¿Escasez en la producción de leche y cerveza?: consecuencias directas de la sequía en España
- Una vaca necesita de media al día más de 100 litros de agua para producir leche
- La cerveza es otro de los productos que podría estar perjudicado por la sequía, su producción requiere grandes cantidades de agua
- DatosRTVE repasa la situación de la reserva hídrica con imágenes de la Agencia Espacial Europea
El 1 de octubre termina el año hidrológico 2022-2022, que se ha situado como el tercero más seco de la serie histórica, desde 1961. Los datos recogidos reflejan que termina con 473 litros por metro cuadrado acumulado de media cuando lo normal es del orden de 635 litros de media. Esto supone un 26 % menos.
En Sevilla, por ejemplo, están en estado de alerta por la sequía y han tomado algunas restricciones como la de recomendar el uso del agua para motivos esenciales. Para la semana próxima, aunque llegan precipitaciones, seguirá la anomalía térmica para la fecha; pocas precipitaciones y calor.
¿Sin leche y sin cerveza?
Una de las consecuencias directas de la sequía sobre nuestras vidas es la amenaza a productos como la leche o la cerveza. Una vaca necesita de media al día más de 100 litros de agua para producir leche. A esto se le suma la situación de este producto en el mercado: los elevados precios han provocado el cierre de algunas granjas que no pueden competir con las macrogranjas. Una situación en alerta que hace que España se vea obligada a importar leche de Europa, aunque esta también está gravemente afectada por la falta de agua.
Además de afectar a los animales, la sequía afecta también a los cultivos y el de cebada es uno de ellos, por lo tanto, la cerveza es otro de los productos que podrían estar perjudicados por la sequía. Su producción requiere grandes cantidades de agua y en países como México ya se ha decretado la paralización de la producción de cerveza en los estados del norte.
A la leche y a la cerveza, se le une la aceituna. Ahora, ante el inicio de su recogida, los expertos ya prevén que la producción sea inferior al de la pasada recolección. Se estima que en el caso de aceite de oliva haya casi 600.000 toneladas menos y en el de aceituna de mesa unas 200.000 toneladas menos que en el año pasado.
"España, ahora, no es capaz de producir la leche que necesita"
Fernando Valladares, biólogo e investigador del CSIC, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, explica cuáles son los efectos inmediatos de la sequía en las cosechas: "El granero global de los tres grandes productores en Asia, Europa y Norteamérica han sufrido estas sequías en la parte del hemisferio norte. La producción de grano se está viendo afectada, lo que provoca un incremento en los precios".
Pero, dice Valladares, esta no es la única consecuencia: "También se ve una disminución de la disponibilidad como algo tan básico como es la harina y los cereales, tanto para alimentar a los animales como para el consumo humano".
La sequía afecta a la producción de productos como la leche y la cerveza: "Hay cosas muy cotidianas que a veces se nos escapan, como es el caso de la leche. Pensemos que una vaca lechera necesita 100 litros de agua al día, así que enseguida supone millones de litros en una instalación ganadera grande. España en estas últimas semanas no es capaz de producir la leche que necesita, que consume", explica Valladares en 'La Hora de la 1'.
"Dependemos del aporte de otros países de la Unión Europea, que tampoco lo está pasando muy bien, precisamente por la misma sequía. Quizá tenga que venir la leche de más lejos, encareciéndose. Algo parecido a veces anecdóticas, es la cerveza, requiere mucha agua, en el norte de México, en la zona de Monterrey, han tenido que cerrar producciones de cerveza, no hay agua suficiente, no hay para producir", recalca el experto.
España es un país "acostumbrado" a la sequía, pero no a estos niveles: "El umbral principal no es tanto pocas precipitaciones que han bajado un orden del 30 % de lo habitual, sino sobre todo la otra parte del binomio. Estamos sobrepasando todas las líneas rojas del derroche. El agua que gastamos, los regadíos que no paran de crecer o los pozos ilegales es lo que al final está determinando todo. El punto de optimismo es que lo podemos gestionar y evitar peores resultados en el corto y medio plazo, evitar el derroche. El cambiar otra vez la mentalidad de que España no es un país de regadío", concluye.