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Literatura

'Todo va a mejorar', la distopía póstuma de Almudena Grandes: "Fue la tabla para aferrarse a la vida"

  • Es el último libro de Grandes, que escribió durante su enfermedad
  • Una novela coral de "anticipación política" que pretende despertar conciencias

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Ve la luz 'Todo va a mejorar', el libro póstumo de Almudena Grandes

Para arrancar esta historia viajamos a marzo de 2020. El coronavirus congela el curso del planeta entero. A Almudena Grandes le atrapa barruntando Mariano en el Bidasoa, el siguiente y último capítulo de Episodios de una Guerra Interminable, pero la pandemia fuerza a un giro de destino: las calles vacías, el eco del silencio, las mascarillas, los aplausos a los sanitarios y un confinamiento estricto, que obliga a una vida tras el cristal, dibujan la nueva e inquietante realidad.

La decisión está tomada. Grandes aparca los "episodios" y toma como sustrato de su nuevo libro el extrañamiento de lo que ocurre. Cobrará forma bajo el tejido de la ciencia ficción cosido con el pasado/presente reciente. Más un doble simbolismo trágico: Todo va a mejorar (Tusquets) se convertirá en el último libro de Almudena Grandes que falleció de cáncer en noviembre de 2021, con un diagnóstico que llegó en mitad del proceso de escritura.

“Ella necesitaba responder a la realidad que estaba viviendo con la pandemia pero también la novela fue una tabla de salvación para aferrarse a la vida”, recordaba su viudo, el poeta Luis García Montero, en la emotiva presentación de Todo va a mejorar este lunes en la Biblioteca Nacional en Madrid.

Viajar al futuro para entender el presente

Grandes acometió el proyecto con el orden cartesiano que le caracterizaba, tomó numerosas notas durante el estado de alarma y reeleía cada capítulo una y otra vez. Vedado el acceso a las calles de su adorado Madrid, caminaba por el pasillo de su hogar sin descanso a la par que brotaban las ideas que derramaba en dos cuadernos.

“En los primeros meses ella decía que su refugio era esta novela, que la tenía completamente absorbida porque era un paso más allá en su músculo imaginativo”, señalaba Juan Cerezo, director editorial de Tusquets, la casa literaria de la escritora en los últimos 20 años.

Acostumbrada a bucear en la gris posguerra franquista para dar voz a las víctimas silenciadas, la autora decidió alumbrar el futuro en una distopía de “anticipación política” localizada en la España de 2040.

Portada

Perfila una sociedad en la que se restringe la libertad en aras de la seguridad por la irrupción de sucesivas supuestas pandemias. Un nuevo partido político Movimiento Soluciones Ya¡ maneja los hilos, capitaneado por un carismático líder.

Dirige el país como una empresa, en la que los servicios públicos se han diluido en una suerte de ultracapitalismo omnipresente, con una ciudadanía a la que se monitorea desde la soledad hasta el ocio consumista para obtener una “felicidad obligatoria” bajo un manto de terror. Fiel a su empeño en señalar las fallas del sistema, la escritora concibió el texto como un aldabonazo a las conciencias en mitad de la tormenta y sus ramificaciones perversas.

“Son problemas del mundo de hoy como por ejemplo los confinamientos que pueden desembocar en dictaduras en otros países del mundo. La gente que entiende la libertad para hacer negocios sin escrúpulos o el desprestigio de la política. Es una degradación de la democracia”, completa Luis García Montero.

La resistencia de los héroes civiles

Todo va a mejorar es una novela muy coral donde pululan decenas de personajes con un ritmo vibrante y un lenguaje directo que Grandes imprimió ex profeso para no que no hubiera pérdida.

Más un sello fijo de su narrativa, del que quizás sea su libro más original, un grupo de héroes civiles, desde una profesora, dos jubilados, unos hackers o un policía honesto conformarán el variopinto grupo que dinamitará el sistema corrupto desde dentro. Se hacen llamar "El monte" en homenaje a los guerrilleros contra el franquismo y a la disidencia contra Napoleón en la Guerra de la Independencia.

“La construcción de personajes es fundamental en sus novelas y el tema principal siempre es el de la resistencia. Son ciudadanos corrientes que tienen la esperanza de resistir con dignidad y esperar que la historia sople a su favor”, señala García Montero en una conexión directa con los Episodios de una Guerra Interminable, y con los augurios de Max Aub en el Laberinto español, otro de sus autores de cabecera junto a Galdós.

Pero la vida tenía otros planes. En septiembre de 2021, la enfermedad se agravó y Almudena Grandes consciente de la realidad de la muerte se disculpaba por no acudir a la cita con sus lectores en la Feria del Libro, a la par, le explicaba a su esposo cómo quería concluir el último capítulo de su novela titulado La Transición, ya que se le escapaban sin fuerzas.

“Leíamos juntos las anotaciones de sus cuadernos, hablábamos de las posibilidades y me pidió que escribiese yo lo que iba a quedar sin concluir. Quería que sus lectores conociesen el final de la historia que ella había imaginado”, señala con modestia Montero en el epílogo de Todo va a mejorar en el que apunta que los retoques han sido mínimos. Almudena Grandes sostuvo inquebrantable su fuerza y cierto optimismo hasta el final.

“Ella defendía la necesidad de mantener las convicciones para no darse por vencido. Su vitalismo era claro”. Una huella que ya permanece imborrable en la historia de la literatura.