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Año 2050, fecha límite de la transición energética en Europa

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  • Nuestra prosperidad se ha conseguido a base de energías fósiles que han producido la crisis climática
  • Políticos e industria se enfrentan al reto de una transición energética que beneficie a ciudadanos y medio ambiente

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Paraguas solares en un techo
Actualmente, el 38% de la electricidad consumida en la UE proviene de energías renovables.

Europa se enfrenta a uno de los mayores desafíos de su historia desde la II Guerra Mundial: una compleja transición energéticaque acabe radicalmente con los combustibles fósiles responsables del desencadenamiento del cambio climático.

Para 2050, Europa debe alcanzar la neutralidad de carbono pero, en los próximos ocho años, hemos de cumplir con el acuerdo de París y conseguir que la temperatura media no aumente más de 2º C

Humo negro en el cielo junto a bandera de Ucrania

La guerra en Ucrania ha evidenciado la dependenica energética de Europa.

La guerra de Ucrania, una bofetada de realidad

El estilo de vida europeo que disfrutamos desde hace décadas se ha construido sobre los cimientos de los combustibles fósiles, un tipo de energía de la que dependemos en gran medida con las consecuencias políticas, sociales y económicas que ello conlleva. Y así ha quedado demostrado con la guerra en Ucrania.

El tiempo apremia, si queremos impedir el cambio climático y la destrucción de hábitats

Hasta el comienzo del conflicto armado, el 40% de gas y el 30% de petróleo que Europa consumía, procedían de Rusia. Pero, junto al doloroso recuerdo de la dependencia energética, el clima, cada vez más al límite y al que le quedan escasas oportunidades de reversión, desafía a nuestro continente."El tiempo apremia si queremos impedir el cambio climático y la destrucción de hábitats", advierte Atte Harjanne, diputado del partido ecologista finlandés de la Liga Verde.

La UE ha tomado la contundente decisión de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero

Ante tan acuciante problemática, "la UE ha tomado la contundente decisión de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero", afirma María Rita Galli, directora general del Operador de Sistemas de Transmisión de Gas Natural de Grecia.

El objetivo marcado por Europa para evitar la crisis climática es alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Es decir, emitir la misma cantidad de CO2 a la atmósfera que la que se retire por diversos métodos. Será el camino a seguir para conseguir lo que se conoce como "huella cero de carbono".

Una compleja transición energética

Los expertos advierten de que, para llegar a la meta de la descarbonización, Europa debe cambiar drásticamente su modo de producir y consumir energía. Son los primeros pasos de una transformación energética, cuyo objetivo a corto plazo es cumplir con el acuerdo de París: lograr que la temperatura media no aumente más de 2ºC de aquí a 2030. "Estoy convencida de que Europa puede convertirse en el faro que guíe al mundo hacia la transición ecológica", afirma Glenda Napier, directora ejecutiva del clúster energético Denmark Energy.

Una mujer camina mientras toca la pared de un edificio moderno relacionado con la energía.

Glenda Napier es la directora ejecutiva del clúster energético "Denmark Energy".

Para tener una buena calidad de vida, tenemos que seguir extrayendo el carbón

Para hacerla factible, todos los expertos coinciden en que hay que cerrar las 30 centrales de carbón que quedan en Europa, ubicadas mayoritariamente, en Europa del Este. Pero esta iniciativa no convence a países como Rumanía y Polonia que ven en la transición ecológica toda una amenaza a su presente y futuro. "Para tener una buena calidad de vida, tenemos que seguir extrayendo el carbón", se queja Rafael Hubka, uno de los mineros que trabaja en la extracción de lignito en la región polaca de Silesia.

Polonia, en las antípodas de Dinamarca

Gracias a estas cuencas mineras, Polonia es autónoma en energía. Genera el 80% de la energía que el país consume y de ella dependen 80.000 empleos. Rafael disfruta de uno de ellos y muchos como él piensan que toda esta transición va demasiado rápida. Su padre, Yerzy, opina que "nos han sacrificado en el altar de la transformación energética". "La ecología es el mayor enemigo del minero", sentencia otro de ellos que no ve alternativa viable a este dilema.

Una de las minas de carbón en Europa

Una de las minas de carbón en Europa.

Dinamarca puede demostrarle a Europa que se puede invertir en tecnologías verdes y que resulta rentable

Quien sí encontró otra opción fue Dinamarca. Antiguo productor de gas y de petróleo, hoy solo genera energía limpia en sus enormes plataformas eólicas enclavadas en tierra y en el mar. Se ha convertido en el primer país europeo en alcanzar la neutralidad de carbono y en uno de los más adelantados en la consecución de los objetivos del Pacto Verde Europeo. "Dinamarca puede demostrarle a Europa que se puede invertir en tecnologías verdes y que resulta rentable", explica Napier.

Energía eólica en el mar

El 50% de la electricidad que Dinamarca consume, la generan sus parque eólicos.

La esperanza puesta en las renovables

La gente tendrá que entender que la transición verde es un tren que no podemos perder

En la actualidad, el 38% de la electricidad consumida en la UE proviene de energías renovables. Sin embargo, la senda hacia la transformación integral es larga y compleja. "Hará falta valor político", advierte Glenda Napier. Y continúa diciendo que "la gente tendrá que entender que la transición verde es un tren que no podemos perder".

Las inversiones en energías limpias comienzan a despegar. Philippe Zaouati, director ejecutivo del Fondo de inversión Mirova pronostica que "el hidrógeno despegará en 5 o 10 años, pero cuando lo haga, será un proceso muy veloz".

La energía solar resulta ya siete veces más rentable que las inversiones en combustibles fósiles. España es un claro ejemplo de ello. La cotización en bolsa de estas renovables supera ya a la de algunos grupos petrolíferos.

Placas solares en una parcela

En España, la cotización en bolsa de las empresas solares ya supera a la algunos grupos petrolíferos.

En la Unión saben que la financiación es necesaria, si se quiere que la transformación energética sea un éxito, pero, además, habrá que redoblar esfuerzos para que tenga capacidad de cubrir las pérdidas de empleo asociadas a la descarbonización.