La "injusticia social" de tener que pagar hasta tres euros por una barra de pan: así es la vida sin gluten
- El gasto anual de productos sin gluten ha aumentado casi 87 euros, según la Federación de Asociaciones de Celíacos de España
- Los pacientes piden ayudas económicas o límites a los precios, así como contar con nutricionistas tras el diagnóstico
Ha subido todo. Desde el aceite hasta los cereales, las frutas y las verduras. La inflación ha hecho que muchas familias se aprieten el cinturón a la hora de hacer la compra, pero hay otras que están más que acostumbradas a pagar en exceso por su cesta. Hablamos de las celíacas. Solo una persona puede gastar hasta más de 800 euros al año en su alimentación que el resto de la población, según datos de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (Face).
La celiaquía es una patología autoinmune que causa serios problemas digestivos. Su único tratamiento es sencillo, pero no barato: no consumir gluten. Una misión que sale cara si algún día apetecen cosas tan mundanas como comer pasta, salir a cenar o cocinar un bizcocho. De hecho, el autor del blog Celíaco a los 30 años, Ricardo Nafría, hace tiempo que decidió no comprar pan. Varía según el tipo, marcas y tiendas, pero "una barra sin gluten te puede costar hasta tres euros", cuenta a RTVE.es.
Es cierto que los alimentos "prohibidos" para los celíacos, que sí pueden consumir arroz o quinoa, no son esenciales y no deberían formar parte de la rutina, advierte la dietista de Singlutenismo Dany Faccio. Sin embargo, no deja de ser tremendamente injusto "pagar muchísimo más por la misma comida". "Que tengamos que gastar cuatro veces más por comprar un pan sin gluten es una injusticia social", opina.
Para intentar paliar la diferencia de precios, Unidas Podemos había propuesto al PSOE rebajar el IVA de los productos para celíacos, una "reclamación histórica" de los pacientes que finalmente se ha quedado fuera de los presupuestos. "Habría ayudado algo", lamenta el presidente de la Face, Aarón Santana. Aunque no habría sido suficiente. Entre otras cosas, los celíacos piden ayudas económicas como las que se ofrecen en otros países europeos.
El gasto anual de productos sin gluten ha aumentado 87 euros en 2022
El coste de los productos sin gluten es notoriamente superior al coste de los mismos productos con gluten: tener solo una persona celíaca en la familia supone 17,61 euros más a la semana, 70,43 al mes y 845,20 al año. Son datos del último informe anual de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España, que analiza el precio de venta de 21 tipos de productos alimenticios disponibles en seis cadenas de hipermercados.
Es cierto que la inflación ha hecho que la diferencia entre el promedio de precios entre marcas de hipermercados haya sido menor al de 2021, cuando se situó en 934,69 euros al año, reconoce el presidente de la federación. A pesar de esto, el coste de los productos sin gluten se ha incrementado en 86,97 €.
En 2022, la mayor diferencia de precios entre alimentos con y sin gluten se encuentra en el pan rallado y en la harina de panificación. Por ejemplo, mientras que de media 100 gramos de harina de repostería cuestan unos ocho céntimos, la misma cantidad de este procesado sin gluten asciende hasta los 0,29. Es decir, un kilo de harina para celíacos vale casi tres euros.
Los macarrones, por otro lado, también tienen una diferencia importante: por 100 gramos de los normales se pagan de media 0,16 céntimos, pero unos sin gluten valen 0,36. Así, un paquete de 500 gramos saldría por unos dos euros. Los cereales (0,30 céntimos frente a 0,50), las magdalenas (0,47 céntimos frente a 1,26 euros por 100 gramos) y el pan tostado (0,28 frente a 2,07 euros) son otros de los productos afectados.
Se estima que la celiaquía afecta a medio millón de españoles, según la Face, aunque podría haber muchos más sin diagnosticar. Además, es una patología genética, por lo que suele ser frecuente que en las familias más de un miembro la padezca. Con tres personas celíacas haciendo la compra, el coste podría ascender a "unos 1.300 euros anuales", señala Santana.
Indignados, vulnerables y excluidos: la voz de los celíacos
Una alimentación saludable tiene que estar basada principalmente en vegetales, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, carnes y pescados. Alimentos que las personas celíacas sí pueden consumir, recuerda la dietista especialista en esta patología Dany Faccio. Esto no quita, no obstante, que también ellas tengan derecho a mayor flexibilidad. "No comemos solo para nutrirnos, sino también para disfrutar", como cuando recordamos un momento de la infancia gracias a un sabor, ejemplifica.
Por eso, los celíacos se sienten indignados ante el abismo de precios entre los productos aptos para su dieta y los habituales. Si bien consumiéndolos ocasionalmente la cesta no se dispararía en exceso, es cierto que comprarlos supone para muchas familias un gran esfuerzo, sobre todo ahora que la inflación ha aumentado también el coste del resto de alimentos. Hacer el bocadillo sin gluten de los niños para el colegio o desayunar tostada varios días a la semana es aún más difícil. "Los salarios no suben y nos sentimos cada vez más vulnerables", asegura por su parte el presidente de Face.
“Queremos poder comer unas galletas de vez en cuando“
"Con los productos específicos la compra se te termina de disparar", cuentan igualmente desde 'Celíacas del coño', una cuenta en la red social Twitter que trata de divulgar con humor sobre los problemas a los que se enfrentan los celíacos en la vida cotidiana. Los niños, por ejemplo, a veces pueden sentirse excluidos al comparar su comida en excursiones o en el recreo. "Sabemos que no es sano, pero nosotros también queremos poder comer unas galletas de vez en cuando", bromea.
Incluso cocinar en casa ciertas recetas se pasa de precio para los celíacos. "Hay condimentos o ciertas especias que tienes que buscar específicamente sin gluten y a veces son mucho más caros porque no están en el supermercado y lo tienes que comprar en una tienda específica o en internet", lamenta el bloguero Ricardo Nafría. Pero este problema no es el único, los alimentos son más caros también en los bares. "Hay muchos restaurantes que suman un euro más a tu plato", recuerda. Por eso, insiste, son necesarias otras medidas más allá de una posible rebaja del IVA.
Ayudas económicas, límites a los precios y nutricionistas frente a la desigualdad
Pese al precio más caro de los productos para celíacos, los españoles con esta patología no cuentan con ningún tipo de apoyo económico ni subvención para costear una dieta sin gluten, tendiendo que asumir de su propio bolsillo incremento en la adquisición de productos aptos para su consumo. En esa línea, Unidas Podemos solicitó al PSOE que se rebajase el IVA de dichos productos, una propuesta a la que el partido de Pedro Sánchez ha cerrado la puerta. "No me sorprende, siempre nos quedamos fuera", dice Nafría a RTVE.es, una queja que secundan el resto de entrevistados.
Frente a esta desigualdad, sin embargo, los celíacos no creen que la reducción del IVA sea la clave. "Se notaría una diferencia", admiten las activistas de 'Celíacas del coño', pero no tanta como si se ofreciesen ayudas económicas como las que se dan en otros países. En Grecia, por ejemplo, existe un bono de 100 euros mensuales para adultos y hasta 150 para niños si se justifica la compra con el diagnóstico de la patología. Asimismo, en Italia todas las personas celiacas tienen un cupón mensual cuya cantidad depende del sexo y de la edad, como apunta la Face.
Por su parte, Nafría considera que las ayudas económicas no harían bajar el precio de los productos, la reivindicación principal. Por eso, quizás sería más adecuado limitar los precios de ciertos alimentos básicos u ofrecer a los productores algún tipo de compensación para que puedan reducir ellos las etiquetas. "Por ejemplo, las harinas son más caras porque no se pueden fabricar en el mismo sitio que otras harinas, tiene que ser una fábrica exclusiva", y ese coste lo acaban pagando los consumidores.
Sin embargo, para la nutricionista Dany Faccio hay un punto sumamente importante y que siempre suele dejarse atrás: el derecho de los celíacos a contar con el apoyo de un profesional de la nutrición. "Cuando te diagnostican celiaquía deberías tener al lado a un dietista", pero los pacientes habitualmente se encuentran solos y no saben por donde empezar a cambiar su dieta. Y de ello, al fin y al cabo, "depende la salud".