Lula se impone a Bolsonaro con una ajustada victoria y tendrá que disputarle la Presidencia en una segunda vuelta
- No ha sido hasta que el escrutinio estaba en el 70% cuando el candidato del PT ha superado a Bolsonaro en el recuento
- El PL de Bolsonaro será el primer partido en Cámara de Diputados y Senado
- Sigue la última hora de las elecciones en Brasil 2022 en directo
El expresidente y candidato del Partido de los Trabajadores, Luis Ignacio Lula da Silva, se ha alzado con una ajustada victoria en la primera vuelta de las elecciones en Brasil de este domingo, cosechando un 48,43% de los votos frente al 43,2% obtenido por su principal adversario, el ultraderechista y actual presidente, Jair Bolsonaro. Tras una campaña marcada por la crispación, ambos candidatos volverán a enfrentarse en una segunda vuelta el próximo 30 de octubre.
El recuento empezaba con una clara ventaja de Bolsonaro y, de hecho, el sorpaso de Lula no ha llegado hasta que el escrutinio se situaba en el 70%. El resultado inicial se explicaba porque se había escrutado más voto en las localidades del sudeste del país, más partidarias del candidato ultraderechista.
El todavía presidente ha obtenido un resultado mucho mejor del pronosticado por las encuestas. Los seguidores de Lula, por su parte, no han podido ocultar la decepción al ver que su candidato no ha obtenido una victoria más holgada que evitara la segunda vuelta, un escenario que auguraban algunos de los sondeos publicados en los días previos a la elección.
En esta primera vuelta concurrían hasta 11 candidatos, aunque la carrera hacia la presidencia se presentaba como un polarizado duelo entre dos viejas caras de la política brasileña. Es la primera vez que un presidente se enfrenta en unos comicios a un exmandatario que, además, se sitúa al otro lado del espectro ideológico, y el resultado de la primera vuelta es el más ajustado desde 1989.
De cara a la segunda vuelta, crece la preocupación por un posible aumento de la tensión y la violencia en las próximas semanas. Hasta ahora, la campaña electoral ha estado marcada por la polarización y la crispación entre ambos candidatos y sus simpatizantes, viviéndose duros episodios de violencia, incluidos asesinatos por parte de seguidores de Bolsonaro a partidarios de Lula.
Lula y Bolsonaro se preparan para la segunda vuelta
Tras conocer los resultados, el candidato del PT ha lanzado un mensaje de esperanza a sus seguidores. "Vamos a ganar las elecciones, esto es solo una prórroga", ha dicho Lula en un mitin en São Paulo. "Juntos vamos a ganar São Paulo y vamos a ganar Brasil", ha asegurado.
Las encuestas ya perfilaban como ganador al exsindicalista, que aspira a recuperar la presidencia que ocupó entre 2003 y 2011, cuando se convirtió en el mandatario más popular del gigante sudamericano. Esa popularidad descendió bruscamente cuando se vio envuelto en la operación Lava Jato, que salpicaba a varios miembros del partido por corrupción y que acabó en su ingreso en prisión, donde permaneció 19 meses, hasta que el Tribunal Supremo revocó las condenas.
Por su parte, Bolsonaro ha reconocido un "cambio" en el país y se ha propuesto hacer las coaliciones necesarias para la segunda vuelta, en referencia a un posible diálogo con Simone Tebet (Movimiento Democrático Brasileño, MDB) y Ciro Gomes (Partido Democrático Laborista), que han quedado en tercer y cuarto lugar respectivamente.
Durante la campaña, Bolsonaro se ha esforzado en poner en duda el sistema electoral brasileño, la votación en urnas electrónicas que fue implementada en 1996, y había llegado a mencionar que solo respetaría los resultados si las elecciones eran "limpias y transparentes". De hecho, algunos de sus seguidores ya empezaban a alertar sobre supuestas irregularidades en las votaciones a medida que avanzaba el recuento.
El partido de Bolsonaro adelanta al de Lula en el Congreso y el Senado
Este domingo estaban llamados a las urnas 156,4 millones de votantes para elegir al presidente, la Cámara de Diputados (513 escaños), un tercio del Senado (27 de 81 escaños), así como a los gobernadores y diputados de los 26 estados y el Distrito Federal.
En la Cámara de Diputados, el Partido Liberal de Bolsonaro adelanta al PT y obtiene hasta el momento, y cuando quedan 13 escaños por adjudicar, 98 diputados, frente a 68 del PT. El resto se reparten entre Unión Brasil (57), Progresistas (47), MDB (42), PSD (40), Republicanos (39), PDT (17), PSB (14) y otros menores, según los datos recopilados por el medio brasiñelo O Globo.
El PL también será el mayor partido en el Senado, donde ganará cinco asientos más. De los 27 escaños del Senado que estaban en juego, el PL se ha asegurado 8; Unión Brasil 5; el PT, 4; Progresistas 3; y Republicanos 2 y el resto de fuerzas, un diputado cada una.
Uno de los nuevos senadores será Sergio Moro, el juez que encarceló a Lula y que fue ministro de Justicia en el Gobierno de Bolsonaro, que ha logrado un escaño por Paraná con Unión Brasil.
En cuanto a las elecciones estatales, en 15 de los 27 estados (incluyendo el Distrito Federal) los vencedores han obtenido más de la mitad de los votos, mientras que en el resto deberá celebrarse una segunda vuelta. Al menos nueve de los candidatos apoyados por Bolsonaro han sido elegidos, frente a cinco de los respaldados por Lula. El otro ganador ha sido el empresario Romeu Zema, del partido neoliberal Novo, reelegido gobernador de Minas Gerais.
Alta participación, largas colas y amplio dispositivo de seguridad
El candidato de izquierdas hacía el sábado un llamamiento a los indecisos, ya que se temía que la tasa de abstención pudiera jugar en su contra. En Brasil, el voto es obligatorio para la gran mayoría de la población, pero opcional para los mayores de 70 años y para los jóvenes de entre 16 y 18. Finalmente, la participación ha sido del 79,05 %.
La jornada electoral ha transcurrido con normalidad, pero las largas colas para votar han obligado a algunos colegios a cerrar más tarde y el escrutinio ha tardado más de lo esperado.
Se ha reforzado la seguridad con la presencia del Ejército en 568 de los 5.570 municipios del país, en su mayoría en la región amazónica y en ciudades con índices altos de violencia como Río de Janeiro.