Italia y Meloni, ¿regreso al pasado?
- 'Informe Semanal’ analiza en 'Italia, año cero' el suspense creado en el país tras la victoria electoral de la ultraderecha
- Especial: elecciones en Italia
Después de los múltiples artículos escritos en caliente sobre la victoria de Giorgia Meloni en Italia, haber pasado allí unos días ha supuesto un bálsamo al apocalipsis. Los negros presagios de la ultraderecha se vuelven grises cuando se profundiza in situ sobre el escaso margen de maniobra de los "vencedores".
Algunos de los entrevistados para nuestro reportaje explican, no sin humor, que este es el peor momento para ganar unos comicios y gobernar en Italia. Con una de las mayores deudas públicas de la Unión Europea, es prácticamente imposible poder llevar a cabo una agenda de promesas económicas basadas en el recorte de impuestos. También lo es una línea de enfrentamiento directo con Bruselas, que ha prometido a Italia 200.000 millones de euros en fondos de recuperación, el mayor desembolso de toda la UE.
Por eso periodistas como Lili Gruber o Alberto Negri dicen que a Giorgia Meloni le tiembla el pulso y ha optado por estar missing. Entre los suyos nadie habla porque la formación de su primer gobierno es un drama. Salvini quiere ser ministro de Interior; Berlusconi que uno de los suyos controle la política exterior de Italia. Por eso Meloni se habría puesto en manos del primer ministro, Mario Draghi, y el presidente de la República, Sergio Mattarella.
Pero Draghi ha sido siempre la bestia negra de Meloni. En su campaña le ha acusado de ser el hombre del establishment y de las finanzas internacionales. A Mattarella no le dio su apoyo cuando renovó su cargo. En fin, según sus próximos, Meloni no duerme por las noches. Un taxista de Roma cuenta a TVE que la vio el domingo pasado en el supermercado, a las 11 de la mañana. La primera mujer que ha ganado unas elecciones desde el Risorgimento que creó Italia en 1861 le transmitió una imagen de cansancio y tristeza.
En el barrio de Meloni
'Informe Semanal' ha hablado con sus vecinos en el barrio romano de la Garbatella, nombre que alude a una mujer del siglo XVIII que tenía mucho garbo, como Meloni. Su madre Anna sigue viviendo en la misma casa donde la nueva líder de Italia pasó su infancia. Anna Paratore escribe novelas rosas, y el portero de su finca, Franco, le tiene mucho cariño.
Dos historiadores con casi un siglo de edad también opinan sobre la política italiana. Lucio Villari es el autor del equivalente de las Unidades Didácticas en Italia, y señala que la profusión creativa de nombres para nuevos partidos políticos -Forza Italia, Lega, Frattelli d'Italia-, en realidad son una contradicción. Presumir de patriotismo siempre es sospechoso.
Edith Bruck es una escritora de origen húngaro que sobrevivió a Auschwitz. "Soy Francisco", le dice el papa al teléfono cuando la llama para ir a tomar café a su casa en el centro de Roma. Edith está preocupada porque cree que la historia se repite, solo que ahora en vez de haber un hombre fuerte, hay una mujer fuerte.
En Las Marcas, pasando las montañas del Gran Sasso que dividen las regiones del Lacio, los Abruzos, y las Marcas, con su costa adriática, los inmigrantes parecen contentos. Allí gobierna desde hace casi diez años una alcaldesa del Partido Democrático, Valeria Mancinelli. Una localidad que sirve de ejemplo del contraste con las políticas migratorias que tendría un gobierno de Meloni con Salvini.
Preocupación por las políticas de ultraderecha
Existe una enorme preocupación social por las nuevas políticas de la ultraderecha, pero próximos a Giorgia Meloni han reiterado su voluntad de no imponer cambios en los derechos civiles. Los italianos saldrían a las calles en cinco minutos, y este invierno será pródigo en problemas de energía como consecuencia de la guerra de Ucrania.
El director de la revista geoestratégica Limes, Lucio Cariacciolo, desvela la enorme preocupación de la seguridad italiana por los cables de internet que pasan por debajo de Sicilia. Y es que se cree que naves y submarinos rusos estarían dando vueltas por allí.
Para el cierre del reportaje, entrevistamos a Marco Risi, el hijo, también director, de Dino Risi, magistral artista de Il Sorpasso, o La Marcia su Roma. Este mes se celebra el 100 aniversario de la marcha fascista que llevó a Benito Mussolini al poder y Risi cuenta divertidas anécdotas del rodaje con Gassman y Tognazzi. También recuerda la noche que Berlusconi cantó para su padre después de una cena. Dino Riso le dio un billete de 100.000 liras cuando acabó de hacer los gorgoritos que repetía con Vladímir Putin.
Roma es eterna y sus monumentos se ríen de los vaivenes de su historia, como canta Antonello Venditti, quien es de la Roma y no de la Lacio de Meloni. Así, los italianos intentan superar incluso sus momentos más delicados.