El asteroide que extinguió a los dinosaurios provocó un gran tsunami que arrasó el fondo marino de medio mundo
- Un estudio calcula que el tsunami tuvo una potencia 30.000 veces mayor que el terremoto del océano Índico en 2004
- Los investigadores han recreado los primeros 10 minutos del fenómeno y han modelado un meteorito de 14 kilómetros
El asteroide que acabó con los dinosaurios hace 66 millones arrasó también con tres cuartas partes de las especies vegetales y animales del planeta, pero, además, destruyó el fondo del océano a miles de kilómetros del lugar del impacto, en la península de Yucatán (México). Así lo ha asegurado un nuevo estudio publicado en la revista AGU Advances y dirigido por la Universidad de Michigan (Estados Unidos), que ha hecho la primera simulación global del tsunami que siguió al choque.
Las olas kilométricas del tsunami fueron lo suficientemente fuertes como para perturbar y erosionar los sedimentos en las cuencas oceánicas "de medio mundo", dejando una brecha en los registros sedimentarios o un revoltijo de sedimentos más antiguos, según ha explicado este martes la autora principal de la investigación, Molly Range.
Concretamente, los expertos calculan que su energía inicial fue hasta 30.000 veces mayor que la del terremoto del océano Índico de 2004, que mató a más de 230.000 personas.
Asimismo, las simulaciones muestran que el tsunami se irradió principalmente hacia el este y el noreste en el océano Atlántico, y hacia el suroeste a través del canal de América Central en el océano Pacífico Sur, donde la velocidad de las corrientes submarinas probablemente superó los 20 centímetros por segundo.
Por el contrario, el Atlántico Sur, el Pacífico Norte, el océano Índico y la región que hoy es el Mediterráneo quedaron ampliamente protegidos de los efectos.
Las olas en el Golfo de México superaron los 100 metros
Según la simulación, una hora después del impacto, el tsunami se había extendido fuera del Golfo de México y hacia el Atlántico Norte. Cuatro horas después, las olas habían atravesado el Canal de América Central y se habían adentrado en el Pacífico.
Un día más tarde, habían atravesado la mayor parte del Pacífico por el este y la mayor parte del Atlántico por el oeste y habían entrado en el océano índico por ambos lados. A las 48 horas del impacto, las olas del tsunami habían alcanzado la mayor parte de las costas del mundo.
Los modelos indican, además, que la altura de las olas en mar abierto en el Golfo de México superaron los 100 metros, con alturas de ola de más de 10 metros cuando el tsunami se acercó a las regiones costeras del Atlántico Norte y a partes de la costa del Pacífico de Sudamérica
"Dependiendo de las geometrías de la costa y del avance de las olas, la mayoría de las regiones costeras se inundarían y erosionarían en cierta medida", han explicado los autores, "cualquier tsunami documentado históricamente palidece en comparación con este impacto global".
Los investigadores modelaron un asteroide de 14 kilómetros de diámetro
Para hallar todos los datos anteriores, los investigadores utilizaron una estrategia en dos fases. En primer lugar, un gran programa informático llamado hidrocódigo simuló los primeros 10 minutos del evento, que incluían el impacto, la formación del cráter y el inicio del tsunami. Luego, y basándose en los resultados de estudios anteriores, modelaron un asteroide de 14 kilómetros de diámetro que se movía a 12 kilómetros por segundo (27.000 mph).
Así descubrieron que el asteroide chocó contra una corteza granítica recubierta de gruesos sedimentos y aguas oceánicas poco profundas, provocando un cráter de unos 100 kilómetros de ancho y expulsando densas nubes de hollín y polvo a la atmósfera. Dos minutos y medio después, una cortina de material expulsado empujó una pared de agua hacia fuera del lugar de impacto, formando brevemente una ola de 4,5 kilómetros de altura.
Diez minutos después del impacto en Yucatán, y a 220 kilómetros del punto, una ola de tsunami de 1,5 kilómetros de altura -con forma de anillo y que se propaga hacia el exterior- comenzó a barrer el océano en todas direcciones.
A los 10 minutos, los resultados de las simulaciones se introdujeron en dos modelos de propagación de tsunamis, MOM6 y MOST, para seguir las olas gigantes a través del océano. Ambos dieron resultados casi idénticos.