Una comisión independiente investigará la tragedia del estadio de fútbol de Indonesia
- Las ONG de derechos humanos cuestionan el uso de gas lacrimógeno en el estadio de Kanjuruhan
- La Policía investiga a sus propios agentes por su comportamiento en el campo
Una comisión independiente investigará los altercados en el estadio de fútbol de Kanjuruhan (Indonesia) que este pasado sábado se cobraron la vida de 125 personas, entre ellas 32 menores. Al menos 323 resultaron heridas.
El ministro indonesio de Seguridad, Mahfud MD, ha asegurado que un grupo de expertos independientes investigará "a fondo" el incidente y que tardarán "entre 2 o 3 semanas" en completar las pesquisas. Además ha señalado que se investigarán los actos de violencia cometidos por parte de los aficionados, así como la actuación de los agentes en caso de que se extralimitaran en el uso de la fuerza. En la comisión participarán académicos, expertos en fútbol y funcionarios públicos.
Mahfud aseguró el domingo que el estadio estaba saturado: se habían vendido 42.000 entradas para un estadio con una capacidad para 38.000 personas.
El presidente del país, Joko Widodo, ha ordenado la suspensión de todos los partidos de la primera división hasta que se complete la investigación, y ha prometido compensaciones económicas a los familiares de las victimas.
Investigan a los agentes que lanzaron el gas lacrimógeno
ONG de derechos humanos, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, han criticado el uso contra los aficionados de gases lacrimógenos, prohibido dentro del estadio por la regulación de la FIFA.
Las autoridades investigan la veracidad de vídeos publicados en redes sociales, por si demuestran que los responsables de la seguridad "se excedieron y actuaron fuera de su autoridad". El jefe de la Policía de Malang, Ferli Hidayat, ha sido apartado del cargo, y 28 agentes están siendo sometidos a examen debido a los incidentes durante el partido.
Miles de aficionados del club Arema irrumpieron el sábado en el terreno de juego después de que su equipo fuera derrotado en casa 2-3 ante el Persebaya Surabaya, en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, en la provincia de Java Oriental.
Los agentes de seguridad respondieron lanzando gas lacrimógeno sobre el césped y en las atestadas gradas, lo que provocó una estampida de los aficionados hacia las salidas. La mayoría de los fallecidos murió por asfixia, traumas o pisoteados, según indicaron fuentes hospitalarias.
"Si no hubiera habido gas, puede que el caos se hubiera evitado", ha declarado Choirul Anam, miembro de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Indonesia.
Según las cifras oficiales, 125 personas han fallecido, incluidos 32 menores, y 323 resultaron heridas de diversa consideración, en una de las mayores tragedias de la historia del fútbol mundial.
En 1964, 328 personas murieron en un partido entre Perú y Argentina en otra avalancha en el Estadio Nacional de Lima.
En 1989, 96 aficionados del Liverpool murieron en el Hillsborough Stadium de Sheffield (Reino Unido).