Claves de la primera vuelta en Brasil: un país polarizado y partido en dos
- Lula sale vencedor de una de las primeras vueltas con el voto más concentrado
- Bolsonaro mejora la previsión de las encuestas, pero retrocede tres puntos respecto a 2018
La primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil ha dejado un resultado más ajustado de lo esperado, con Lula da Silva cuatro puntos por delante del actual presidente, Jair Bolsonaro. Ambos se enfrentarán en la segunda vuelta dentro de cuatro semanas, el 30 de octubre.
Aunque concurrían once candidatos, la cita electoral se presentaba como un duelo histórico entre Bolsonaro y Lula da Silva. Y así ha sido: solo otros dos candidatos -Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), y Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT)- han conseguido superar el umbral del 1% de los votos.
1. Uno de los resultados más polarizados de primera vuelta
Bolsonaro, líder del Partido Social Liberal (PL) se presentaba a la reelección después de ganar en la segunda vuelta de 2018 con un 55% de los votos. Cuatro años después, no ha superado en la primera vuelta a Lula da Silva, fundador del Partido de los Trabajadores, que regresaba tres años después de salir de prisión y cuyo resultado en este primer enfrentamiento también ha sido peor de lo esperado.
Sin embargo, ambos han conseguido concentrar el voto de la primera vuelta a niveles casi inéditos en la democracia brasileña. En conjunto, el resto de partidos que se presentaban a la cita electoral apenas ha sumado un 8,5% de los votos.
El sistema brasileño, presidencialista, contempla una segunda vuelta en la que los ciudadanos eligen entre los dos candidatos con más votos, siempre y cuando ninguno obtenga más del 50% en la primera. Algo que, en los 33 años de democracia brasileña, solo ha ocurrido en dos ocasiones: con las victorias del expresidente Fernando Henrique en 1994 y en 1998, en ambos casos enfrentado a Lula.
En esta ocasión, las encuestas vaticinaban un posible triunfo del líder del PT en la primera vuelta, pero las urnas han recortado las distancias entre los dos candidatos principales, obligando a una nueva votación en cuatro semanas.
2. Lula domina en el norte, Bolsonaro en el sur
El voto de los brasileños en la primera vuelta deja un mapa dividido casi por completo entre el norte y el sur, entre Lula y Bolsonaro. Una división que se ha ido definiendo con más precisión en cada cita electoral, como muestra la evolución del voto por territorio en las primeras vueltas de los últimos 20 años.
Solo dos zonas se salen del patrón predominante. Roraima -una unidad federativa en la que la izquierda ha ganado tradicionalmente, pero que en 2018 conquistó Bolsonaro- es el único estado norteño en el que Lula no ha sido el candidato más votado en esta ocasión. Minas Gerais, segundo estado más poblado del país, sobresale como la región más al sur donde el actual presidente no se ha impuesto a su rival político.
Con un voto tan concentrado en esta primera vuelta, es de esperar que la segunda dibuje un mapa parecido de los vencedores en cada región brasileña.
3. El PT recupera presencia y Bolsonaro resiste
El Partido de los Trabajadores se ha recuperado en todas las regiones brasileñas después del hundimiento de 2018. Lula ha ganado la primera vuelta con más del 50% de los votos en todas las unidades federativas del Nordeste, su bastión tradicional, con una recuperación de más de 30 puntos en Ceará y de 26 en Río de Janeiro. También se ha hecho con la victoria en las regiones norteñas de Pará y Trocantins, que en 2018 se decantaron por el partido de Jair Bolsonaro.
Respecto a las elecciones de 2014, que dieron el Gobierno al partido de izquierdas, el PT ha mejorado sus resultados en 18 de los 27 territorios en los que se divide el país.
El partido de Bolsonaro ha ganado la primera vuelta en solo 11 de estas regiones y sus apoyos únicamente han crecido en una docena de territorios del Norte y el Centro-oeste. La mejora de los resultados del Partido Liberal es mínima. Su mejor dato, siete de cada diez votos en la unidad federativa de Roraima, apenas supone un crecimiento de 6,5 puntos respecto a 2018. Aunque sus pérdidas tampoco superan los 10 puntos porcentuales en ninguna región, Bolsonaro retrocede en dos de las regiones más pobladas: São Paulo y Río de Janeiro.
4. El PT, a punto de igualar su mejor resultado en primera vuelta
Una legislatura después de registrar su segundo peor resultado electoral en la historia reciente de la democracia brasileña, el Partido de los Trabajadores se ha quedado a menos de tres décimas de igualar su mejor porcentaje en una primera vuelta, con el 48,31% de los votos.
Fue el propio Lula da Silva quien fijó aquel listón en 2006, cuando un 48,6% de las papeletas le sirvieron para pasar a segunda ronda como vencedor. Una elección en cuya segunda vuelta Lula revalidó su mandato con algo más del 60% de los votos frente al socialdemócrata Geraldo Alckmin, del PSDB.
Por su parte, el Partido Liberal ha retrocedido en torno a tres puntos desde el 46% que en 2018 supuso el primer paso de Jair Bolsonaro para hacerse con el Gobierno de Brasil en 2018 ante el ‘petista’ Fernando Haddad.
5. Las encuestas
Con el voto obligatorio para el grueso de la población, la abstención en Brasil suele ser baja, alrededor del 20%. El consenso en esta ocasión era que el clima de crispación y polarización podía reducirla aún más, lo cual beneficiaría sobre todo al candidato del PT. Sin embargo, los primeros datos sitúan la participación en torno al 79%, en línea con la tendencia histórica.
Lula da Silva, que gobernó el país hace más de una década, era el claro favorito para las encuestas. Tanto que, a solo un día de las elecciones, los sondeos le veían cada vez más cerca de superar el 50%, umbral a partir del cual ganaría la carrera electoral sin necesidad de segunda vuelta. Finalmente, el expresidente se ha quedado a casi dos puntos de ese escenario.
Jair Bolsonaro, por su parte, sale mejor parado de lo augurado en esta primera cita con las urnas. Casi ninguna encuesta le daba más del 37%, un porcentaje que le situaba muy lejos de su contrincante. Aunque en segundo puesto, su resultado ha mejorado en varios puntos esas previsiones.