisura de cinco centímetros en una de las cavidades
- Para salvarle, los médicos le colocaron el pericardio de una vaca, una membrana que él no tenía desde los 14 años
A Francisco, malagueño jubilado de 73 años, se le rompió- literalmente-, el corazón. Fue hace nueve meses en un accidente de tráfico en el que viajaba con su mujer. Chocó frontalmente contra otro vehículo y el impacto del volante contra su pecho le provocó una fisura de cinco centímetros en una de las cavidades.
Llegó en estado crítico al Hospital Regional de Málaga. De inmediato, los médicos de urgencia detectaron que la rotura cardiaca no estaba contenida. A pesar del impacto, su corazón seguía latiendo y no sufrió el taponamiento de sangre que le hubiese producido el pericardio, la membrana que protege al corazón. Algo que Francisco no tenía desde los 14 años cuando le operaron para quitárselo.
Francisco pasó 48 días en la UCI del Hospital Regional de Málaga tras una complicada operación a vida o muerte. Tuvieron que conectarle rápidamente a una máquina que extrajo parte de la sangre del corazón. La suficiente para que los médicos pudieran tapar el orificio. Para salvarle la vida fue necesario colocarle un parche fabricado con tejido bovino.
El pericardio de una vaca le salvó la vida
Concretamente, le colocaron el pericardio de una vaca, justo la membrana que no tiene Francisco. “Esos parches son creados únicamente para esto en otros países. Son vacas que están criadas solo para este fin. Estos parches se amoldan muy bien a la superficie”, explica Juan Francisco Valderrama, uno de los nueve profesionales médicos que participaron en esta operación única en el mundo.
“Lo normal es que hubiera fallecido en el accidente“
“Un orificio tan grande origina tal fallo en el corazón que hace muy difícil que ese paciente llegue al hospital con vida y si lo hace, es muy difícil que llegue a operarse y supere la cirugía. Lo normal es que hubiera fallecido en el accidente. Es un caso que nosotros no hemos visto en la literatura científica que consultamos normalmente”, asegura Valderrama.
Francisco no tiene palabras para agradecer al equipo médico. “Han hecho conmigo una verdadera obra de arte. Les tengo que agradecer toda la vida el tiempo que me han regalado. Comencé a vivir una segunda vida el día que me operaron. No tengo con qué pagarles”, sostiene, emocionado, Francisco que ahora cuenta a todos como le repararon su corazón roto que hoy sigue latiendo con fuerza.