Brasil vota a su próximo presidente en una jornada con largas colas pero sin incidentes
- Están convocados 156 millones de votantes para elegir presidente, 27 gobernadores, 583 diputados y un tercio del Senado
- Si ninguno de los candidatos alcanza más del 50% de los sufragios válidos, la segunda vuelta será el 30 de octubre
- Sigue la última hora de las elecciones en Brasil 2022 en directo
Los colegios electorales de Brasil han cerrado sus puertas este domingo tras unos comicios para los que estaban convocados 156,4 millones de votantes para elegir presidente, gobernadores, diputados, un tercio del Senado y renovar las asambleas legislativas regionales.
El cargo para presidente se mantiene en una polarizada disputa entre el exgobernante Luiz Inácio Lula da Silva, favorito en todas las encuestas de intención de voto, y el actual mandatario, Jair Bolsonaro, que busca la reelección.
En caso de que ninguno de los candidatos alcance más de la mitad de los sufragios válidos, los dos más votados tendrán que enfrentarse en una segunda vuelta, prevista para el 30 de octubre.
Lula da Silva ha votado pasadas las diez y media de la mañana en Sao Bernardo do Campo, ciudad en la región metropolitana de Sao Paulo donde inició su carrera política. "El país necesita recuperar el derecho de ser feliz. Queremos un país que viva en paz, con esperanza y que crea en el futuro", ha dicho a los periodistas después de votar en una escuela pública de esa localidad.
Lula ha dicho que son las elecciones "más importantes" para él, quien gobernó durante dos mandatos, entre 2003 y 2010, después de haber perdido las elecciones en 1989, 1994 y 1998. "En 2018 no pude votar porque estaba preso, víctima de una mentira, y cuatro años después estoy votando con reconocimiento de mi total libertad y la posibilidad de volver a ser presidente de este país y que vuelva a la normalidad".
Poco después, a las once de la mañana, ha sido Bolsonaro quien ha ejercido su derecho al voto en un colegio electoral en la Villa Militar de Río de Janeiro, vestido con una camiseta deportiva amarilla con el cuello verde y la bandera nacional estampada en el pecho, y aparentemente, llevando un chaleco antibalas debajo.
"Estamos tranquilos (...) en primera vuelta, se deciden hoy las elecciones", ha dicho Bolsonaro en breves declaraciones a los periodistas al salir del colegio electoral.
Los brasileños han acudido a las urnas en 5.570 municipios, el Distrito Federal de Brasilia, el archipiélago de Fernando de Noronha y en 181 localidades del exterior. La jornada electoral, la primera realizada con el huso horario unificado y sin encuestas de pie de urna, ha durado nueve horas y ha transcurrido con normalidad general, salvo algunos incidentes aislados.
Según el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, en el país se habían registrado hasta dos horas antes del cierre 663 delitos electorales, por los que fueron detenidas 250 personas, entre ellas algunos de los candidatos regionales que se promovían dentro de los lugares de votación e infringían la legislación electoral.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) ha informado de que hasta las 16.00 hora local, una hora antes del cierre de los colegios electorales, había sustituido 3.222 urnas electrónicas que registraron fallas y corresponden al 0,60% de los 472.075 artefactos instalados en todo el país.
Según las últimas encuestas, dadas a conocer la víspera, Lula tiene una clara ventaja de catorce puntos porcentuales sobre Bolsonaro, y recibiría entre el 50% y 51% de los votos válidos proyectados por las dos empresas demoscópicas más reputadas del país.
Amplio dispositivo de seguridad
Las elecciones se han celebrado con la seguridad reforzada por el Ejército en 568 de los 5.570 municipios del país, en su mayoría en la región amazónica y en ciudades con índices altos de violencia como Río de Janeiro.
Una misión de observación internacional de la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezada por el excanciller paraguayo Rubén Ramírez Lezcano, ha acompañado las elecciones realizadas con el sistema de votación electrónica, bastante criticado por Bolsonaro.
La votación en urnas electrónicas en Brasil fue implementada desde 1996 sin que hasta ahora se hayan comprobado fraudes en todas las elecciones desde entonces, pero Bolsonaro ha puesto en duda la seguridad del sistema.
Las elecciones de este año, las más polarizadas desde que Brasil recuperó la democracia en 1985, se han caracterizado por un clima de crispación entre Lula y Bolsonaro, una disputa que se extendió a sus seguidores, con algunos casos de ataques y muertes motivadas por discusiones políticas.